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Red Internacional
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Teatro. La teoría de un Brian

"La Teoría de un Brian" surge sobre un hecho policial: el crimen de Brian Aguinaco (14 años), un pibe del Bajo Flores que es asesinado por otro Brian (15 años). El caso llega a la prensa, que se encarga minuto a minuto de alimentar el morbo televisivo, y se genera una dinámica de saga periodística donde todos se ponen, otra vez, a discutir la baja de edad de imputabilidad. Dos familias divididas. Dos pibes ausentes. Un crimen perfecto. La reconstrucción de un barrio que se estaba cayendo.
Entrevistamos a parte del elenco, Maximiliano Galeano (Actor) y a José Guerrero (Director).

Jueves 27 de septiembre de 2018

¿Qué es "La teoría de un Brian"?

Maxi: Es una obra de teatro que hace una gran crítica al sistema y sobre todo a los medios de comunicación. Se basa en un hecho real de hace dos años. La obra se desarrolla entre el drama y la parodia.

José: Es un proyecto de investigación y comenzó hace más de un año. Todo surge a raíz de una propuesta de hacer una obra pequeña, de veinte minutos, en un festival de directores menores de 30 años. Y por otro lado yo venía de hacer otra obra, mi opera prima, otro caso real y los medios cumpliendo la misma función, se aprovechan de la noticia y la manipulan para generar mucho morbo televisivo. Me parecía interesante hacer algo similar con un hecho ocurrido en Argentina, así surge "La teoría de un Brian", que está en su segunda etapa y muestra mucho más claro como los medios de comunicación manipulan las noticias o como tratan de arengar ciertas situaciones a favor de alguien o en contra y la necesidad de tener todo el tiempo chivos expiatorios.

¿Con qué más se van a encontrar quienes se acerquen a ver la obra?

J: Es un hecho muy confuso y todavía no esta claro. Son dos Brian, uno mata al otro que dispara para robar una cartera. El asesino tiene todos los condimentos para ser un chivo expiatorio perfecto que los medios utilizan para hacer una saga periodística y empiecen a hablar sobre la baja de edad de imputabilidad, tenía quince años en ese momento, es peruano, el padre tenia prisión domiciliaria y la madre metida en el narcotráfico.

Nosotros generamos pruebas escénicas y empezamos a hacer improvisaciones de lo que leíamos y veíamos en televisión. Como no nos alcanzo solo con eso empezamos a entrevistar a los vecinos. El material fue por varios lugares, se hizo muy extenso y tuvimos que recortar para que no quede una obra que sea solo una critica, sino que tenga teatralidad y nos permita un juego actoral y generar un espectáculo a través de una noticia. Van a encontrarse con muchas preguntas, mucha fricción.

M: A mí como espectador me genera contradicción por como lo estamos contando, las escenas caminan por una delgada línea entre lo cómico haciendo una gran crítica. Hubo momentos donde me termino quebrando, más allá de que hay una gran crítica a los medios, hay un nene que murió.

J: Todo el tiempo nos preguntamos que estamos haciendo, todavía estamos en una especie de interrogatorio, tenemos mucho material y es un trabajo que no esta terminado. Estamos en una especie de laboratorio.

¿La gente va al teatro, consume teatro?

M: en general sí, en capital hay muchísima oferta y para todos los sabores. Hay teatro oficial donde va determinado público y está el teatro independiente donde concurre otro público. Hay superpoblación de actores, oferta por todos lados.

¿Está al alcance de todos?

J: Hay una baja considerable, pero la gente va al teatro. Eso nos obligó a hacer teatro independiente, a generar ciertas alternativas. Hay amigos que hacen teatro a la gorra y les va bárbaro, no hace falta pagarlo si es que no podés. Ademas hay todo un ritual en ir al teatro, después de ver la obra te quedas tomando o comiendo algo.

¿Y si es gratis, la gente igualmente va al teatro?

M: Si nuestra obra la ven personas que no van al teatro, que no son críticas del teatro o consumen mucho noticiero y de alguna manera le cambiás un poco la mirada se podría decir que es un triunfo, una forma de cambiar el mundo. Pero esas personas no se acercan ni aunque sea gratis. Ahí creo que el teatro tiene alguna responsabilidad. Quizá el teatro se tendría que mover hacia las personas. Llegar a cierto público es un abismo. ¿Para quiénes hacemos teatro? es una pregunta que me hago hace años. ¿Para nosotros, los actores? ¿Para los críticos? ¿Para quién no va al teatro? Tal vez el teatro se tenga que mover hacia las personas, que sea muy poco el esfuerzo que tengan que hacer para acercare.

J: No hay mucho apoyo para que eso suceda. No está el aporte que uno debería tener, muchas veces invertimos plata de nuestros bolsillos que ni siquiera recuperamos. Es muy difícil trasladar el vestuario, la escenografía, el espacio.
Me paso con otro elenco, donde yo era director, que pudimos ir al bajo Flores a hacer una función porque la escenografía era solo ropa tirada en el suelo. La experiencia fue increíble, habían pibes que por primera vez veían teatro y te preguntaban: "¿Llorás de verdad?". Ahí te das cuenta que vivimos en una burbuja muy grande de la que hay que salir. Y salir tampoco se puede, falta apoyo, está mal repartido o ni siquiera hay para repartir. Hay un montón de factores que impiden que eso suceda y además se concentra todo en esta ciudad. Yo soy de Rio Negro y en mi pueblo ni siquiera hay una sala de teatro. Vine con una idea y te encontrás con otra realidad, "no es estar en la calle Corrientes siendo famoso".
Yo no voy al teatro por que laburo y cuando ensayamos es a la medianoche o a la madrugada y en un momento decimos hasta acá, porque no damos más.

¿Hacen algo mas ademas de teatro para sobrevivir?

M: Solamente me pude sostener de actor el año pasado, y no fue exclusivamente de eso. Este año di clases de teatro y miles de laburos más. Animaciones para chicos, cuido a la nena de unos amigos, vendo artículos por Internet, actúo en obras infantiles y publicidades.

J: Todos tenemos otros trabajos, aunque estén relacionado con el rubro no es lo mismo, trabajo en un centro cultural, pero no es para lo que me forme. En el verano laburé en un call center.

M: Ya sabemos que no podemos hacer solamente esto para sobrevivir y es angustiante, solo entre los colegas nos entendemos.

J: Cuando veo treinta personas en la función me dan ganas de agradecer a uno por uno, "che, gracias por venir al teatro.." hay compañeros que reman una obra con cuatro espectadores y eso nos puede pasar en un futuro y lo vamos a hacer igual.

¿Cómo creen que las políticas de Cambiemos afectan a la actividad artística?

M: Básicamente a la derecha no le interesa la cultura, hace todo para que sea barrida. Veo que tenemos una fuerza enorme porque si al tremendo monstruo no le interesa y hace lo imposible para que se corra, evidentemente estamos haciendo las cosas bien, estamos en un lugar donde algo les molesta. No lo pueden destruir porque tendrían que destruir a todas las personas.

J: me paso algo particular en Santa Fe, hace poco en una obra en la que actuaba, nos invitaron a un festival y un día antes nos dicen que no teníamos el contrato. Fue en esa semana que desapareció el ministerio de cultura. Nos dijeron que no iban a pagar ni el viático ni la estadía y que tal vez nos pagaban la función en algunos meses y con un alto nivel de perversidad nos pedían que hagamos la obra.

La obra se puede ver en el Centro Cultural Matienzo (Pringles 1249) este viernes es su última función.