El debate sobre el sexismo en la industria tecnológica se reaviva. El caso de Google es expresión de un problema de sexismo estructural más profundo.

Leah Muñoz @leahdanmunoz
Miércoles 9 de agosto de 2017
En días pasados se filtró una carta interna del ingeniero James Damore de la empresa tecnológica Google en donde señalaba que el bajo porcentaje de mujeres en la industria tecnológica se debía a “las diferencias biológicas”.
Sus declaraciones provocaron la indignación de miles de mujeres que vieron en sus declaraciones una justificación para las discriminaciones de género que viven en la industria.
La polémica que desató la carta provocó no sólo que los directivos de Google salieran a limpiar su imagen, diciendo que sus declaraciones no representan la “política inclusiva” de Google, sino que el ingeniero fue despedido días después.
Este no es el primer caso de sexismo que hace evidente que Silicon Valley está lejos de ser el paraíso del progreso que dice representar.
Desde hace meses la gran zona de la tecnología está inmersa en las acusaciones de sexismo en donde varias mujeres han sacado a la luz los casos de acoso sexual, ambiente hostil y discriminación salarial en las distintas empresas.
Luego de que se conocieran, hace meses, las declaraciones de las trabajadoras de Uber en donde vivían acoso sexual y discriminación laboral muchas trabajadoras más de distintas empresas tecnológicas comenzaron a levantar quejas que centraron la atención en el sexismo de las empresas tecnológicas de Silicon Valley.
Ahora el caso de Google vuelve a agudizar un debate que lleva meses y muestra el carácter sexista de la industria tecnológica en el corazón de la innovación tecnológica del planeta.
Entre las compañías que han sido acusadas de tener un ambiente laboral de acoso y discriminación sexista están Google, Tesla, Twitter, Microsoft y Oracle.
Sexismo tecnológico en números
Varias mujeres han expresado que aunque Google haya eliminado al ingeniero sexista el problema no se resuelve ya que es mucho más profundo y sistémico en donde existe una cultura de la dominación masculina y problemas laborales en donde hay poca promoción de las mujeres y existe la brecha salarial.
Anita Hill escribe en su artículo del New York Times que en la industria de la tecnología las mujeres menores de 25 ganan en promedio 29% menos que sus contrapartes masculinas. Las mujeres de distintas edades reciben ofertas salariales menores que los hombres por el mismo trabajo el 63% de las veces y la tasa de deserción de las mujeres en los trabajos de tecnología es más de dos veces lo que corresponde a los hombres.
En Google alrededor del 69% de los empleados son hombres, según los datos de la empresa. En Apple el porcentaje es similar ya que el 30% de los empleados son mujeres y en Facebook en los altos ejecutivos el 27% son mujeres.
Además de esto se suma que en la industria de la tecnología hay pocos sindicatos (en Google no hay) en donde las trabajadoras puedan discutir medidas para acabar con el machismo, el acoso sexual y la brecha salarial.
Frente a esto la ruta que han tomado muchas trabajadoras es la de demandas colectivas para acabar con el acoso, que en muchos casos quedan paradas por las mismas restricciones del procedimiento de interponer la demanda. En el caso de la brecha salarial ha resultado más difícil combatirlo ya que en el caso de Google la empresa ha negado que existan diferencias de salario entre hombres y mujeres en su plantilla de empleados.