Invasión, crisis humanitaria, defensa de los derechos humanos, soberanía nacional… Todas cosas que hemos oído durante estos días, pero ¿qué hay detrás de los discursos en medios de comunicación, redes sociales y apariciones públicas? ¿Qué respuesta dar desde una juventud anticapitalista y revolucionaria?
Jueves 20 de mayo de 2021
Estos días en Ceuta 8000 personas han intentado pasar la frontera de Marruecos, entre ellas, más de 2000 menores de edad. El gobierno del PSOE y UP, que se llena la boca con frenar a la extrema derecha, está aplicando sus mismas políticas. Abascal salió a Twitter a hablar de invasión y decir que había que enviar al Ejército, pero el gobierno “progresista” ya se le había adelantado mandando soldados, tanquetas y botes de humo contra familias y niños.
En los medios sacan las imágenes de militares “rescatando” migrantes. Ocultan las que se ven en redes dándoles porrazos y reduciéndoles en la arena o como están siendo devueltos a su país sin trámites ni garantías – incumpliendo hasta la Convención Europea de Derechos Humanos – para que sigan muriéndose de hambre.
Quienes logren quedarse tampoco vivirán ningún sueño, serán utilizados como mano de obra barata y se les negarán los más mínimos derechos. En el caso de los menores, tendrán que aguantar ser discriminados desde el minuto cero, recluidos en centros a la espera de cumplir la mayoría de edad para ser dejados en la calle sin papeles.
Esto no es porque no haya recursos para ellos, como nos dicen. Es porque, de la misma manera que hacen con el problema del paro, la precariedad o la vivienda, los diferentes gobiernos ponen por delante la defensa de los intereses y beneficios de un puñado de grandes capitalistas antes que las necesidades sociales de las mayorías.
Muchos de los que migran estos días son jóvenes como nosotros. Jóvenes que tratan de huir de la miseria, aunque sea aceptando ser los más precarios allí donde vayan. En Catalunya ¿Cuántos no somos nietos o nietas de andaluces, extremeños o aragoneses que vinieron a trabajar en las fábricas o la construcción del metro? ¿Cuántos de quienes vivimos en zonas como El Prat, Cornellá o Hospitalet no hemos compartido clase con chavales de ascendencia marroquí? ¿Cuántos no hemos escuchado historias de esos compañeros sobre los insultos racistas que sufren?
El imperialismo español es responsable
Desde el PSOE, Podemos, IU y el PCE se llenan la boca clamando contra la monarquía marroquí que envía miles de personas a cruzar la frontera. Se olvidan de que no los mueve un monarca. Esas miles de personas son forzadas a migrar porque no tienen futuro en su tierra después años y años de expolio de las multinacionales españolas y europeas, precisamente con la complicidad de ese régimen al que tanto critican. Ni la monarquía marroquí ni imperialismo español son amigos de quienes hoy tratan de llegar a Ceuta.
El gobierno “progresista” carga contra la autoritaria monarquía marroquí, pero defiende a la monarquía borbónica amiga y socia de las dictaduras más sanguinarias del planeta, o condena la respuesta de los palestinos contra el Estado genocida de Israel. Menuda hipocresía ¿no?
Quieren entregar de nuevo al pueblo saharaui como botín de guerra
Esta crisis migratoria estalla por el aumento de las tensiones entre la dictatorial monarquía marroquí y el pueblo saharaui en lucha por su autodeterminación, justo después de que el líder del Frente Polisario del Sáhara Occidental fuese atendido por covid en el Estado Español. Ahora, por medio de la Audiencia Nacional, se le quiere procesar. Como tantas otras veces, el pueblo saharaui será usado como moneda de cambio para llegar a acuerdos con la dictadura marroquí.
El gobierno español no es ningún aliado del Sáhara Occidental en su lucha por la autodeterminación. De hecho, la colonia española fue entregada a Marruecos en el 1975 por Juan Carlos I en un acuerdo que incluía a la Corona, EE. UU, Israel y Arabía Saudí. Así, los borbones se garantizaban apoyos políticos y económicos para su familia y el proceso de Transición. Además, se aseguró que las empresas españolas pudieran seguir saqueando, junto a otras potencias imperialistas de la UE, los recursos del Sáhara.
No vamos a defender la “soberanía imperialista”, su derecho a seguir expoliando a otros pueblos
La reacción de algunas formaciones que se reclaman de “izquierdas” no ha podido ser más servil ante el imperialismo patrio. Desde el PCE han salido a defender “soberanía” de España. Un paso más allá han ido los estalinistas reaccionarios del Frente Obrero, quienes llaman a recuperar dicha “soberanía nacional” y a manifestarse este sábado contra Marruecos, un discurso calcado al de Falange, con quienes no coincidirán frente a la embajada de ese país solo por unas horas.
No queremos una “gestión propia” de fronteras, sino que éstas se abran ¡Por la libertad de movimientos!
Teresa Rodríguez, de Anticapitalistas, ha criticado correctamente las violaciones de derechos humanos y el despliegue del Ejército. Sin embargo, achaca esta situación como resultado de “externalizar las fronteras a países en los que se vulneran sistemáticamente los derechos humanos” y pide al gobierno “gestionar sus propias fronteras sin depender de Marruecos y hacerlo con criterios de respeto a los Derechos Humanos”.
Pero la solución no pasa porque las fronteras sean gestionadas por el Estado español, responsable primero de las muertes en el Estrecho y el Atlántico. No hay gestión humanitaria posible de parte de los estados imperialistas: saquear los recursos de todo el mundo y después blindar fronteras con vallas, concertinas y el Ejército si es necesario para que quienes huyen de ese expolio no puedan entrar; esta es la única gestión posible de parte de un estado imperialista. No seamos ingenuos, las fronteras se protegen como lo hizo la Guardia Civil en Tarajal y nadie que se reclame de izquierdas – y menos anticapitalista – puede aceptar gestionar algo así.
Tenemos un enemigo común: jóvenes de aquí y de fuera contra el imperialismo español y sus gobiernos
Los discursos reaccionarios de la extrema derecha tratan de dividirnos y el gobierno “progresista” que aplica sus políticas no es solución ni para los jóvenes migrantes ni para nosotros. Porque el mismo gobierno “progresista” que mantiene las reformas laborales que nos precarizan es el que hoy envía el Ejército a Ceuta; la policía que nos reprime en las manifestaciones es la misma que persigue a menores que migran solos y protagoniza actuaciones racistas como las de los Mossos d’Esquadra contra Wubi, un joven de 19 años en el momento de la agresión.
Es hora de organizar comités y acciones de solidaridad en cada instituto y universidad para mostrar el rechazo al envío de tropas a la frontera con Marruecos y pelear por el cese inmediato de las devoluciones en caliente.
Luchemos contra el imperialismo español, peleemos por la devolución de los enclaves coloniales de Ceuta y Melilla y el fin del expolio de sus recursos por parte de nuestras empresas. “Nativa o extranjera, la misma clase obrera” no es solo un cántico para las manifestaciones, debe ser una guía para la acción.
Por eso, hace falta defender la derogación de toda ley de extranjería, el cierre de los CIEs y el fin del imperialismo en África. Asimismo, la juventud del Estado Español debemos mostrar nuestro apoyo a la autodeterminación del pueblo saharaui en contra de la monarquía opresora marroquí y el gobierno imperialista español que ahora pretende volver a venderlos para fortalecer su alianza con la dictadura de Marruecos.