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Red Internacional
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DÍA INTERNACIONAL DE ACCIÓN POR LA SALUD DE LAS MUJERES. La salud de las mujeres como expresión del patriarcado y de la omisión estatal

El pasado 28 de mayo se conmemoró a nivel internacional el Día de Acción por la salud de las mujeres que surge en el año 1987 con el objetivo de promover acciones para pelear por los derechos sexuales y reproductivos.

Martes 6 de junio de 2017

La Izquierda Diario se entrevistó a Mónica Oppezzi, Antropóloga, especialista en estudios de género.

¿Derecho de las mujeres a la salud reproductiva... y sexual?

En general al hablar sobre los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres se tiende a asimilar estos dos conceptos, no obstante y al respecto Mónica Oppezzi señala que “de la salud sexual de las mujeres no se habla, y que hablar de derechos sexuales no es lo mismo que hablar de derechos reproductivos. En términos generales, se podría afirmar que el patriarcado contemporáneo funciona como uno de los mecanismos subyacentes que recortan las posibilidades reales de las mujeres, para alcanzar el pleno ejercicio de sus derechos sexuales, más allá de la vigencia formal y legal de los mismos, en un plano igualitario entre varones y mujeres”.

Entonces las mujeres, no tenemos muchas posibilidades de ejercer autónomamente el placer, el deseo, y la toma de decisiones autónomas, sino que quedamos sujetas a las decisiones sexuales y genitales de los varones, porque es en el campo de los vínculos sexuales donde el patriarcado ejerce opresión y dominación, y a esto hay que sumarle que en las instituciones de salud no se habla de sexualidad, sino que rápidamente se homologa sexualidad con reproducción”.

En cuanto a la salud reproductiva agrega que “la provincia de Neuquén cuenta con la ley 2222/97 (Ley Provincial de Salud Sexual y Reproductiva), que está pronta a cumplir 20 años, en la cual se expresa que es la provincia la que tiene que hacerse cargo de la compra de los anticonceptivos y para ello, la misma ley prevé una asignación presupuestaria. Sin embargo desde el año 2009 en que aparece el Programa Remediar, la provincia tomó la decisión de no comprar más anticonceptivos, lo cual es un retroceso muy grande. La provincia se desentendió y era una ley de avanzada que no se derogó, solo se dejó de cumplir”.

Y expresa que “también hay un retroceso en cuanto a la implementación de la ley sobre anticoncepción quirúrgica, ya que el acceso a la ligadura tubaria o a la vasectomía está muy restringido en todo el ámbito sanitario provincial, sea por obstáculos y/o prejuicios, y nadie evalúa el cumplimiento de esa ley, ni monitorea los obstáculos con los que se encuentran las mujeres que solicitan esa práctica, responsabilidad indelegable de las autoridades locales y nacionales de los programas de salud sexual y reproductiva”.

Asimismo, se señala que las infecciones de transmisión sexual, como sífilis y gonorrea que están creciendo en los últimos años, da cuenta, entre otras cosas, a que “es evidente la falta de la mirada de la salud sexual con perspectiva de género, como política sanitaria”.

Oppezzi menciona que “el principal responsable de que las mujeres no accedan al aborto no punible o a la ILE (interrupción legal del embarazo) son las autoridades, desde el ministro a la Subsecretaria y a la Directora Provincia de Saludl” y agrega que “tiene que ser una decisión de las autoridades que se cumpla el fallo FAL de marzo del 2012, con todo lo que es el causal salud y se compre la droga necesaria, para que las mujeres accedan a la práctica”.

Y agrega que “el aborto es un problema de salud pública, y el primero que tiene que cumplir es el estado y ser el primero en garantizar el derecho. Existen ONG que son un brazo que acompaña a las mujeres en esta problemática y está bien en hacerlo, pero no puede resolverlo porque de esta manera se genera una inequidad, porque no se garantiza de igual manera para toda la población”.

La salud de las trabajadoras de la salud, de eso no se habla

Partiendo de la definición de malestar que propone Mabel Burin y que establece que “El malestar que se expresa a través del síntoma, surge cuando las mujeres vivencian contradicciones entre sus deseos y necesidades, y los mandatos sociales de los roles de género. Se trata de un fenómeno complejo que no puede ser entendido sólo desde una visión biomédica, sino que debe considerar la interrelación de diversos elementos como punto doloroso de integración de factores biológicos y psicosociales, de encrucijada entre naturaleza y cultura”.

Respecto de la salud de las trabajadoras del sistema de salud, Opezzi sostiene que “es notable que existen disputas intragénero, con ejemplos de los horario de lactancia o actividades de promoción que se ven como usados para “escapar” del horario laboral por nuestras propias compañeras. También hay disputas intergénero que es lo más normal, disputas entre varones y mujeres que tienen que ver con el poder, con la opresión de unos a otras” pero sostiene que el abordaje de la salud de las trabajadoras de salud “tiene que ser una política institucional, tiene que ser parte de la gestión institucional, por la responsabilidad de las autoridades de cuidar la salud de los trabajadores y las trabajadoras”

Oppezzi refiere que a su criterio “la forma más inmediata de enfrentar estas situaciones, es organizando reuniones por sectores, aunque sea con una frecuencia mensual, con una coordinación clara y donde cada una tenga la libertad de decir como se ha sentido ese mes, por ejemplo, siempre referido a lo institucional. Reuniones con un diálogo, que no quede solo en una charla”.

Y agrega que “por otro lado, hay que revisar los certificados médicos y psicológicos que presentan los y las trabajadoras, su frecuencia, pero con un criterio de cuidado de la salud, no persecutorio, y que solo garanticen la productividad, sino fundamentalmente, para conocer el estado de salud de esa persona que no está pudiendo asistir a su trabajo”.

“Hace falta una redefinición de las tradicionales áreas de salud laboral o medicina laboral, que son quienes, de acuerdo a la OMS (Organización Mundial de la salud) se deberían encargar de la promoción y protección de la salud de los/as trabajadores/as mediante la prevención y el control de enfermedades y accidentes y la eliminación de los factores y condiciones que ponen en peligro la salud y la seguridad en el trabajo. Procurando generar y promover el trabajo seguro y sano, así como buenos ambientes y organizaciones del trabajo realzando el bienestar físico, mental y social de los/as trabajadores/as, y respaldar el perfeccionamiento y el mantenimiento de su capacidad de trabajo”

#NiUnaMenos, contra la violencia machista

En las demandas de Ni Una Menos, Oppezzi reconoce la masividad del movimiento, frente a un Estado ausente, aunque distingue algunas diferencias dentro del colectivo que las impulsan, sobre todo en lo referente al abolicionismo vs reglamentarismo del trabajo sexual o respecto del punitivismo.

Por ejemplo, el Abolicionismo vs el regulacionismo. Y se pregunta, el trabajo sexual, ¿es un trabajo? ¿O hablar de “trabajadores sexuales” es un invento del patriarcado neoliberal? Y como siempre propone autoras y artículos para seguir reflexionando, de uno de ellos se extrae la siguiente frase “El discurso del ´trabajo sexual´ no admite ni víctimas ni vulnerabilidades ni opresiones estructurales”

No obstante señala respecto de la violencia contra las mujeres que “el Estado cumplió en sacar una ley (Ley Nacional 26485 y Provincial 2785), desde lo formal, pero lo que no ha hecho es efectivizarlas, poner la plata que hace falta”.

A modo de conclusión expresa “los organismos no están funcionando como deben. Las mujeres se animan a denunciar, los varones se sienten más disminuidos frente al avance de las mujeres y esa vulnerabilidad hace, que cuando sus parejas se empoderan, y ya hay una historia de violencia intrafamiliar, muchas veces las terminan matando. Se ven imposibilitados de retenerlas”.

Y agrega “el gran trabajo que falta es que los varones se enfrenten con los varones, que los enfrenten con la violencia que ejercen y públicamente, los hombres tienen que cuestionar el poder y su lugar de privilegio. Es necesario trabajar con los varones porque son los que están matando”. Que salgan a la calle en forma autónoma. Quien mejor que un par, para que le explique a un varón porque no le tiene que pegar a una mujer. Porque ese otro varon que pega y mata está educado en pegar y matar y si la mujer le dice algo, le pega más. En cambio si se lo dice un hombre es distinto.

En el Hospital Castro Rendón nos organizamos

La creación de comisiones y secretarías de mujeres en todos los lugares de trabajo y de estudio, resulta imperioso para seguir apostando a construir un fuerte movimiento de mujeres que luche por nuestras demandas, nuestros derechos y nuestras libertades más sentidas.

Desde la Secretaria de las Mujeres del Hospital Castro Rendón de Neuquén apostamos a la organización para seguir defendiendo el derecho a la salud de las mujeres desde el reclamo en las calles por educación sexual integral, anticonceptivos para no abortar y aborto legal seguro y gratuito en los hospitales para no morir. A la vez que creemos que si bien es nuestro objetivo luchar por una sociedad más justa e igualitaria, mientras tanto le exigimos al estado las partidas presupuestarias necesarias para implementar el Plan de emergencia contra la violencia hacia las mujeres, para decir Ni una menos.