En esta nueva edición de la marcha del orgullo nos levantamos en todo el mundo por nuestros derechos y en solidaridad contra el genocidio en Palestina, así como en rechazo del avance de la derecha.
Martes 25 de junio
No hay orgullo hasta que todxs seamos libres
¡Por un orgullo antiimperialista, anticapitalista, antipatriarcal y revolucionario!
Nos encontramos en un periodo de crisis, guerras y revoluciones, donde vemos el genocidio en Palestina perpetrado por el Estado sionista de Israel. Asimismo, asistimos al avance de la derecha en países como Argentina o en Europa, donde la ultraderecha avanzó en las últimas elecciones.
Tras la crisis económica que implicó la pandemia, hemos visto un nuevo ciclo de la lucha de clases, con importantes movilizaciones en Francia contra las reformas de Macron y hoy contra la ultraderecha; en Estados Unidos en el Black Lives Matter pasando por luchas del sector salud, de la educación. Hoy, el mundo se moviliza por Palestina, con expresiónes como los campamentos en decenas de universidades, donde se ve el regreso del espíritu de la lucha contra la guerra de Vietnam. En Chile, vimos las revueltas contra los ataques a la clase trabajadora por parte del expresidente Sebastián Piñera; en Perú movilizaciones importantes contra el golpe y el gobierno de Dina Boluarte; una segunda primavera árabe, entre otras luchas en otros rincones del mundo. Luchas que han vuelto a resurgir ante el genocidio en Palestina con movilizaciones importantes no solo en los países imperialistas, sino con movilizaciones masivas en países árabes.
Ante el genocidio ocurrido contra el pueblo palestino por parte del Estado sionista de Israel en complicidad con los países imperialistas, las disidencias sexogenéricas hemos sido parte de las movilizaciones que ocurren en muchos países del mundo desde el ataque del 7 de octubre y hemos sido parte de esa nueva generación de jóvenes que en todo el mundo se levanta contra el genocidio tomando las calles y las universidades por medio de campamentos, enfrentando la represión y las políticas macartistas que criminalizan y persiguen la protesta.
Esto porque sabemos que nuestros aliados son lxs trabajadores, las mujeres, la juventud y las disidencias en Palestina y no el Estado sionista de Israel y los países imperialistas que son cómplices del genocidio, que mientras se llenan la boca hablando de nuestros derechos, pintándose la cara de colores, asesinan mujeres, infancias y personas de las disidencias sexogenéricas en Palestina y en todos los países en los que intervienen.
Mientras la derecha nos dice que no debemos apoyar al pueblo palestino porque "son LGBT+fóbicos", el Estado de Israel comete crímenes contra las mujeres y disidencias, que va desde el chantaje a personas LGBT+ palestinas que viven en el closet para convertirse en sus espías; las vejaciones en las cárceles contra las mujeres palestinas y las personas trans.
Por eso decimos: ¡no en nuestro nombre! ¡Toda la solidaridad con el pueblo palestino! ¡Basta del Pinkwashing de Israel y de los países imperialistas!
En los últimos años hemos sido parte importante de las movilizaciones contra la derecha y la ultraderecha enfrentando al gobierno de Milei en Argentina, que viene atacando los derechos de lxs trabajadores, las mujeres, las disidencias y la juventud, esto a pesar de la brutal represión que se vive a manos de Patricia Bullrich, ministra de seguridad.
Las disidencias también fuimos parte de las movilizaciones contra la extrema derecha, tras su triunfo en las elecciones de las principales economías de la Unión Europea. Francia, Italia, Austria, Hungría, Bélgica y Alemania son algunos de los países donde la ultraderecha se ha constituido oficialmente en una fuerza política determinante. Y es que las consecuencias de este avance no nos son lejanas. Basta mirar hacia el sur, en la Argentina del ultraderechista Javier Milei, que a la par de un aumento en los discursos conservadores y de odio, experimenta un incremento de ataques contra las disidencias. El triple lesbicidio de Barracas en aquél país es un ejemplo que causó indignación a nivel internacional.
En este marco es que venimos siendo parte de lxs miles de trabajadores, mujeres, jóvenes y disidencias que hemos salido a las calles contra las políticas xenófobas, antiobreras, antiderechos LGBT y de las mujeres, en solidaridad con otras luchas en otras partes del mundo como es el caso del genocidio en Palestina, enfrentándonos al imperialismo ya sea desde el corazón de estos o en los países coloniales y semicoloniales.
Por eso es que entendemos que nuestros aliados no son los partidos patronales, ni los gobiernos, ni las empresas, que solo ven por su beneficio, que solo les importan nuestros derechos cuando significa una ganancia para sus bolsillos y sus urnas. Nuestros únicos aliados son la clase trabajadora, las mujeres, la juventud y todos los explotados y oprimidos que enfrentamos a este sistema capitalista y patriarcal.
Nuestros derechos a nivel internacional
Si bien se han avanzado en la mayoría de nuestros derechos en gran parte del mundo a través de la lucha y la organización, ser parte de las disidencias significa la cárcel e incluso el castigo con la pena de muerte.
Según Amnistía Internacional, en estos países ser parte de las disidencias podría incluso suponer la pena de muerte.
África: Argelia, Burundi, Camerún, Chad, Comoras, Egipto, Eritrea, Esuatini, Etiopía, Gambia, Ghana, Guinea, Kenia, Liberia, Libia, Malawi, Marruecos, Mauritania, Namibia, Nigeria, Senegal, Sierra Leona, Somalia, Sudán, Sudán del Sur, Tanzania, Togo, Túnez, Uganda, Zambia, Zimbabue.
Caribe: Granada, Guyana, Jamaica, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas.
Asia: Afganistán, Arabia Saudí, Bangladesh, Brunéi Darussalam, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Irak, Kuwait, Líbano, Malasia, Maldivas, Myanmar, Omán, Pakistán, Qatar, Sri Lanka, Siria, Turkmenistán, Uzbekistán, Yemen.
Oceanía: Islas Salomón, Kiribati, Papúa Nueva Guinea, Samoa, Tonga, Tuvalu.
Por otro lado, por el tema de los crímenes de odio a las personas trans en el mundo se han registrado 4,690 personas trans asesinadas entre el 2008 a septiembre del 2023.
Esto sin contar que todavía faltan muchos derechos por conquistar, por ejemplo, en Madrid, Estado español no se reconocen las identidades de género, en Eslovaquia hubo dos crímenes de odio en el 2022, en Hungría se prohíbe hablar de las disidencias, porque se ve como propaganda.
En el caso de África, las relaciones entre personas del mismo sexo son ilegales en 31 de 54 países, y pueden ser castigadas con la muerte o con largas penas de prisión.
En el caso de nuestro continente, en países como Brasil, Colombia, Guatemala, Honduras y México, los crímenes de odio persisten, siendo las personas trans las más vulnerables, a esto se suma Perú que Dina Boluarte, presidenta impuesta tras el golpe, decretó que las personas LGBT+, en especial las personas trans se deberían de volver a patologizar, dando un retroceso de más de tres décadas.
Situación en México
En el último año, hemos visto avances en los derechos como en el matrimonio igualitario que se conquistó en todo el país, en 21 estados existen leyes que reconocen las identidades de género, en todo el país se prohibieron los Ecosig y en 14 más se ha despenalizado el aborto, pero eso no se traduce en la mejora de las condiciones de vida, porque en los últimos años se ha mantenido la discriminación, la precarización laboral, los despidos, los transfeminicidios y los crímenes de odio.
En este marco México ocupa el segundo lugar en crímenes de odio en América Latina, solo después de Brasil, tan solo del 2018 a 2023, se registraron más de 519 asesinatos, dónde en este año se ha visto un incremento de transfeminicidios, ya que van más 28 mujeres trans asesinadas, de las cuales 8 son de la Ciudad de México, convirtiéndose en la entidad más violenta para las disidencias y demostrando una vez más que la igualdad ante la ley no significa igualdad ante la vida.
Dentro de las muertes registradas en los últimos tres años se encuentran el asesinato de le magistrade Ociel Baena, abogade (junto a su pareja), quien fue la primera persona con la identidad de No Binarie en obtener el cargo, a esto hay que sumarle el asesinato de lxs activistas, Ulises Nava, Samantha Fonseca, Miriam Ríos Ríos, Ulises Salvador Nava Juárez, Karen Sánchez Álvarez, Renata Nicole Duarte Reyes, Isabella Álvarez, Rosa Salvaje, Susana Villarreal, Fernando Guerrero Pérez, Camila Boloco, Junior Nieto, Devanny Cardiel, Aline Sánchez.
Mientras las autoridades son cómplices, no solo porque dan carpetazos o disfrazan los crímenes de odio como crímenes pasionales o ajustes de cuentas, sino también porque garantizan las condiciones de desigualdad a las disidencias, provocando que estos crímenes ocurran.
En este contexto una nueva generación de jóvenes de las disidencias hemos irrumpido en las calles en los últimos años, por un lado, siendo parte de los movimientos estudiantiles en las distintas universidades, en la lucha por recuperar la marcha del orgullo de las empresas, los partidos y del gobierno, además de que desde el 7 de octubre hemos salido a las calles en solidaridad con Palestina, donde hemos participado de los espacios de coordinación, en las marchas, en los campamentos y ahora hay distintas iniciativas de bloques y contingentes en solidaridad con el pueblo palestino, para la marcha del orgullo en la CDMX y en algunas entidades al interior del país.
Enfrentándonos a la criminalización y represión tal como ocurrió en la marcha del 31 de marzo por la visibilidad trans y el 12 de junio en la marcha al congreso de la CDMX para denunciar los 8 transfeminicidios que han ocurrido en la entidad y la falta de derechos, protestas que fueron brutalmente reprimidas por el extinto cuerpo de granaderos.
Pero solo en estos días las empresas, la derecha y el gobierno se pintan con los colores del arcoíris, mientras les estudiantes, las mujeres y las disidencias de los barrios, les que estamos en los call centers, en las aulas, en las fábricas, hospitales, pedaleando en las bicicletas de las aplicaciones de reparto, somos quienes pagamos las crisis con precarización y nuestras vidas. No pueden hablar en nuestro nombre: tenemos que tomar las calles por nuestros propios reclamos. ¡Fuera empresas, la derecha y el gobierno de nuestra marcha!
¿Qué perspectiva para luchar?
Por eso, este 29 de junio volvemos a tomar las calles de manera independiente de los empresarios, la derecha, el gobierno y los partidos que gobiernan, para los de arriba que siguen votando leyes antiobreras y contra la diversidad, y que tienen lazos con la iglesia católica y evangélica. Por eso es necesario que recuperemos la marcha del orgullo, que recuperemos su combatividad, como un espacio no solo para celebrar nuestra sexualidad e identidad, sino también como un espacio de lucha y organización para destruir las cadenas que atan nuestra sexualidad, nuestros cuerpos y nuestros deseos.
Por eso no basta con salir a las calles solamente los días que hay marcha del orgullo, sino todos los días, porque nuestra opresión y explotación no puede ser concluida cambiando únicamente la cultura. Nuestra opresión está enraizada en las instituciones del estado capitalista: las prisiones, los policías, las escuelas, así como en el rol del cristianismo en el estado. Está enraizado en la familia actual, que es donde se reproduce la ideología patriarcal y capitalista, donde se empieza a educar a una edad muy temprana sobre los roles de género que son necesarios para obtener labor reproductiva no remunerada primordialmente de las mujeres y rompe con toda rebeldía y cuestionamiento en la juventud. Está enraizada en la alienación general dentro y fuera de los lugares de trabajo. Está enraizado en una sociedad de miseria sexual.
Que como bien escribe Andrea D’Atri en su texto Los roles: casados con hijos, “esta sociedad fundada en la explotación del trabajo asalariado, también reprime la sexualidad que no está ligada estrictamente con la función reproductiva como, por ejemplo, la homosexualidad, el lesbianismo, etc.” Por eso no podemos reformar nuestra salida de esto: necesitamos una revolución que termine con este sistema patriarcal y capitalista, que mercantiliza nuestros cuerpos, nuestra sexualidad y deseos, para así crear las bases materiales para un cambio cultural masivo para liberar nuestro género, sexualidad y a toda la humanidad. Este es nuestro objetivo por el cual luchamos.
Porque la conquista de nuestros derechos no se puede dar en el marco de esta democracia para ricos ni de sus instituciones ni en sus partidos, ya que son ellos los responsables de aplicar los planes contra los trabajadores, los miles de feminicidios y crímenes de odio que ocurre en nuestro país y que siguen sin ser castigados; dándoles carpetazo diciendo que son crímenes pasionales o ajustes de cuenta e incluso que tuvieron la culpa de su asesinato. Que además todas las conquistas que hemos ganado no han sido un regalo de ningún gobierno, partido o empresa, las hemos ganado con lucha y organización.
Por eso es necesario construir una corriente revolucionaria dentro del movimiento de las disidencias que se apueste a crear coordinaciones amplias de lucha para reconstruir un reconstruir un movimiento LGBT+ independiente de los empresarios y sus partidos que buscan mantenernos bajo los mandatos patriarcales, negando nuestro derecho a decidir y a vivir nuestra sexualidad libremente. Un movimiento que recupere lo mejor de su tradición de lucha, que es buscar la unidad con el movimiento de mujeres, con el pueblo palestino, la clase trabajadora que es la que echa andar la maquinaria del país y el mundo, y con todos los explotados y oprimidos.
Esto acompañado de la unidad entre las luchas del movimiento de mujeres, de las disidencias y la clase trabajadora en su conjunto, así como puede paralizarlos si se lo propone, haga propia la lucha por estos derechos y contra toda forma de opresión.
Porque solo así en unidad podemos terminar con este sistema que nos orilla a vivir en la miseria y construir un mundo nuevo sin opresión ni explotación.
Por eso desde la agrupación de mujeres y disidencias Pan y Rosas te invitamos a que te organices con nosotros si compartes parte de esta perspectiva, por la cual peleamos en los 15 países en los que estamos.
Nos vemos este 29 de junio a las 10:00 horas para marchar desde la Embajada de Estados Unidos. Empezaremos con una actividad voguera en solidaridad con Palestina.