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Red Internacional
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ENCUESTA NACIONAL DE SALUD. La obesidad y el sobrepeso aumentaron en el país y las mujeres son las más afectadas

La última encuesta que se realizó en nuestro país fue en el año 2010 e indicó cifras menores en cuanto a sobrepeso y obesidad.

Martes 6 de marzo de 2018

La obesidad aumentó de un 22,9 a un 31,2% en los últimos 6 años, sin embargo, con respecto al tabaquismo, afortunadamente el porcentaje disminuyó y actualmente se encuentra en un 29,1% con respecto a un 36,5% del año 2010.

Lamentablemente esta encuesta también indicó que las mujeres y, más aún las mujeres de sectores vulnerables, son las más afectadas, donde 3 de cada 4 mujeres sufre de sobrepeso. También lideran el porcentaje de sedentarismo, con un 90% de éste, y una actividad física de menos de 3 veces a la semana, el consumo de cigarros mentolados también es más común en mujeres, siendo éstos mucho más dañinos que los comunes, ya que funcionan como un anestésico de las vías respiratorias lo que aumenta el consumo.

Enfermedades como la diabetes, hipertensión, accidentes cerebro vasculares y trombosis cerebral, entre otras, son ligadas al sobrepeso, tabaquismo y sedentarismo, siendo éstas las principales causas de hospitalización y consultas médicas en el país.

Vivir para trabajar, trabajar para consumir

Esta encuesta demuestra un estilo de vida donde la precariedad en todas sus formas golpea doblemente a la mujer, un estilo de vida capitalista que las imposibilita a tener una vida saludable, con tiempo libre para realizar un actividad física regularmente, ya que debe cumplir horarios esclavizantes en trabajos precarios, tareas domésticas, el cuidado de sus hijos, de familiares enfermos y sin poder costear alimentos más saludables que estén al alcance de su bolsillo, ya que reciben sueldos miserables sólo por el hecho de ser mujeres.

Además, la industria cosmética multiplica sus ganancias sobre la opresión de los cuerpos, imponiendo cánones de belleza que empuja a las mujeres a competir entre ellas, genera trastornos psicológicos y alimenticios.

En tanto, la industria alimenticia hace lo suyo ofreciendo productos poco saludables o que provoca contaminación y maltrata la salud psicológica y física de sus trabajadores, con turnos rotativos, jornadas extenuantes, prácticas antisindicales y discriminación de género, también generando trastornos psicológicos y alimenticios.

Otra realidad es posible

Hace 100 años, el primer Estado Obrero dictaba un código de familia que aspiraba a desaparecer, a solo un año de que se encendieran la chispa de la primera revolución proletaria triunfante a propósito del día de la mujer. Revolución que levantó comedores y lavanderías populares, socializando el trabajo domestico y el rol de los cuidados de infantes, ancianos y enfermos, liberando a las mujeres de ese trabajo esclavizante para que se pudiera integrar a la vida política y social. Pero también para liberar a los obreros del trabajo explotado.

Las cifras de salud que analizamos develan la vigencia de la demanda histórica del movimiento obrero mundial de rebajar las jornadas de trabajo, porque los cuerpos se maltratan en ritmos de vida frenéticos, además, bombardeados de productos. Los empresarios depredan el medio ambiente y ofrecen productos nocivos para la salud pero abultan cada día más sus ganancias.

¡Nuestras vidas valen más que sus ganancias!

La derecha buscará que las mujeres sigan en el ámbito privado, cumpliendo el rol de madres abnegadas, postergando sus propios proyectos de vida y sus cuerpos. Pero el movimiento de mujeres a nivel mundial se levanta y convoca a un Paro Internacional. En Chile se adhirió al paro con debilidad, pero con la intención de forjar una alianza con otros sectores, desde las mujeres trabajadoras hacerse responsables de conquistar la sociedad que garantice la igualdad ante la ley y ante la vida.

En ese sentido, Joseffe Cáceres la vocera de la coordinadora 8 de marzo, trabajadora del aseo dirigente sindical de los funcionarios de la UMCE (ex pedagógico), señaló que "este 8 de marzo el movimiento de mujeres emplazamos a los organismos de trabajadores, estudiantes, pobladores, ambientalistas, del pueblo Mapuche, la diversidad sexual a levantar un gran movimiento contra la precarización de la vida, por el derecho a un trabajo estable y sin violencia de género, porque queremos nuestros cuerpos, nuestros derechos sociales y nuestro tiempo".

Cabe destacar, una acotación histórica que compartió con La Izquierda Diario la joven dirigente sindical de 31 años a propósito del pan un alimento básico en la dieta de la clase trabajadora en Chile, cuando señaló

"La agrupación internacional de mujeres en la que milito, tomamos el concepto de Pan y Rosas de una huelga de mujeres en Estados Unidos a principios del siglo pasado, porque como ellas, luchamos por las demandas económicas, por el pan, por saciar nuestras necesidades, pero también luchamos por abrazar la belleza de las cosas y eso incluye nuestros cuerpos y nuestro tiempo".

Por último, recalcó la convocatoria a marchar este 8 de marzo en Plaza Italia a las 19.00hrs.