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Red Internacional
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Crisis Carcelaria. La hija de un recluso pide por la vida de su padre

La pandemia de COVID-19 reavivó el debate sobre las condiciones en las que viven los presos en las cárceles de todo el país, la falta de medidas de seguridad, el hacinamiento y la escasa higiene, en el contexto de crisis sanitaria aumenta exponencialmente el peligro de contagio. Reproducimos la carta de un familiar que pide por la salud de uno de los detenidos.

Sábado 2 de mayo de 2020 13:24

“Vengo a pedirle al Estado y al presidente por la vida de mi papá”

Tengo 22 años, soy mamá, hija, egresada de bachiller y próxima a estudiar licenciatura en seguridad e higiene del trabajo.

Me encuentro esta tarde acá como última instancia, ya que llamar y pedir ayuda al servicio de derechos humanos de nada sirvió. Vengo a pedirle al estado y al presidente por la vida de mi papá que peligra de una manera desesperante para mí.

Él es asmático crónico, alérgico al cambio de clima, sufre hipertensión y esto lo vuelve un paciente de alto riesgo, su exposición al COVID-19 es muy peligrosa, contagiarse le cobraría la vida.

Él usa Ventide (comúnmente llamado "ventolin") para su control asmático ya que en la última visita médica su doctor, del hospital María Ferrer, se lo había indicado y esto le provee oxígeno diario. Esta medicación es la que la unidad penitenciaria Coronda le está negando y de faltarle durante más de 7 días le cobraría la vida.

Les cuento de él. Tiene 42 años y es mi héroe en este y en cualquier lío. Vivió desde que nació en Fuerte Apache, hasta que mi abuela pudo comprar un terrenito. Conoció la pobreza, el frío, el hambre, la maldad que el mundo tiene y la tristeza desde muy chiquito.

Sin embargo eso no fue excusa y él se convirtió en el mejor papá de este planeta, atento, inteligente, comprensivo, simpático, compañero, él es un pensante, nos gusta hablar de los libros que él lee cuando nos podemos comunicar; él se ríe y me corrige cuando pronuncio mal el apellido de los escritores Argentinos, me incitó a estudiar y a abrir mi mente, para tener empatía, para no juzgar y para ser sorora.

Me explicó que yo no sé si todos tuvieron mis mismas oportunidades, de estudiar, de tener un plato calentito de comida, un techo, una frazada, el abrazo de mamá o de papá. Me hizo entender algo que quiero y voy a aplicar a mi vida siempre.

Él es mi inspiración, lo veo y pienso cómo alguien que sufrió tanto en la vida puede seguir sonriendo, proyectando y dando abrazos tan calentitos; o será que ese es un disfraz de papá y cuando no estoy se pondrá a llorar, a lamentar la vida y cómo lo golpeó con la muerte de sus padres mientras el permanecía encerrado en un cuadrado de tres metros. Eso nunca lo supe porque él nunca quiso cargarme su sufrir. Lo veo valiente porque sigue peleando y eso me enorgullece.

Y quiero tener la oportunidad de contarles de su situación actual, él es interno de la unidad penitenciaria de Coronda, Santa Fe. No por femicidio, ni por abuso sexual, ni por narcotráfico, ni por genocida. Porque de ser genocida tendría comodidades y podría tener la domiciliaria sin que este yo, llorando y suplicando ayuda a derechos humanos y al juez.

Hace 13 años que le paga al Estado su equivocación y está a 1 año de cumplir su condena con conducta ejemplar. Ejemplar. Con el primario y secundario terminado dentro de la unidad penitenciaria.

Mi petición es que él pueda terminar su condena con la domiciliaria, donde el ambiente es cálido, donde no hay humedad, donde se le va a proveer su medicación, donde va a tener contención, buena alimentación y así evitar que se contagie o que por la demora al proveerle su medicación le cobre la vida.

Ya que la unidad penitenciaria de Coronda lo tiene en una celda pequeña, con humedad, sin ventana, con frío y con una alimentación basada en un pedazo de pan, agua y una naranja diaria, de más está decir que tampoco le proveen artículos de limpieza básicas como jabón, lavandina y papel higiénico.

Mi duda es ¿cómo pretenden reinsertar a la sociedad a una persona que vive en estas condiciones?, ¿o se les pone un sello y a la basura? ¿Se vuelven animales o algo peor que eso ante los ojos del Estado? Porque hasta mi perro duerme con estufa.

Estoy cansada de la corrupción con la que se maneja el sistema carcelario de la provincia de Santa Fe, quien no deja entrar en tiempo y forma la medicación que a él le provee oxigeno diario. De que lo expongan al COVID-19 porque no cumplen con la normativa de protección y cuidado. Aunque ellos te pueden jurar que sí, mienten por la impunidad que tienen. No me importa lo que esto me cueste, la vida de mi papá, ustedes corruptos, no se la van a llevar.

La lógica capitalista: privilegios para algunos y condiciones deplorables para otros

Desde La Izquierda Diario venimos dando cuenta de las condiciones deplorables y de hacinamiento de miles de presos, entre ellos una abrumadora mayoría juvenil. El 57% de los presos y presas alojados en las cárceles federales de todo el país no tiene sentencia firme. Y la enorme mayoría (10451 personas de las 13358 alojadas en esos penales) se encuentra encerrada por delitos menores como robos, tentativas de robo, hurtos y tentativas e infracción a la ley de drogas (narcomenudeo). Los pedidos que unifican a todos los reclusos son mejoras en las condiciones carcelarias, contra el hacinamiento, la falta de atención médica y tratamientos, mejor y mayor alimentación y provisión de elementos básicos de higiene, para enfrentar la pandemia del coronavirus.