En el inicio de campamento de verano de Pan y Rosas México, donde nos reunimos decenas de mujeres que luchamos por ganar dignamente nuestro Pan y estamos dispuestas a pelear duro por nuestras Rosas, se hicieron presente las Leonas de Pepsico Argentina.
Lunes 24 de julio de 2017
Nombramos como mujeres honorarias a las Leonas de PepsiCo puesto que, estando a 8800 km de distancia, las mujeres de Pan y Rosas México, y muchas de nuestras amigas, acompañamos hora tras hora la lucha por su derecho al trabajo y contra la violencia que engendra el capital y lanza sobre las madres y padres de familia cuando nos deja en la calle.
Y porque ellas junto a sus compañeros ya escribieron una nueva página en la historia de la lucha de clases, llena de conclusiones y aprendizajes que formarán sin duda a las futuras generaciones de la clase trabajadora.
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Es necesario un breve recuento de la historia de Leonas de Pepsico para comprender juntas que esta heroica lucha, no surgió de la voluntad espontanea ante los 600 despidos y el cierre de la planta de Pepsico en Florida, Buenos Aires, Argentina; sino que puede ser posible por una historia de organización, solidaridad de clase y lucha consciente por sus condiciones de trabajo y de vida en las últimas dos décadas.
24.3 Colectivo acción fotográfica
Para ello, debemos comenzar por la historia de una obrera que fue la precursora en la organización de las mujeres en esa fábrica y el ejemplo de muchas obreras de esa importante zona industrial que comenzaron a organizarse. Ella es Catalina Balaguer, a quien muchas de uds. pudieron conocer en México en marzo del año pasado cuando nos acompañó en la marcha del Día Internacional de la Mujer y estuvo junto a nosotras en el segundo encuentro de Pan y Rosas México.
Catalina conoció la violencia patronal en el cuerpo, pero la enfrentó organizándose junto a sus compañeros y compañeras.
En el 2002 fue despedida junto a otros 5 empleados basificados por apoyar la resistencia de 150 mujeres, contratadas temporarias que fueron dejadas en la calle. Cinco despedidos recibieron la indemnización pero Catalina se negó a aceptarla y dijo "Resistí porque quería dejar algo para mis compañeras, la mayoría somos mujeres y tendremos que luchar para que las cosas cambien”.
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Luchó por su reinstalación, denunció a la empresa ante la Justicia por discriminación sindical y se ganó el apoyo de infinidad de organizaciones y trabajadores y en el 2004 logró ser reincorporada. Un fallo judicial ordenó su reinstalación y la reconocía como delegada de hecho, la empresa apeló, pero la Corte Suprema de Justicia falló a favor de Caty. La sentencia sentó jurisprudencia el caso Catalina Balaguer se estudia desde entonces en las facultades de Derecho de ese país, y lo más destacado es que ha servido para que miles de activistas pudieran utilizarlo ante ataques similares.
24.3 Colectivo acción fotográfica
En Pepsico a lucha por nuestros derechos ya es un ejemplo mundial
En el 2004 fue elegida como delegada de la comisión interna sindical por todos sus compañeros e integró la primer lista antiburocrática dentro del sindicato de la alimentación entre las más importantes fábricas de la zona y Katy fue elegida congresal de la oposición a la burocracia.
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En eso años de lucha incansable fue desarrollando su conciencia como obrera y comprendió que no bastaba con la pelea sindical, que la opresión traspasaba los muros de las fábricas y que su clase debía pelear por el poder político para lograr los derechos que las mayorías no tenemos.
Inició un largo camino comprendiendo que los derechos de las mujeres debían tomar un rol preponderante en su vida, pues si las mujeres no lográbamos liberarnos de la opresión del patriarcado, imposible sería que el resto de los explotados y oprimidos del mundo lo lograsen.
Así se organizó en el Partido de los Trabajadores Socialistas, hermano del Movimiento de los Trabajadores Socialistas del que muchas aquí formamos parte, dándose a la tarea de construir el partido que la clase trabajadora en su país para lograr la llevar a cabo la lucha por el poder y terminar con la opresión y explotación.
Junto a Catalina, las mujeres de la fábrica llevaron adelante grandes campañas por la basificación de los tercerizados y los contratados, logrando que en PepsiCo no hubiera trabajadores de primera y de segunda.
Lucharon por el derecho de las obreras a conquistar la igualdad ante sus compañeros. Pelearon contra el machismo incansablemente y forjaron la unidad entre hombres y mujeres, conquistando las categorías que por convenio sólo estaban reservadas para los hombres.
PepsiCo se convirtió en la única empresa del gremio de la alimentación que conquistó: igualdad de tareas e igualdad de salario entre mujeres y hombres.
Conquistaron que la patronal pague la guardería para sus hijos; que ya no fueran despedidas las ‘rotas’ por los ritmos de producción y fueran reasignadas en otras tareas, entre otras muchas conquistas.
Pero Catalina trascendiendo la lucha sindical y logró imponer dentro de la fábrica el 8 de marzo como día de debate sobre la situación de las mujeres, y ello propició que junto a sus compañeros se sumaran a la primer marchara contra los feminicidios en el 2016, la histórica marcha del NI UNA MENOS, y volvieron a hacerlo este año.
Pero lo que acabó mostrando la importancia de la lucha y organización por sus derechos en todos esos años, fue la paralización de la planta el 19 de octubre del 2016 ante el llamado al Paro de Mujeres contra los feminicidios y la violencia machista en el mundo. Fue clave como ejemplo retomado en distintos países y punta de lanza junto al paro de las polacas en noviembre de ese año y de la mujeres en Corea del Sur, para comenzar a diseñar el llamado al Paro Internacional de Mujeres de este 8 de marzo, el día que las mujeres hicimos temblar la tierra, cuando Las Leonas de Pepsico volvieron a paralizar los tres turnos, incentivando a centenares de obreras que pararon junto a ellas y salieron a las calles.
No fue magia, fueron años de luchas por unir las filas obreras
Solo desde aquí es que podemos comprender la importancia que cobra hoy la lucha de Las Leonas de Pepsico por recuperar sus fuentes de trabajo y su principal lema: FAMILIAS EN LA CALLE, NUNCA MÁS.
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Solo así es que podemos comprender como una multinacional que concentra enormes ganancias en el mundo, haya decidido cerrar esta planta de forma ilegal y sin temor a enfrentar los costos judiciales que ello implica. Es que los costos de ese germen que se gestó en 20 años y que comenzaba a trascender en toda la zona industrial y amenazaba con trascender fronteras, en un momento donde las mujeres comenzamos a decir BASTA en múltiples países, era el mayor peligro para este sector del capital, y no podían permitirlo, debían erradicarlo cerrando la planta y desbaratando la organización obrera.
Se equivocaron, pues han avivado la llama
Tan solo en las horas que duró el violento desalojo de las obreras y obreros de pepsico el 13 de julio, 20 millones de personas en Argentina siguieron por las redes el brutal acontecimiento, la mitad de la población.
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Y el 18 de marzo una ola humana de más de 30 mil personas se unían en el más amplio arco de solidaridad y marchaba por las calles de la ciudad de Buenos Aires en repudio a la represión a Las Leonas y por la inmediata reapertura de la planta. Replicándose por miles en muchas otras ciudades.
La clase obrera es una y sin fronteras
En México, Pan y Rosas junto al MTS y otras organizaciones realizamos un mitin en la embajada argentina. En Estados Unidos el periódico Left Voice de la red de periódicos internacional La Izquierda Diario, propagó la noticia y reunió en horas más de 500 firmas en su apoyo; en Brasil, en Chile, en Bolivia, el Estado Español, Alemania y Francia retumbó la noticia y el apoyo solidario, así como el repudio al cierre y la represión de trabajadores, luchadoras, intelectuales, artistas y cineastas de los más renombrados, como fue el caso del Ken Loach, no se hizo esperar.
Los golpes del capital los usamos para fortalecernos y unirnos
Las Leonas y sus compañeros han levantado una enorme carpa frente al Congreso de la Nación Argentina. Miles de personas llegan a brindar su apoyo al fondo de lucha y se van gestando más y más lazos de solidaridad que fortalecen la lucha que no ha terminado.
La lucha continua y necesita de nosotras para triunfar
Y es que en ellas se encarna en nuestras vidas, historias, pasiones, luchas. Nosotras somos también Las Leonas de Pepsico, pues para la vida de las mujeres de nuestra clase compañeras... no hay fronteras.
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Nosotras, como ellas, tampoco nos conformamos con las migajas de su mundo maravilloso. A nosotras tampoco nos convencen de que las cosas no pueden cambiar. Por ello, las invitamos a que abracemos juntas a estas mujeres que nos representan por su valentía e incansables sueños de libertad, y sumemos de todas las formas posibles nuestro apoyo desde México, porque si triunfan esta dura batalla las trabajadoras y trabajadores de nuestro continente estaremos en mejores condiciones para frenar los ataques que se viene sobre nuestra clase.
Creemos que es fundamental avanzar en lo que Pan y Rosas en México resolvió en su 3er encuentro de mujeres el 25 de marzo, en construir una fuerte agrupación de mujeres combativas, nutrida por miles de mujeres trabajadoras que, junto a las jóvenes estudiantes, desarrollemos la lucha contra la precarización laboral, la opresión y violencia patriarcal.
Solo así, nada les será suficiente para frenarnos.
El germen se propagó y traspasó fronteras, muestra de ello es que hoy, Las Leonas de Pepsico presiden honorariamente con su lucha y experiencias nuestro campamento de verano.