El 30 de septiembre a la 1:30 de la madrugada en la ciudad de Oruro, Brígida Ajata fue víctima de un violento arresto policial, arrestada y discriminada por su identidad de género. Posteriormente fue revictimizada al denunciar estos actos de violencia transfóbica de parte de la institución policial, una institución represiva, golpista, patriarcal y capitalista. Aquí te compartimos el pronunciamiento de Pan y Rosas.
Lunes 10 de octubre de 2022

¡La violencia policial, machista y transfóbica, NO PASARÁ!
Solidaridad activa con Brígida Ajata
Denunciamos y repudiamos enfáticamente nuevos hechos de violencia policial patriarcal y transfóbica, en esta ocasión contra Brígida Ajata, mujer trans de pollera y residente de la ciudad de Oruro, quien sufrió atropellos brutales en un arresto irregular por parte de la policía de este departamento.
La madrugada del 30 de septiembre, Brígida fue víctima de una violenta emboscada policial, arrestada con acusaciones falsas e insostenibles, bajo las cuales intentaron obligarla a desvestirse frente a efectivos policiales y a dar el nombre que usaba antes de transicionar (dato legalmente confidencial). Ante su resistencia, policías la agredieron verbalmente, con insultos propios de los prejuicios cisheteronormativos, exponiendo finalmente cuál era el verdadero motivo del arresto: ejercer violencia policial transodiante.
Estos hechos demuestran nuevamente cuál es el verdadero carácter de la policía. Desde Pan y Rosas, sostenemos que no se trata de “un error en la institución policial”, sino de una actuación absolutamente esperable, propia de un brazo institucional que es nada menos que el aparato represivo de un Estado burgués, patriarcal y racista. Este es el carácter primigenio de la policía y ningún taller de “sensibilización” o “capacitación con perspectiva de género” podrá cambiarlo.
Así como la constante represión a sectores populares que luchan por sus derechos, la violencia policial contra las mujeres, es pan de cada día. Recordamos no solo el icónico caso de María Fernanda Paucara, joven víctima de feminicidio hallada sin vida en las celdas policiales del EPI Chasquipampa, sino también múltiples y cotidianos casos rodeados de impunidad, entre los que está la violencia policial contra mujeres trans, quienes son constantemente discriminadas, extorsionadas y atropelladas en sus elementales derechos, por parte de este aparato represivo. Es por esto que, desde Pan y Rosas, lejos de apostar por reformarlo, exigimos que los casos de violencia contra las mujeres dejen de ser atendidos por esta institución y pasen a un ente civil con financiamiento estatal y participación democrática de organizaciones idóneas en el tema (organizaciones de mujeres, feministas, de diversidades y disidencias sexuales y de género, asociaciones de familiares de víctimas, sobrevivientes etc.). Y, más en profundidad, luchamos por la desfinanciación completa de todo el aparato represivo estatal (policial y militar).
Ante este brutal hecho contra Brígida Ajata, manifestamos nuestra plena solidaridad y apoyo militante, sumando nuestra voz y las acciones necesarias para obtener justicia frente a este hecho: ¡Exigimos que todos los responsables materiales e intelectuales de este atropello, no queden en la impunidad!
Hacemos un llamado a todas las organizaciones de mujeres, feministas, de las diversidades y disidencias sexuales y de género, activistas de derechos humanos, organizaciones sindicales y estudiantiles, a mantener una solidaridad activa con Brígida, porque este caso se suscita además en un peligroso contexto de avance de sectores conservadores, que viene ganando terreno con mayor fuerza desde el golpe de Estado y hoy con el completo aval del gobierno del MAS, y pretenden arremeter contra los derechos de las mujeres, diversidades sexuales y disidencias, y todos los sectores oprimidos y explotados.
¡Si tocan a una, respondemos miles! #BrígidaNoEstáSola