La salud pública se encuentra atravesando una grave crisis institucional, de personal y de recursos que pone en jaque a todo el sistema. En La Izquierda Diario compartimos la opinión de un trabajador del Hospital Cipolletti.
Santiago Cayupan Trabajador Hospital Cipolletti
Lunes 4 de diciembre de 2017 17:06

La cobertura universal de salud, por el decreto 908 sacado por Macri en julio de 2016, con la complicidad de la cúpula de la CGT, es un ataque a la salud pública que desvía millones a la Salud privada y deja desamparados a miles de familias trabajadoras. Este decreto se alinea con las políticas que pretende imponer el Banco Mundial, y ya aplicadas en varios países latinoamericanos como Chile, México o como en el caso de Colombia que lo aplica desde hace 20 años, y que provocó el colapso del sistema de salud colombiano.
Este plan con nombre mentiroso, no es universal ni es de salud, sino que busca introducir un plan de atención médica mínima, creando una canasta básica de prestaciones para atender las patologías de bajo costo, y dejando fuera las de alta complejidad o enfermedades poco frecuentes, es decir lo que quede fuera de esta canasta lo vas a tener que pagar!!
Credencial de Pobre
Crea además a través de la credencial de cada usuario y de la creación de una base de datos, un registro de cada servicio de salud que recibió, poniendo un límite a la cantidad atenciones, es decir, si usted se atendió tres veces si quiere una cuarta, tiene que pagarla; y si no hay turno en el hospital te van a derivar al sector privado, que le va a facturar al hospital público.
La salud como derecho queda relegada a un servicio, la atención a prestación y el paciente pasa a ser usuario, lo cual cambia radicalmente el paradigma del sistema universal que existe desde ramón carrillo con hospitales públicos con atención gratuita, que atienden a más de 15 millones de personas sin obra social.
Un negocio que pone en riesgo la Salud Publica
Esto es lisa y llanamente una privatización encubierta, con una gran transferencia de recursos a la medicina privada, desfinanciando al hospital público, recortando personal, congelando nuevos ingresos e incentivando al retiro voluntario, y un ataque a los sectores más vulnerables que no podemos permitir.
Los trabajadores y trabajadoras a lo largo de décadas y a través de muchas luchas, logramos tener y sostener el sistema de salud como derecho, que no podemos regalar a los buitres a los cuales poco les importa el sufrimiento de los sectores más carenciados, y solo quieren quedarse con el negocio fabuloso de la salud.
La salud del pueblo no se vende, se defiende, bajo las consignas no al CUS y no a la reforma laboral!