Este jueves previsiblemente el Congreso revalidará el Real Decreto de la reforma de Yolanda Díaz. Lo hace con el apoyo de Cs, PdeCAT y UPN. Más País y Compromís se suman a los “síes”. La CUP, EH-Bildu, BNG y ERC mantienen su rechazo por considerarla una revalidación de la del PP.
Jueves 3 de febrero de 2022
Una reforma laboral que deja intacto el legado de las anteriores, en especial la de Rajoy de 2012, y que satisface a la UE por el acuerdo con la patronal y la incorporación del Mecanismo RED, una institucionalización de la socialización de las pérdidas empresariales de sectores en crisis. Esta parece que será la reforma estrella de la legislatura del gobierno “más progresista de la historia”, que saldrá este jueves aprobada en el Congreso.
Los avales necesarios vendrán de las filas de los partidos de gobierno, el PSOE, Podemos e IU/PCE, que suman 159 diputados y diputadas, y una nueva coalición de socios más escorada a la derecha que el llamado bloque de investidura, que podría hacer ascender los “síes” a los 176.
La reforma saldrá adelante gracias al apoyo decisivo de tres partidos de derecha. Los 9 diputados de Ciudadanos ya han confirmado si sí, conformes con que “no se haya tocado ni una coma” de lo acordado con la patronal. El partido fundado a petición del IBEX35 y que se encuentra en vías de extinción, rinde así uno de sus últimos servicios. Se han sumado también los 4 diputados del PdeCat, que como herederos del pujolismo hacen de emisarios directos de Foment del Treball, y los 2 de UPN, la ruptura navarra del PP, que ha justificado su apoyo por por ser un “partido de Estado”.
Solo con estos apoyos el Real Decreto ya quedaría revalidado. Los “noes” suman 173 escaños, que incluyen a la oposición de derecha del PP, Vox y Foro Asturias, que mantienen un rechazo preso de sus cálculos electorales y de desgaste del gobierno. Importantes dirigentes del PP como Aznar o Rajoy han reconocido que la reforma deja intacta la suya, y hasta Fátima Bánez, la exministra de Trabajo que la aprobó, ha hecho campaña para conseguir el apoyo de Ciudadanos.
Sin embargo, el gobierno habría conseguido también los apoyos de partidos regionalistas como el cántabro, los dos canarios – Coalición Canaria y Nueva Canarias- y Teruel Existe, que le darían un voto cada uno. Por su parte Errejón confirmó este lunes que votará sí junto a Compromís, confirmando que sus críticas al gobierno se quedan en agua de borrajas. No es de extrañar, viene de donde viene y fue el mismo Errejón quien en 2016 defendió que era el momento de apoyar desde afuera el pacto entre PSOE y Ciudadanos.
También se oponen por considerar la reforma “insuficiente” o una “revalidación” de las anteriores los 13 de ERC, los 4 de JxCat, los 2 de la CUP y los 5 de EH-Bildu. El PNV finalmente se mantendrá en el no también al no haberse modificado la prevalencia del ámbito estatal sobre el autonómico en la negociación colectiva. El bloque de la investidura queda pues en su mayoría por fuera del acuerdo y PSOE y Unidas Podemos lo rehacen mirando claramente a la derecha en el ecuador de su legislatura.
Una reforma laboral que revalidad la precariedad, un pensionazo y un rescate a la banca de 35 mil millones de euros con la operación Sareb. Este es el arranque de 2022 del gobierno “progresista”. Un anuncio a navegantes de que las políticas social-liberales serán la tónica cada vez más marcada de aquí en adelante. Políticas de derechas que siguen abriéndole el camino a la derecha y la extrema derecha que no dejan de ascender en las encuestas.
El mal menor era esto. Un horizonte de rebaja de expectativas constantes y resignación a las políticas que demanda la patronal y la UE, mientras las grandes empresas se esperan para recibir una lluvia de millones de 140 mil millones de los Fondos NextGeneration.
El sindicalismo alternativo se ha opuesto a esta reforma “fake”, o a esta “estafa” como la han denominado, con manifestaciones en los últimos días en numerosas ciudades. Este jueves se concentrarán en el Congreso mientras se realiza el debate y la votación. El gobierno la sacará adelante con el respaldo de una parte de la derecha de la cámara, pero la pelea no puede terminar aquí.
Lo que se aprueba es ante todo una revalidación del marco legal vigente, que blinda la precariedad, aunque ahora en algunos casos ésta encaje en formas contractuales con la denominación de “indefinido” pero con el mismo despido libre y barato que antes.
Las fuerzas de la izquierda sindical, que vienen avanzando en acuerdos de unidad de acción en todo el Estado, tienen por delante la responsabilidad de explicar y combatir el relato de Yolanda Díaz y la burocracia sindical de que estamos ante “una reforma histórica”. Llamar a asambleas en los centros de trabajo, reuniones de activistas, que empiecen esta importante tarea, que consulten a los trabajadores si están o no a favor de que se deroguen las contrarreformas laborales que el gobierno ha querido dejar intactas, y sobre todo, que empiece a organizar desde abajo un movimiento por su derogación real y para enfrentar la aplicación de las mismas en forma de EREs, convenios a la baja y despidos low cost.