En junio de 1792 Danton dijo que “estando la patria en peligro” todos los franceses estaban llamados a defenderla. Ayer en la 9 de Julio la perspectiva planteada salva al “rey” en lugar de pedir su cabeza.
Facundo Aguirre @facuaguirre1917
Sábado 26 de mayo de 2018
Foto: Matías Baglietto * Enfoque Rojo
“Estando la patria en peligro, todos los hombres franceses están de hecho llamados a defenderla”. Con esas palabras de Georges-Jacques Danton, uno de los jefes del ala pequeñoburguesa de la gran Revolución francesa que comenzó con la toma de la Bastilla de 1789, los jacobinos, Marat y las secciones de la Comuna de París llamaron a la insurrección.
El 11 de junio de 1792, las masas de París hicieron suya esta proclamación e irrumpieron, el 20 de junio, en el Palacio de las Tullerias obligando Luis XVI a ponerse el gorro frigio de los revolucionarios y beber vino en honor de la nación francesa. El mismo rey que había huido un año antes en Varennes y fuera detenido por un cartero y un herrero que se arrogaron el derecho de impedir su fuga.
Luis XVI conspiraba junto a la nobleza y sectores mismos de la burguesía para que las tropas alemanas y austríacas invadieran Francia y decapitaran la revolución.
Sin embargo el 20 de junio fue una manifestación pacífica que dejó en pie al rey y a los contrarrevolucionarios. Pero empezó a encender la chispa de la insurreccción del 10 de agosto de 1792 que sellaría para siempre la suerte del rey y daría lugar a la República.
“La patria está en peligro” fue entonces el llamado con que las secciones de la Comuna de París organizaron una insurrección contra los traidores de la nobleza y fue la consigna que permitió poner en pie los ejércitos revolucionarios que defendieron a París de la invasión extranjera en auxilio de Luis XVI.
En todo ese proceso los girondinos, que eran el ala conservadora de la burguesía revolucionaria, intentaron salvar a la monarquía y la cabeza del mismo rey. La revolución tuvo que avanzar entonces contra los mismos girondinos.
Relato del frente antimacrista
La multitud que se movilizó este viernes, respondiendo a la convocatoria del kirchnerismo y la burocracia sindical, buscaba un canal de expresión del rechazo al ajuste macrista y el retorno al FMI.
Sin embargo, el acto y su contenido fue el de fortalecer la política de “buscar la unidad” y esperar al 2019.
La convocatoria no fue una movilización en defensa de los intereses nacionales contra el FMI, porque partió de reivindicar el desendeudamiento que el kirchnerismo realizó en su gestión, que no fue más que una estafa monumental que favoreció a los bonistas y significó que Argentina pagase U$S 200 mil millones de una deuda contraída por la dictadura y los grupos económicos al FMI y los organismos de financiamiento internacional que hoy dicen rechazar.
No hubo ni hay ningún llamado a la lucha. Por el contrario, en la 9 de Julio se dieron cita los burócratas de la CGT y el moyanismo que, acompañados por la CTA, hasta ahora le han dado una tregua al gobierno de Macri luego de que las masas irrumpieran en la Ciudad de Buenos Aires el 14 y 18 de diciembre.
No hubo ningún llamado a romper el techo de las paritarias, porque estaban presentes dirigentes como Sergio Palazzo que han firmado el techo del 15 % para sus trabajadores.
En lugar de un claro llamado a no pagar la deuda, la reivindicación del desendeudamiento soberano con políticos como Axel Kicillof, que pagó U$S 9500 millones de la deuda con el Club de París, la cual mayoritariamente provenía de la compra de armamentos por la dictadura genocida.
Ningún llamado claro de cómo defender el empleo y terminar con la precarización. Pero se podía ver en la movilización a exfuncionarios como Carlos Tomada, quien protegió a su amigo José Pedraza, el asesino de Mariano Ferreyra, y fue responsable de mantener la precarización laboral incluso en el Estado nacional y en el propio Ministerio de Trabajo, para que las patronales pudieran abaratar el costo de la mano de obra. Todo eso bien acompañado por cámaras patronales perjudicadas por Cambiemos.
Más allá de las expectativas de los manifestantes, el llamado a cantar el Himno Nacional es parte de un operativo para presentar como necesaria la conformación de un frente antimacrista que tenga al peronismo, que ha garantizado la gobernabilidad del macrismo, como eje central y a rechazar la lucha de clases contra el ajuste y el FMI a favor de la espera pasiva del 2019.
Evidentemente una perspectiva que salva al “rey” en lugar de pedir su cabeza.
Facundo Aguirre
Militante del PTS, colaborador de La Izquierda Diario. Co-autor junto a Ruth Werner de Insurgencia obrera en Argentina 1969/1976 sobre el proceso de lucha de clases y política de la clase obrera en el período setentista. Autor de numerosos artículos y polémicas sobre la revolución cubana, el guevarismo, el peronismo y otros tantos temas políticos e históricos.