El presidente hizo un autoelogio por la reactivación y recuperación de puestos de trabajo en la avícola, ocultando que fueron reintegrados menos de la mitad de los trabajadores, con contratos temporarios y rebajas salariales.
Viernes 22 de abril de 2016
Un rato antes del mediodía de ayer el presidente Mauricio Macri habló desde la fábrica de Cresta Roja en Esteban Echeverría, que empezó a faenar nuevamente este lunes. Lo hizo, fiel a su estilo, montando un show bien amarillo. Se presentó rodeado de la gobernadora María Eugenia Vidal, ministros nacionales y provinciales y el intendente K de Echeverría Fernando Gray. A su lado estaba la nueva patronal OvoProt S.A., que es la cabeza del consorcio encargado de la reactivación, favorecido por el negociado inmenso que el macrismo les regaló en bandeja. Pero hubo una mayoría ausente, que no se vio en el acto. Un puñado de menos de 50 trabajadores presentes demostraba que la enorme mayoría de los obreros entendió que no tenía nada que agradecer ni reinvindicarle al macrismo. Entre los elogiados por Macri no faltó la Comisión Interna, garante de la situación actual donde la mayoría de los trabajadores no fueron reinstalados aun a sus puestos.
En medio de la crisis de los Panamá Papers, los despidos en sectores estatales y privados, una inflación galopante y el descontento creciente por los tarifazos en el transporte y los servicios básicos -que resulta un frente de tormenta pesado si se desata- el macrismo se jugó a presentar un “avance”, algo concreto que demuestre que su plan funciona en la realidad; para eso no tuvo mejor idea que poner a Cresta Roja como ejemplo.
Cinismo ilustrado
Entre las frases más cínicas de su discurso, el presidente se animó a decir "como cuidamos a los trabajadores de Cresta Roja, queremos cuidar a todos" elevando al nivel de ejemplo nacional la reactivación de la empresa y la supuesta recuperación de empleos. Pero en esa frase se encierra el verdadero plan de gobierno del macrismo para los trabajadores: rebaja de salarios, precarización, represión si hay resistencia y más concesiones para las patronales.
Como decíamos el lunes las condiciones reales en Cresta Roja dejan poco que festejar a los trabajadores; obreros con 30 o más años de antigüedad en la empresa son tomados con contratos precarios por unos meses, con una rebaja del salario cercana al 30 % (sumando la inflación, el poder adquisitivo de los trabajadores de Cresta cayó como mínimo un 50%) a lo que se suma un aumento del ritmo de trabajo.
Mayor explotación y represión al trabajador, menores costos de producción, beneficios y más ganancias para los empresarios resulta ser la confesión solapada de los planes de Macri, extensivos a nivel nacional.
Macri y el PRO contra la prohibición de los despidos
En el escenario donde eligió declarar que de la pobreza “se sale con trabajo" faltan justamente miles de trabajadores que no fueron reincorporados a sus puestos y cuyas familias sobreviven con míseros $ 6 mil que el gobierno pretende que devuelvan cuando cobren sus indemnizaciones. Por eso la exigencia central, sostenida y votada desde las asambleas a lo largo de estos meses, es que todos tienen que volver a trabajar inmediatamente, y no solo una parte de los obreros. En ese escenario Macri también se declaró en contra de prohibir los despidos hasta diciembre del 2017, como plantea el proyecto de ley que se impulsa la oposición en la Cámara de Diputados. La diputada del Frente de Izquierda Myriam Bregman (PTS) salió al cruce del presidente y sus funcionarios planteando que no se puede frenar esa ley por televisión y que es necesaria una sesión especial para debatirla.
En el resto de su discurso se limitó a defender haber quitado las retenciones favoreciendo a las patronales del campo con miles de millones de dólares (mientras los trabajadores pagamos el impuesto al salario). También volvió a anunciar la supuesta “lluvia de dólares” que vendría en camino y a jactarse del nivel de ofertas para emitir deuda que le están haciendo al país.
Mirando el cuadro entero, la oferta macrista para los trabajadores y sus planes para las empresas, es mejor decir “no gracias” y seguir el camino de la lucha.
