Una de las diputadas del Partido Republicano del ultraderechista José Antonio Kast presentó un proyecto de ley para derogar el derecho al aborto en caso de riesgo de vida para la madre. Las fuerzas conservadoras y antiderechos pretenden acabar con lo conseguido por años de lucha del movimiento de mujeres en las calles.
Lunes 28 de marzo de 2022 09:24
Chiara Barquiesi es subjefa del Partido Republicano y diputada de la formación del excandidato presidencial por la extrema derecha José Antonio Kast. Nunca ocultaron sus inclinaciones conservadoras y sus posiciones contra los derechos de las mujeres, que pretenden hacer pasar como una posición "pro vida", pero ahora quieren avanzar en derogar una de las tres causales en las que el aborto está despenalizado en Chile. Se trata del caso en que la vida de la madre se encuentre en riesgo.
Los sectores mal llamados “pro vida”, pretenden echar por la borda la lucha que por años han llevado a cabo el movimiento de mujeres protagonizado por la juventud. Derecho ganado con lucha en las calles, duramente reprimidas y violentadas por exigir la despenalización del aborto.
Coincidiendo con la la conmemoración del “Día del niño por nacer”, que se celebra cada 25 de marzo y fue una fecha impuesta por la iglesia y adoptada en chile por los sectores conservadores desde el 2014, la diputada y subjefa de bancada de extrema derecha anuncio el pasado día Viernes 27 como primer gran proyecto de Ley impulsado por el Partido Republicano la iniciativa que pretende modificar el artículo 119 del código sanitario para eliminar la primera causal que permite interrumpir el embarazo cuando se encuentra en riesgo la madre.
Los argumentos: según Barquiesi la primera causal de interrupción del embarazo "carece de todo sentido lógico ya que, en la práctica, cada vez que está en peligro la vida de la madre, los facultativos médicos suelen aplicar el denominado principio del doble efecto, el cual permite determinar si es lícito o no aplicar terapias y/o remedios para restablecer la salud de la mujer, tratando de no afectar a su hijo".
Nueve son los legisladores republicanos que respaldan la iniciativa en la que uno de ellos José Carlos Meza, diputado del distrito 9 sobresale de manera aberrante al mencionar que “a nosotros nos hubiese gustado presentar un proyecto de derogación total del aborto, pero sabemos que tenemos que ir paso a paso”.
Tales dichos no requieren de análisis profundos, y solo dejan ver el carácter profundamente conservador, reaccionario e hipócrita que les identifica, y que con este primer ataque dejan en claro su intención de ir mucho más allá, demonizar las luchas en las calles y eliminar cada mínimo logro ganado con la movilización.
Recordemos que la Ley Nº 21.030 que regula la despenalización del aborto solo en tres causales, se encuentra en vigencia desde hace poco más de 4 años, septiembre de 2017 para ser exactos, pequeño avance que fue ganado con años de lucha y movilización, en contra de un modelo criminal sostenido por la Iglesia conservadora y la herencia asesina de Pinochet, que coarta aun las libertades y derechos de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos.
Hoy en día, y desde que el movimiento de mujeres en 2016, valientemente comenzó a enfrentar a sectores conservadores de derecha, por los derechos sexuales y reproductivos, por exigir el aborto legal sin causales para los cuerpos gestantes, y terminar con ello con los abortos inseguros en clandestinidad. Solo se ha ganado el derecho a ser discutido en la actual Convención Constitucional, pero no tomará fuerza si los movimientos se detienen y permitimos que figuras dañinas e incompetentes metan sus garras en la Convención.
Chiara Barquiesi representa a esa derecha que se siente con el derecho a decidir por la integridad física, el derecho a la vida y la dignidad de las mujeres, niñas y personas gestantes de nuestro país, no solo desconocen la realidad de la mujer que no pertenece a su sector acomodado, si no que no les importa. Se autoproclaman defensores y respetuosos de las vidas humanas cuando en realidad han perpetrado asesinatos y violaciones sistemáticas a la población femenina y en comunidades indígenas avaladas por dictaduras y falsas democracias por décadas. Falsa es su afirmación sobre el “principio de doble efecto”, difícilmente un facultativo podría tomar una decisión favorable a un cuerpo gestante si este pertenece al de una mujer, niña o adulta proveniente de sectores desposeídos. La clase dominante ha negado derechos al pueblo con un sinfín de escusas moralistas. Derechos de los que ellos sí hacen uso en costosas clínicas privadas pero en secreto.