Muy pronto será la elección sindical del SUTUACM, más allá de las planillas se requiere discutir su democratización, no sólo para este momento, sino de aquí en adelante, para hacer del sindicato un instrumento que defienda nuestros intereses como trabajadores.
Miércoles 25 de octubre de 2023
El próximo lunes 30 de octubre se realizarán las elecciones internas del Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (SUTUACM), para elegir al próximo Comité Ejecutivo que dirigirá al sindicato y será su máximo representante ante la patronal y al exterior. Es un hecho muy importante para todos los afiliados, porque se elegirá a los que tendrán las riendas del conjunto de la organización y la mayor responsabilidad de salvaguardar los intereses de los trabajadores frente a la patronal.
Por supuesto, consideramos que este proceso debe llevarse de la forma más democrática posible, es decir, que la base trabajadora le imponga al Comité Ejecutivo elecciones que involucren a la mayor cantidad de agremiados que se pueda y que intercambie posturas en asambleas, plantel por plantel, sobre las condiciones en las que se debe llevar a cabo, promoviendo la participación mediante la libre expresión de ideas. Así como acatando la voluntad de la base, expresada en una asamblea general.
Ahora, cabe preguntarse: ¿el actual Comité se ha manejado de esta manera?
Las maniobras de la actual dirección
El actual Comité Ejecutivo, encabezado por la profesora Gabriela Barrueta, ha sido muy criticado por diversos integrantes del SUTUACM, tanto por la opacidad de ciertas decisiones que ha tomado, del gasto de los recursos, como por tener prácticas poco democráticas, como la actual elección, en la que el proceso se está llevando sumariamente sin dar tiempo a que el conjunto de la base se involucre, ya que tampoco hubo una preocupación porque esto sucediera.
Las críticas a dicha situación les han dado espacio a las planillas adversarias para hacer señalamientos a la actual dirección sindical, aprovechando el malestar que esas prácticas han generado en una franja de la base, aunque el grave problema es que ninguna realmente cuestiona de fondo que no haya una democratización real y profunda del sindicato. De las planillas que se perfilan hoy, ninguna reclama que no se promuevan procesos amplios de participación, o que la voluntad de la base no sea escuchada cuando se hacen votaciones por otro tipo de demandas.
Todo esto de conjunto cercena la posibilidad de que la mayoría de los agremiados participe, puesto que, por la premura con la que se está realizando el proceso electoral, hay trabajadores que por sus condiciones no se enteran de lo que sucede, otros simplemente se desaniman por la forma en que se manejan los contendientes y pareciera que es algo que está condenado a repertirse.
Aunque lo peor es que puedan caer en las trampas que pone la patronal, al plantear “soluciones” que puede parecer que tienen la intención de resolver esto rápido, como el hecho de impulsar planillas que les sean afines para sus planes de ataque contra los derechos colectivos.
Como muestra de ello, podemos tocar el artículo 39 de los estatutos del SUTUACM, que en el inciso b) plantea: “La convocatoria deberá publicarse en el local sindical y en los lugares de mayor afluencia de los miembros del centro de trabajo, con una anticipación mínima de 10 días, antes del 5 de noviembre del año que corresponda”. En primer lugar, resalta que el estatuto no aclara si esos 10 días son hábiles o naturales, primer problema, porque queda a total discrecionalidad de cada Comité Ejecutivo y eso no permite que haya claridad en el criterio.
En segundo lugar y más importante, es que esos días son muy pocos para constituir una planilla por fuera de la estructura sindical ya establecida, algo que ningún Comité Ejecutivo cambió o al menos cuestionó, que induce a que los únicos que puedan participar sean aquellos que pertenecen al aparato sindical, sin que la base tenga el tiempo suficiente para organizarse.
Los ataques de la patronal
Las planillas tampoco cuestionan de fondo ciertas prácticas de precarización laboral impuestas por la patronal, como la exclusión de los profesores de asignatura, quienes, a pesar de realizar tareas sustantivas, es decir, hacer labores que son vitales para el funcionamiento de la Universidad, como dar clases, no son reconocidos como parte de la institución, por lo que al final quedan excluidos de los beneficios del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT). Lo que abre la puerta para otro tipo de ataques perpetrados por la patronal, como lo hemos visto a lo largo de la administración de Tania Rodríguez, quien ha pretendido desindexar prestaciones del CCT de salarios mínimos a UMA´s para pagarle menos a los trabajadores del SUTUACM, a la par que niega que los profesores de asignatura sean parte de la UACM.
Pero entonces, ¿qué se puede hacer? Desde la agrupación de trabajadores de la educación Nuestra Clase, consideramos que, ante cualquier Comité Ejecutivo que venga, es necesaria la organización democrática de las bases, para imponer la movilización unitaria para enfrentar a la patronal, que todo el tiempo busca recortar derechos e ir contra el CCT, así como para pelear por mejores condiciones laborales y exigir, entre otras cosas, que las convocatorias se hagan con un tiempo prudente de anticipación, que requiere mucho más de 10 días, así como su difusión amplia.