Grindetti se reunió por segunda vez con el Comité de Emergencia, pero los problemas estructurales irresueltos de la zona y los últimos acontecimientos ocurridos durante la cuarentena, llevan a los vecinos, trabajadores y estudiantes a elevar reclamos y propuestas ante el gobierno municipal y provincial para dar una solución a la crisis abierta.
Miércoles 1ro de abril de 2020 00:52
Problemas estructurales y realidades diferentes
Lanús es una de las ciudades más pobladas del conurbano sur, con un total de 459.263 habitantes y dividida en cinco localidades (Lanús, Gerli, Monte Chingolo, Remedios de Escalada y Valentina Alsina) cuenta también con una gran zona de transbordo donde se mueven miles de personas todos los días, un hospital interzonal y una universidad pública.
Ante todo esto no debería resultar sorprendente ver que a su vez nos encontremos con muchísimas faltas estructurales, habitacionales y diferentes carencias sociales que no son otra cosa que la expresión de un sistema basado en la ganancia, explotación e injusticia.
Una cuarentena en el hogar tranquilos no es una realidad de todos, y mucho menos en este municipio. Según datos del año pasado del Observatorio del Conurbano Bonaerense en Lanús, el porcentaje de hogares con déficit cualitativo de vivienda es del 8,31%, además de quienes viven en situación de calle (tan solo el año pasado nos arrojó la cifra que más de 1.000 personas viven en situación de calle la zona sur). Sumado a esto, todavía hay trabajadores obligados a cumplir su jornada laboral sin tener empleos “esenciales” que siguen expuestos al contagio sin condiciones de seguridad e higiene. En cuanto a la salud otro dato no menor es que un 30% de los Lanusenses no tienen obra social, prepaga o plan estatal. Es así que dicho decreto no es igual ni posible para todos y hacen a las principales razones por la cual los vecinos, estudiantes y trabajadores comenzaron a elevar demandas y propuestas para que se tomen nuevas medidas.
Otro cuestionamiento es bajo qué clima y condiciones los vecinos pasamos estos días de aislamiento social obligatorio. Para cumplir la parte “obligatoria” del mismo, el gobierno ha puesto un gran despliegue de todo el aparato policial en las calles para su acatamiento (en Lanús ya hay más de 80 detenidos). Una especie de panóptico gubernamental, que los propios medios zonales también alimentan y construyen. Pero ¿cómo puede cuidarnos la misma policía que en 2017 reprimió brutalmente al comedor infantil Los Cartoneritos y que hace menos de un año llenaba de gases y hería a decenas de vecinos para cuidar de los predios de la empresa Acumar?
Esta pandemia está sacando a relucir lo más crudo y nefasto de la sociedad capitalista en la que estamos viviendo. Claros quedan hoy los efectos del desfinanciamiento masivo a los sistemas de salud a nivel mundial así como también las consecuencias de las privatizaciones masivas, denotando la ineficacia que produce la propiedad privada ante una amenaza que no reconoce diferencias entre clase, lugar de nacimiento, posición laboral, orientación de género, etc.
Las distintas falencias del sistema que desnuda la crisis sanitaria
Así es que, durante esta situación de emergencia a nivel mundial se ven más crudamente las contradicciones del gobierno de la burguesía sobre las grandes mayorías. Los despidos, las falencias habitacionales y la mala administración adornan la cartelera semanal, que no todos los medios te cuentan.
Iniciativas desde abajo
Ante estas circunstancias sin embargo, los vecinos y estudiantes de Lanús no planean quedarse de brazos cruzados. Como ya venimos señalando, los recursos para enfrentar esta crisis existen, pero varios no están siendo destinados a esta emergencia sanitaria.
Los vecinos en Escalada comenzaron el reclamo de reapertura de la clínica Estrada, que actualmente está cerrada y cuenta con por lo menos 12 respiradores aún funcionales y una infraestructura preparada para ser puesta en funcionamiento. Lo único que detiene que espacios como este o la clínica Modelo de Lanús para ponerse a servicio de la población son los intereses privados que los poseen y con los que el gobierno no quiere tener problemas claramente (lo vemos reflejado en el más reciente anuncio realizado que implica el pago de 250 millones de dólares al Fondo monetario). Esto también nos refiere a una alternativa más accesible que la creación en condiciones paupérrimas de nuevas salas de atención, un acto que termina siendo simplemente una fachada para agujeros que tiene el sistema de salud provincial. Actualmente se están juntando firmas para la reapertura de la clínica Estrada y en muchos barrios se está impulsando la producción casera de recursos como alcohol en gel o barbijos, los cuales deberían estar recibiendo ya mismo el apoyo por parte del gobierno.
En Lanús a su vez contamos con una Universidad que posee 3 laboratorios, impresoras 3D y dicta carreras como Enfermería, Trabajo social comunitario, Gestión ambiental y urbana, entre otras. Cuyo rol puede ser central para enfrentar el avance del virus y aportar a la producción de materiales para los hospitales y trabajadorxs de la salud. Desde En Clave Roja realizamos un plan de conjunto de las carreras de la UnLa ante esta crisis y mismo los vecinos se han puesto a producir en sus hogares insumos para lxs trabajadorxs de la salúd.
Todas estas son medidas que, tomadas de conjunto por las distintas parte de la comunidad, podrían generar una gran y eficaz fuerza para dar control al esparcimiento del virus en la zona, permitir una respuesta pronta ante las urgencias y por sobre todas las cosas, hacer un esfuerzo real por preservar la vida los habitantes de la ciudad.
Dónde estamos parados y hacía dónde vamos. Una salida por izquierda ante la crisis
¿Qué espera el gobierno para dar una respuesta y poner todos los servicios en función del bienestar de la población y el combate a la pandemia? Viendo que al momento se da la irónica casualidad de encontrarnos al día 12 de cuarentena (número de “el soldado” en la quiniela) las principales apuestas del gobierno están en honrar las deudas que no decidimos contraer (hoy se piensa desembolsar U$S 250 millones al pago de intereses del bono Par.) y poner a las fuerzas represivas en las calles, así como en los juegos de azar, una jugada sin un triunfo para los trabajadores.
Desde la izquierda planteamos medidas claras que involucren una salida desde y para la juventud, los trabajadores, jubilados y estudiantes. Debe centralizarse ya el sistema de salud público y privado, prohibirse los despidos, cesar con cualquier desembolso de dinero que no esté pensado para ser puesto al servicio de la población ante esta pandemia. Debemos seguir el ejemplo de las fábricas como Madygraf, el laboratorio Roux Ocefa, o universidades como la Universidad Nacional de Hurlingham (U.Na.Hur.) o la de la Universidad Nacional Lomas de Zamora (U.N.L.Z.) que están poniendo sus utilidades para producir insumos y organizando a los estudiantes en voluntariados para empezar a pensar cómo actuar ante esta crisis. Lxs vecinxs pueden jugar un rol mucho más importante si se impulsa la organización o se incentivan las iniciativas que ya se están tomando de confección barbijos o alcohol en gel.
Exigimos por último y en acompañamiento los vecinos, la pronta respuesta del gobierno municipal y provincial que actualmente solo se lavan las manos.
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