Radiografía de la presencia en la toma de decisión a nivel ejecutivo, legislativo, AFA, Comité Olímpico Argentino (COA) y el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard). Si bien existe una conquista progresiva en cada agenda de paridad disputada, los datos son concretos: menos del 3% concentra la conducción en diversas áreas, y en general no se alcanza el 20% en la composición de organismos.
Ezequiel Coria @desdeelpotrero
Viernes 14 de agosto de 2020 21:00
Lucía Barbuto, presidenta de Banfield y una de las pocas dirigentes mujeres en una AFA saturada de varones.
Por ahora, no hay Ley Nacional del Deporte que valga (N°27.202 que modifica a la 20.655). Ni cupo mínimo femenino del 20%, estipulado para integrar comisiones directivas de las entidades o asociaciones civiles (artículo 20 bis). Ni programa de Empoderamiento de la Mujer, creado en 2015 en consonancia con el Ente Nacional de Desarrollo Deportivo (Enaded), y transferido en 2019 a la ex Agencia del Deporte Nacional (ADN), cuando el gobierno de Mauricio Macri degradó la estructura estatal a nivel federal.
Todavía, no existe logro deportivo que termine de apalancarlas en un territorio -hoy- de “machos”. El marcado avance feminista en diferentes espacios del país se encuentra obturado en este terreno. Los números son robustos: entre más de 500 roles analizados, se registran sólo 15 mujeres en el manejo del poder (2,9%).
En este esquema, la AFA simboliza una de las fotos esquivas a la paridad, aunque el colectivo femenino continúa cimentando logros. Según información del sitio oficial, sólo 6 mujeres tienen lugares de decisión (3,2%), en un total de 182 cargos revisados. Claudio “Chiqui” Tapia estará acompañado -hasta 2025- de 32 dirigentes en el Comité Ejecutivo. Tendrá un 3% de “cupo” femenino con la única presencia de Lucía Barbuto, la obstetra presidenta de Banfield, en una de las diez vocalías suplentes.
El Cuadro Jerárquico de la entidad se compone de 41 funciones de gestión entre gerencias, direcciones y departamentos, donde 5 sillas eluden al monopolio masculino: Florencia Sartirana (Finanzas), Mónica Bouvet (Administración y Control), Paula Méndez (Contaduría), Verónica Miele (Marketing) y Analía Miskowiec, jefa del área de Equidad y Género -creada en diciembre de 2019- donde también trabajan Jimena Sinde y Vanesa Álvarez.
En las 15 Comisiones, no se visibiliza presencia alguna entre los 21 integrantes informados en la web oficial. Mientras que en el Consejo Federal -nuclea a 220 ligas del país-, la proporción masculina se multiplica: se registran 4 mujeres entre los 94 representantes. Una de ellas es Paola Soto -maneja los hilos del Departamento de Fútbol Femenino y es secretaria en la Comisión de Desarrollo-, quien sintetiza un horizonte “real” de proyección: “No creo en los cupos. Veo que en lugares cuesta mucho, pero creo en la capacidad y poder de gestión de las personas. Soy una militante desde pequeña, estoy orgullosa de los cambios que AFA logró. Si vas al predio te sorprendes, es todo lo contrario a lo que la gente se imagina. En la parte administrativa, Prensa, Utilería, Medicina, Técnica, Educación, seleccionados, son muchas las mujeres que trabajan. En AFA somos todos iguales. En mi caso, valoro mucho la oportunidad y dejo todo en la cancha para que el femenino del Interior siga creciendo. Nos falta muchísimo, pero vamos a paso firme”.
En esta línea, la dirigente resaltó: “A partir de (Claudio) Tapia es una AFA distinta. El femenino prácticamente no existía. La selección mayor no participaba. En estos 3 años pasamos de la nada a tener más de 20.000 jugadoras federadas en el interior del país, participar de las ligas de desarrollo de Conmebol sub 14 y sub 16, clasificar para un mundial, ser sede en 2019 / 2020 de torneos internacionales, sumar y ser representados en el exterior por el seleccionado de fútbol inclusivo, capacitaciones femeninas organizadas por la Comisión de Desarrollo, lanzamiento de la primera Copa Federal y creación del Departamento de Equidad y Género”.
Ahora bien ¿cómo es la situación a nivel olímpico en el COA? Ajustada a la ley se podría inferir, con 54 mujeres (29%) desarrollando diferentes acciones, en un total de 186 roles si aglutinamos su mesa directiva, el Consejo Ejecutivo -destacándose a Paula Pareto, Nora Vega y María Julia Garisoain- y 12 comisiones. El número merma en lo que a conducción se refiere. Un ejemplo de esto lo simboliza la vicepresidenta 1°, Alicia Masoni de Morea, entre los 11 dirigentes más encumbrados del organismo.
Asimismo, entre los 69 miembros y consejeros, cada casi 6 hombres hay una mujer (17%). Sólo un cuarto de las comisiones (25%) se encuentran presididas por mujeres: Alicia Masoni de Morea, “Arte, Cultura y Museo Olímpico”; Mabel Roca, “Sostenibilidad en el Deporte”; y Patricia Sangenis, “Comisión de la Mujer en el Deporte”. Un dato más para el ámbito doméstico: el Comité Olímpico Internacional (COI) anunció que el 47,7% de las áreas de trabajo se conformará con presencia femenina en este 2020, elevando así el 45% de 2019, según una investigación de la periodista Malva Marani.
El cuadro no deviene en superador cuando analizamos la estructura del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard), en el que se nuclean 58 federaciones del país, con sus respectivas presidencias. De ese acumulado, Magdalena Kast absorbe solitariamente un 5% al gestionar por triplicado las disciplinas de Ski, Snowboard y Escalada.
El vacío en la composición de género se agudiza en el Rugby (UAR), Básquet (CABB) y Pelota (CAP) donde no hay presencia femenina en el organigrama interno de decisión; o en Vela (FAY), Golf (AAG), Tenis de Mesa (FATM) y Pentathlon (PMA), con una sola representante. En este marco, sólo algunas de estas casi 60 actividades orillan el 20% determinado como el Tenis (AAT) con un 16%, 20% en Hockey (CAH) y 21% en Voleibol (FEVA). Mientras que sólo una sube la vara, y es la Natación (CADDA) con un 40%, constituido por 6 mujeres sobre 15 dirigentes.
Ejecutar y legislar
En este sentido ¿Qué sucede con la paridad a nivel ejecutivo y federal? Todavía reviste un escenario de puja y construcción tras la derogación de la ex Agencia Nacional del Deporte (ADN) en manos del macrismo, y el retorno de la secretaría de Deportes a cargo de Inés Arrondo. Según el esquema difundido por el Ministerio de Turismo y Deportes nacional -coordinado por Matías Lammens-, la ex Leona sintetiza el único rol de relevancia en el área, entre los 12 cargos jerárquicos, aunque también figuran en el andamiaje tanto Florencia Casamiquela como Jorgelina Bertoni.
En tanto ¿progresan las provincias con la equidad de las mujeres en el poder? No, por el momento. Sólo 4 de 24 ocupan lugares de decisión real. Es decir, un 16%. Hay dos ministras, una secretaria y una coordinadora de Programa, respectivamente: Ana María Nadal (Mendoza), de Salud, Desarrollo Social y Deportes; Martha Vélez (Río Negro), Turismo, Cultura y Deporte; la exdiputada nacional Claudia Giaccone (Santa Fe); y Cintia Ramírez (San Luis).
¿Y en lo legislativo? En Diputados, la comisión de Deportes es conducida por el cordobés, Héctor Baldassi. Compuesta por 31 legisladores, el espacio femenino alcanza el 35% con el accionar de 11 diputadas. Sin embargo, no se registra ninguna mujer tanto en la presidencia como en las dos vicepresidencias. Recién en el cuarto lugar aparece como secretaria la entrerriana Mayda Cresto.
Por su parte, en Senadores no se ha conformado el espacio parlamentario. Sólo aparecen 13 asesores y un secretario administrativo. Hasta el recambio legislativo de 2019, estuvo en manos del ex piloto de TC, Julio Catalán Magni, con siete legisladoras sobre un total de 17 integrantes.
En suma, el empoderamiento de la mujer en el deporte es -hoy- escuetamente una ley aprobada, lo mismo que el 20% de cupo mínimo, votados hace casi 5 años. Como se desprende de los casos analizados, casi un 3% concentra la conducción en más de 500 funciones, mientras la obturación del ‘mundo macho’ todavía no economiza gestos. Pese a esto, el avance del feminismo se ha auto-traccionado un territorio visible y necesario, ya sea por impulso propio de derechos, por logros o gestión. Una marcha sostenida de conquistas que ya no quiere jugar de visitante.
