Mientras las reservas internacionales del país se encuentran en su punto más bajo en décadas afectadas por la caída abrupta de la producción de petróleo, este miércoles circuló la noticia que a partir de la fecha la CNPC china dejaría de comprar crudo producto de las sanciones de Trump. Se profundiza una catástrofe que cae inclemente sobre el pueblo.
Miércoles 4 de septiembre de 2019
Fotografía EFE
Las reservas internacionales de Venezuela cerraron el mes de agosto en 8.311 millones de dólares, lastradas por la caída de la producción petrolera, la contracción del aparato productivo del país, de acuerdo con los registros del Banco Central de Venezuela (BCV), y ahora por el impacto de las sanciones frente a la posibilidad de algunas empresas internacionales dejen de negociar con el país.
De acuerdo a algunos analistas, según reporta la agencia Efe, del total de 8.311 millones de dólares -que incluye el oro monetario, inversiones y disponibilidades en divisas-, las reservas líquidas, que es el monto que el BCV podría disponer a corto plazo para importaciones, representan menos de 1.000 millones de dólares.
Según la agencia Reuters, las reservas que están en barras de oro equivalen a unos 4.620 millones de dólares, de acuerdo a los balances financieros del primer semestre del 2019, un monto 18,5% menor a los 5.669 millones de dólares en lingotes que mantenía el BCV en sus bóvedas al término de 2018. Se trata de la más baja tenencia de oro de Venezuela en 75 años, según los datos del banco.
En lo referente al petróleo, esta misma agencia revela que los envíos totales de crudo y productos refinados de PDVSA y sus empresas mixtas disminuyeron el mes pasado a cerca de 770.000 barriles por día (bpd), desde 992.565 bpd en julio y 1,13 millones de bpd en junio.
Entre las razones que explican, entonces, la contracción de las reservas internacionales están la caída de la producción petrolera, la merma de la actividad económica, con un producto interno bruto que acumula una reducción del 60 % desde 2013, incidiendo ahora las sanciones económicas.
Por eso al agravante panorama se suma que este miércoles trascendió que la mayor socia china de PDVSA, CNPC, dejaría de comprar crudo venezolano y de producir crudo mezclado, a través de la empresa mixta Sinovensa, a partir de este propio 4 de septiembre, en acatamiento de la Licencia General N° 28, emitida por el gobierno de Estados Unidos, que da plazo a corporaciones estadounidenses y extranjeras, con presencia o intereses en EEUU, hasta la medianoche de este miércoles para terminar los negocios con el país. Todo esto en el marco de las sanciones económicas y bloqueo imperialista de Trump sobre Venezuela.
Sinovensa, una sociedad entre Pdvsa y CNPC, que opera en el campo de Morichal de la Faja Petrolífera del Orinoco en el estado Monagas, produce unos 105.000 barriles por día de crudo extra pesado que debe ser mejorado para convertirlo en un crudo menos denso, como “merey”, comercializable en los mercados internacionales. De ser cierta esta noticia, significaría un gran dolor de cabeza para el gobierno nacional, en una economía en catástrofe.
Nominalmente, las reservas internacionales de Venezuela están entre las más bajas de la región suramericana, pues la vecina Colombia suma más de 53.000 millones de dólares y en Brasil la cifra supera los 380.000 millones de dólares. Los ahorros de Argentina, que atraviesa una crisis financiera y con la sombra del default en el horizonte, suman más de 56.000 millones de dólares.
La brutal caída de la producción de petróleo ha sido de entera responsabilidad del gobierno de Maduro que en vez de destinar los recursos más importantes del país para apuntalar la producción del crudo destinó millones y millones de dólares para el pago de la deuda externa, con el resultado inevitable llegando a niveles de producción de mediados del siglo pasado. Todo esto en una situación en la que el gobierno siguió permitiendo incluso la fuga de capitales de la que toda esa alta burocracia en el poder también es copartícipe. Más aún, llegó a empeñar activos extraterritoriales de la nación, como Citgo, para pagarle a los buitres internacionales.
En este marco la situación catastrófica del país no deja de acelerarse con medidas del gobierno de Maduro que solo apuntan a mayor profundidad de la crisis que sigue cayendo brutalmente sobre los hombros del pueblo trabajador, como las megadevaluaciones y una hiperinflación desenfrenada.
Por su parte la oposición de derecha clama por más sanciones económicas que imponga el gobierno imperialista de Trump y además acepta que éste pase a controlar Citgo en Estados Unidos (con una fachada de una administración supuestamente nombrada por Guaidó), y en el plano nacional se ha dedicado a defender los intereses de la Chevron. Una oposición que clama por un plan al mejor estilo del fundamentalismo liberal y de la mano del FMI.
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Mientras esto ocurre, el dólar paralelo y el oficial sigue indetenible, donde el oficial alcanzaba los 23.840,79 superando por primera vez al paralelo. Los precios de artículos básico de consumo siguen también una espiral incontrolable, con un salario mínimo oficial en 1.67 dólares. ¡0,06 dólares por día! Por tanto, en una situación donde los trabajadores y el pueblo pobre están siendo arrojados al pauperismo, y la perplejidad se ve en las mesas de las familias trabajadoras y pobres que ven sus vidas transformadas en la nada ante la falta del sustento.
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Frente a esa situación la única salida solo puede venir de los trabajadores y el pueblo pobre, levantando un programa de emergencia obrero y popular de salida a la crisis. Para ello se necesita la más amplia unidad de acción y luchar por nuestros intereses y necesidades más elementales y para defendernos de esta catástrofe. Hoy en el país diversos sectores salen a luchar en defensa del salario levantando la bandera de un salario igual a la canasta básica familiar indexado mensualmente, el respecto a las convenciones colectivas, contra la criminalización de la protesta y otras demandas, que pueden ser el puntal para avanzar unificadamente bajo un verdadero plan de lucha nacional, constituyendo organismos de coordinación y levantando la más clara independencia de clase tanto del gobierno, la oposición y todos los empresarios.