La farsa de Vox de intentar convocar una “huelga general” en contra de la ley de amnistía a través de Solidaridad, pseudosindicato de la ultraderecha, ha alimentado una vez más las actitudes antiobreras de progres y otros neorreformistas que claman contra la idea de una huelga general política.
Roberto Bordón @RobertoBordon13
Miércoles 15 de noviembre de 2023
Vox ha declarado su intención de convocar una “huelga general” para el próximo 24 de noviembre con el fin de movilizar en contra de la ley de amnistía. Lo ha hecho a través de Solidaridad, su pseudosindicato liderado por un empresario que afirma que los ricos son ricos por naturaleza, y su idea es seguir alimentando un discurso destituyente hacia el nuevo gobierno progresista que posiblemente se constituirá este jueves.
Pero lo más llamativo no es la última jugada de la ultraderecha en su carrera a la confrontación, sino lo fácil que le resulta al progresismo y muchos neorreformistas quitarse la careta y sumarse a la más descarada postura antiobrera a medida que se suceden los días. ¿A quién se le ocurre que puede ser “progresista” celebrar con orgullo que las huelgas políticas son ilegales en el Estado Español? Volveremos sobre esto, pero antes, prestemos un poco de atención a lo que viene ocurriendo con las derechas.
Las protestas de la derecha en Ferraz están dejando diversos episodios de carácter tragicómico en redes sociales, donde se puede observar a las distintas familias de la derecha española peleando entre sí en su frenesí de radicalidad antidemocrática. En un mismo día, se ha visto por la mañana al Frente Obrero y por la tarde a las organizaciones neonazis, casi con el mismo discurso. Sin embargo, más allá de entretenernos con las imágenes de cayetanos que descubren por primera vez la represión policial y con las noticias de que algunos buscan monetizarla, existe un fenómeno quizás más preocupante.
Empecemos por las alabanzas de muchos progres a la represión policial sobre la derecha. Claro, que puede resultar hasta divertido ver a pijos de ADE pegarse una carrera en náuticos por las calles de Madrid. Pero que la policía haya pegado a un señorito “rebelde” una vez, no elimina el carácter antiobrero de esa policía, que desde hace años se ensaña con movilizaciones obreras, manifestaciones por el derecho a decidir o de la juventud. Y no podemos olvidar que, si en ocasiones, distintas fracciones de la burguesía pueden usar las herramientas de su propio Estado para disputarse el poder entre sí, esa represión es siempre más brutal y generalizada contra la clase trabajadora y el pueblo cuando esta empieza a luchar de forma independiente. Por eso resultan increíbles las afirmaciones de varios influencers progres celebrando las acciones policiales o llegando a afirmar que la represión se produjo porque los pijos “no saben manifestarse”.
El siguiente nivel en esta oleada de unos progres, más defensores de las instituciones reaccionarias del Estado que la Guardia Civil, ha llegado tras el anuncio de Vox de querer convocar una supuesta “huelga general”. Rápidamente distintas figuras como Antonio Maestre han salido a la palestra a recordar que las huelgas políticas son ilegales en nuestro país según la legislación actual. Algo que, parece no encontrar tan problemático, ya que lo esgrime para deslegitimar la posible movilización de la derecha y para recordar a su público que Vox no es obrero. Por si hacía falta recordar algo tan obvio.
Un sindicato que no se sabe la ley sobre huelgas marca bien lo que es VOX.
Artículo 11. La huelga es ilegal: a) Cuando se inicie o se sostenga por motivos políticos o con cualquier otra finalidad ajena al interés profesional de los trabajadores afectados https://t.co/wY4OSci9vu
— AntonioMaestre (@AntonioMaestre) November 13, 2023
Legalmente, es cierto que según el “Real Decreto-ley 17/1977 de 4 de marzo sobre relaciones de trabajo” las huelgas políticas están prohibidas en el Estado español. Es decir, según una legislación franquista impulsada bajo mandato del ministro Rodolfo Martin Villa, uno de los responsables de la masacre de obreros en Vitoria en 1976. Sin embargo, en su defensa del gobierno, parece que algunos son más papistas que el Papa y actúan como perfectos defensores de la Ley y el Orden. Y después se preguntan por qué crece la derecha…
Volviendo a la “huelga general” llamada por VOX. Está por verse aún el recorrido que pueda tener, lo que probablemente será más un cierre patronal -si llega - que una movilización de trabajadores, detrás de un programa reaccionario. Sin embargo, lo que deberían plantearse muchos progres es por qué el supuesto sindicato de VOX ha llamado a una “huelga general” más rápido que sindicatos mayoritarios, como UGT y CCOO, que no llaman una huelga general desde hace 12 años.
Las huelgas generales tienden a transformarse en huelgas políticas cuando se despliega la combatividad de la clase trabajadora y son una herramienta fundamental del movimiento obrero. Quienes reducen el derecho a huelga únicamente al conflicto económico se posicionan a favor del estatus quo capitalista donde los trabajadores supuestamente solo pueden presionar para negociar subidas de salario o mejoras parciales.
Pero las burocracias hace mucho que ni siquiera hacen eso. En todos estos años, se han negado a llamar a una huelga general contra la caída del salario y la inflación, o contra las condiciones de precariedad insostenibles para millones. Tampoco se proponen llamarla ahora para defender la aprobación de una amnistía total, para los miles y miles de luchadores sindicales, feministas y ecologistas que están procesados por luchar, manifestarse u organizarse, gracias a la ley mordaza. Ni mucho menos están por impulsar una huelga general para que la clase trabajadora pueda expresar su rechazo al genocidio en curso en Palestina. Y después de esconder en un cajón la huelga general por más de una década, ahora la extrema derecha habla de “huelga general” mientras CCOO y UGT miran para otro lado. Insisto, después se preguntan por qué crece la derecha…
Roberto Bordón
Andalucía