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Red Internacional
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Debates. Las paradojas de Juliana Di Tullio sobre el aborto legal

La exdiputada y jefa del bloque del Frente para la Victoria, Juliana Di Tullio, justificó la negativa del partido de CFK a debatir el aborto legal diciendo que se trataba de una táctica legislativa.

Celeste Murillo

Celeste Murillo @rompe_teclas

Miércoles 14 de febrero de 2018

En la misma semana que la asamblea para preparar el #8M desbordaba y sesionaba al aire libre, la exdiputada Juliana Di Tullio publicó un texto en la revista Anfibia donde justificaba la negativa del FPV y el PJ a debatir el aborto legal, seguro y gratuito.

Todo el mundo conoce la posición personal de CFK contra el derecho al aborto, algo que no debería importar para hacer políticas de salud pública pero fue decisivo. También son conocidos sus bloqueos al tratamiento del aborto legal en el Congreso, incluso cuando el FPV era mayoría. El último fue en 2014, cuando Cristina ordenó a su bloque no tratar el proyecto en el recinto.

Di Tullio argumenta que la responsabilidad es de ella misma cuando decidió no tratar la ley porque se podía perder. A propósito de CFK dice que a pesar de su postura personal, “le pregunté si de aprobarse el aborto legal, seguro y gratuito, usaría su facultad constitucional de vetar dicha ley. Su respuesta fue categórica: No”. Esto libraría a la expresidenta de la crítica y la bronca de gran parte del movimiento de mujeres por bloquear este debate vital.

Di Tullio agrega: “…sabía lo difícil que sería, sin la ayuda del Poder Ejecutivo, dar la discusión hacia adentro de mi bloque. Más de la mitad de estaba en contra”. Pero suma dos elementos: “faltaba lo que hoy sí existe: movilización en la calle y debate público instalado en los medios de comunicación”.

Derrotista

El argumento de Di Tullio es derrotista. Perder una batalla es un resultado imposible de excluir de cualquier análisis. En la política como en la guerra, siempre se puede perder pero si la estrategia es no dar pelea, la derrota está asegurada. Nos dice que se podía perder pero no nos muestra una sola táctica o política para ganar.

Di Tullio dice que decidió no debatir el aborto legal porque no había movilización ni debate en los medios masivos. Lo primero no es cierto, el derecho al aborto es una de las demandas que más ha movilizado a las mujeres en Argentina junto con la lucha contra la violencia machista. Lo segundo es arbitrario, ¿quién dice que Rial es el único que puede instalar un debate en televisión? ¿Por qué no podía hacerlo el grupo de diputadas y diputados a favor del proyecto? ¿Cuántos intentos fracasaron?

La exdiputada nos dice que el contexto actual no es auspicioso (hay despidos y ajuste, se debate sobre fusilar o no a un pibe por la espalda, todos hechos ciertos). Pero hoy sí hay que debatir. Con Néstor y Cristina se pudo votar el matrimonio igualitario y no el aborto legal. ¡Qué paradoja!, dice Di Tullio y menciona al pasar el factor Bergoglio (que en realidad atravesó la década kirchnerista) ¿Paradojas o política?

Pero el “me hago cargo” de Di Tullio tiene una contradicción insalvable. Di Tullio dice que durante el gobierno de CFK no había movilización ni se debatía. Pero hoy se puede debatir y hay movilización. Entonces, ¿hay más fuerza social activa hoy que cuando gobernaba el kirchnerismo? Lapidario.

Pelear para ganar siempre (aunque se pueda perder)

A los partidos y organizaciones siempre es mejor medirlos por lo que aportan a los grandes movimientos de masas que por sus discursos (o relatos).

Una discusión legislativa como una pelea en las calles o una huelga necesitan una estrategia para ganar y tácticas acorde. La derrota es una posibilidad y está bien prepararse parar ella, pero no puede ser la justificación para evitar la batalla (en todo caso se dará conociendo los límites y las consecuencias de una posible derrota).

En el caso del derecho al aborto, las condiciones distaban del escenario desolador que pinta Di Tullio. Al contrario, el movimiento venía de conquistar un apoyo importante desde 2003, cuando se realizó la primera Asamblea Nacional por el Derecho al Aborto y más tarde la Campaña que cosechó el apoyo de amplios sectores. Entre 2007 y 2014, las presentaciones del proyecto de la Campaña pasaron del apoyo de una veintena de diputadas y diputados de diferentes bloques a casi 60. O entre diputadas y diputados había una tendencia misteriosa que los hacía progresistas o en la calle había apoyo para el debate y la legalización.

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Di Tullio nos dice que evitó el debate para eludir una derrota que hubiera hecho retroceder 50 años el debate. Pero no nos cuenta una sola táctica para ganar el debate, solo nos explica que no quería perder. Si aceptáramos su argumento, ¿no debatir nos permitió avanzar? ¿Fortaleció al movimiento por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito?

La explicación de la exdiputada ignora los obstáculos que enfrentaron las mujeres para conquistar los derechos que tienen. ¿Se imaginan a la sufragista argentina Julieta Lanteri no presentándose a votar o a pedir su libreta de enrolamiento porque la táctica podía fallar? De hecho no, porque Lanteri “perdió” muchas veces pero su aporte al movimiento fue fundamental, empezando por la lección de que ningún gobierno nos regalaría ningún derecho, y que no había que mendigarlos sino conquistarlos. Parafraseando a Rosa Luxemburgo, sabemos que el camino a la victoria está plagado de derrotas, las aceptamos sabiendo traen consigo lecciones como las que aprendimos las mujeres durante décadas, peleando y defendiendo nuestros derechos.

Los motivos que esgrime Di Tullio servirán para consumo interno, para quienes prefieran no pensar en la “herencia” de los 12 años de kirchnerismo durante los cuales no avanzamos en la conquista de un derecho fundamental. Pero la herencia más pesada, que no incomoda al gobierno de Cambiemos, pero molesta a muchas militantes y simpatizantes kirchneristas y quizás debería molestar un poco más a sus voceras y voceros en los medios, es que no se avanzó en frenar el femicidio silencioso de los abortos clandestinos en los que mueren 300 mujeres cada año (una aproximación porque sabemos que la clandestinidad no publica cifras).

Y dejamos una inquietud para el público y para Di Tullio si le interesa, ¿cómo entra en su estrategia legislativa la votación a libro cerrado del nuevo Código Civil que terminó instalando un nuevo obstáculo para el aborto legal? Quizás pueda iluminarnos en una nueva entrega.

Hoy

A comienzos de marzo se presentará por séptima vez el proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto. Contra los pronósticos de CFK, la sociedad está lista para debatir el aborto legal.

Como sostuvieron muchas de las periodistas y actrices en la televisión, si la presencia de las demandas de las mujeres hoy es mucho más visible y el feminismo llegó a la TV es por dos motivos centrales. Porque nuestras demandas ganaron un amplio apoyo entre la población y por la lucha histórica (menos visible) del movimiento feminista y de mujeres en Argentina. Hoy estamos nosotras porque antes estuvieron otras.


Celeste Murillo

Columnista de cultura y géneros en el programa de radio El Círculo Rojo.

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