Más de 350.000 personas firmaron contra la visita de Judith Butler a Sao Paolo a principios de este mes, solo cuarenta fueron a recibirla y tres o cuatro fueron a agredirla al aeropuerto donde se defendió con ayuda de su compañera, la activista Wendy Brown.
Eduardo Nabal @eduardonabal
Martes 21 de noviembre de 2017
Los fundamentalistas ultras de diferentes sectas del cristianismo o el catolicismo más rancio han oído campanas y creen saber dónde. Lemas sonrojantes y con resabios fascistoides como “menos Butler y + Familia” o “No a la Ideología de Género” u otros copiados del imaginario del Klu-Klu-Klan como “Pervertidos al infierno”, han calado en la extrema derecha brasileña que los ha propagado entre una base cristianoide, fundamentalista y más cegada y confundida que nunca. Así están las cosas.
Los travesticidios en Latinoamérica que Butler ha denunciado, su política en el Ocuppy Wall Street en New York y su posicionamiento anti-Israel ya la han convertido en una figura pública. Pero lo que estos grupos ultra religiosos más odian o dicen odiar son sus incendiarias teorías del género o más bien lo que han oído sobre ellas ya que no es difícil adivinar que ninguno de ellos se ha molestado en abrir un libro de Butler antes de echarlo en la hoguera de la Inquisición.
Creen que el pensamiento de Butler pone en peligro sus frágiles creencias y propaga las ideas del libertinaje abocando a la disolución de los géneros binarios. Me temo que, aunque Butler pretendiera eso la cosa no es tan fácil en ninguna parte del mundo. Los fundamentalistas garrulos pueden estar tranquilos, que sus familias catequéticas (muy catequéticas tratándose de la Iglesia brasileña) están a salvo así que dejen viajar, hablar y opinar a Butler en paz en aras de una libertad de expresión que tanto cuesta conquistar en países como Brasil, amenazado una y otra vez por la derecha totalitaria y militarista, la desestructuración socioeconómica, el machismo, la transfobia y los golpes de estado políticos e ideológicos.
Es interesante que, al final del debate que ocurrió en el SEC, la filósofa hizo mención a los manifestantes contra su presencia diciendo: "si alguien nace hembra y está obligada a tener que identificarse como mujer, a expresar sólo feminidad, a tener que tener sexo solamente con hombres, es decir, ser heterosexual, a ser convocada constantemente a casarse y citada a tener hijos y a reproducir una familia heterosexual, eso sí que es ideología de género".
Eduardo Nabal
Nació en Burgos en 1970. Estudió Biblioteconomía y Documentación en la Universidad de Salamanca. Cinéfilo, periodista y escritor freelance. Es autor de un capítulo sobre el new queer cinema incluido en la recopilación de ensayos “Teoría queer” (Editorial Egales, 2005). Es colaborador de Izquierda Diario.