
Myriam Bregman @myriambregman
Miércoles 6 de mayo de 2015
“No vas a ver más a tus hijos”, amenaza él mientras conduce su automóvil y lo estrella contra un camión, con sus hijos adentro, en una ruta de la provincia de Entre Ríos. Otro hombre cita a una mujer en un bar del porteño barrio de Caballito; había sido su compañera de escuela durante la adolescencia y había logrado contactarla después de muchos años. Ella, para encontrarse con él, busca un lugar donde todos puedan verla, porque le resultaba sospechosa su insistencia. Ni siquiera así logra escapar de la violencia femicida.
Apenas dos hechos nada más de los tantos que cada día nos dejan sin respiración. Las estadísticas son escalofriantes: cada treinta horas una mujer es asesinada en Argentina solo a causa de serlo. Es decir, cada treinta horas una mujer muere víctima de la violencia machista. Y también es habitual que el maltrato, e incluso la violencia letal, alcance a hijos e hijas.
Según detalla el Observatorio de Femicidios de la Asociación Civil La Casa del Encuentro, en 2013 se produjo un recrudecimiento de la violencia de género, pese a que el Congreso Nacional aprobó un nuevo régimen que castiga el delito de femicidio con reclusión perpetua. Y en estos pocos meses del 2015 las cifras son alarmantes.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el 54 % somos mujeres, y el 44 % de esas mujeres son sostén de familia. En un informe, elaborado por el Ministerio de Desarrollo Social porteño y por el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género, se indica que dos de cada diez porteñas fueron o son golpeadas por sus parejas o exparejas; seis de cada diez reciben insultos a diario, son maltratadas o menospreciadas. También surge de ese informe el dato de que solo una de cada diez mujeres hace la denuncia.
Pero, mientras la vida de las mujeres no tiene ningún valor, el Gobierno de Macri gasta más de dos millones de pesos por día en publicidad. Un gasto verdaderamente obsceno, más cuando el presupuesto destinado a la prevención de la violencia contra las mujeres ha sido reducido durante la gestión del PRO.
No se puede esperar otra cosa de una fuerza política que lleva de candidato a Miguel del Sel, que ha convertido a las mujeres en objeto de burlas y a su misoginia en un estandarte de campaña. La misma fuerza política que permite la explotación sexual de mujeres en locales que funcionan a plena luz del día y cuyo máximo líder, Mauricio Macri, fue acusado de haber pagado parte de su anterior campaña electoral con fondos provenientes de los negocios del exagente de la SIDE Raúl Martins, reconvertido en empresario de la noche por los boliches y prostíbulos que maneja en Cancún y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Por el contrario, el Frente de Izquierda exige que ese dinero, que hoy se usa para promocionar a su candidato a jefe de Gobierno en las próximas elecciones, se destine inmediatamente para una masiva campaña contra la violencia de género en todas sus manifestaciones. Es necesario y urgente declarar en emergencia en esta materia a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y disponer partidas especiales para contar con refugios en todas las comunas para las mujeres que son víctimas de violencia y deben abandonar sus viviendas de inmediato. Pero no solo esto, que es una medida transitoria y de emergencia: también es necesario que el Banco Ciudad –que hoy es una “caja negra”, de cuyos fondos se desconoce el destino– otorgue créditos baratos para solucionar el problema de vivienda de todas las mujeres que lo requieran. Por otra parte, el Estado debe considerar, en primera instancia, la incorporación prioritaria en su plantel laboral de mujeres víctimas de violencia para agilizar su independencia económica y facilitar su recuperación.
No es apenas un problema porteño. El flagelo de la violencia femicida se extiende a todo el país. Pero la preocupación de los políticos oficialistas y opositores por el trato a las mujeres no es creíble: mientras se escandalizan por las altas cifras de femicidios, impiden que se trate el proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho a la Aborto y se legalice el aborto, que es la causa por la que también muere otra mujer diariamente en el país. Gobiernos, Poder Judicial, funcionarios que también miran para otro lado o encubren –cuando no son directamente copartícipes o clientes– a las redes de trata que secuestran, explotan, violentan e incluso matan a jóvenes mujeres que son obligadas a prostituirse en locales ¡habilitados por los mismos municipios!
El Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) y las mujeres de Pan y Rosas en el Frente de Izquierda luchamos por una vida libre de cualquier forma de violencia y discriminación contra las mujeres y la comunidad LGTB. Por eso levantamos esta voz durante la campaña electoral, donde somos la única fuerza política encabezada por una mujer que se presentará en las próximas elecciones generales de la Ciudad de Buenos Aires, llamando a las mujeres trabajadoras y a las jóvenes estudiantes a organizarnos, porque la única respuesta que podemos dar a este flagelo es con nuestra fuerza de lucha, colectiva e independiente de los partidos tradicionales.

Myriam Bregman
Abogada en causas de lesa humanidad. Fundadora e integrante del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH). Diputada nacional (MC) y dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Intervino en numerosos juicios contra los genocidas de la última dictadura militar, como el de Etchecolatz, Von Wernich y la megacausa ESMA. Fue abogada de Jorge Julio López y una de las impulsoras de la lucha ante su desaparición. Impulsó, junto a trabajadores de Pepsico y Kraft-Mondelez, la denuncia por el espionaje ilegal de la Gendarmería, conocido como "Proyecto X".