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Red Internacional
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OPINIÓN. Las tradiciones obreras y la huelga general que necesitamos

Sobran motivos para que se convoque a un paro de 36 horas con movilización a Plaza de Mayo. Nuestra historia como clase demuestra la enorme fuerza que tenemos.

Viernes 29 de julio de 2016

Fotografía: Enfoque Rojo / Rodrigo Wilson

Crece la necesidad de reabrir las paritarias frente al avance de la inflación, el paro docente viene teniendo un alto acatamiento en 4 provincias, los ferroviarios del Sarmiento paran contra las sanciones a trabajadores de limpieza, se prepara un nuevo “Ruidazo” contra los tarifazos, las organizaciones combativas y la izquierda preparan una movilización contra el ajuste y exigiendo un paro nacional. Mientras pasa todo eso el gorila y antiobrero diario burgués La Nación lanza su grito de guerra exigiendo avanzar sobre las conquistas de la clase obrera con la flexibilización laboral.

La burocracia sindical de las CGT y las dos CTA se transformaron en lo garantes de los planes del gobierno de Macri, y en un freno para que los trabajadores impongamos nuestra enorme fuerza social en las calles.

Por eso se niegan a convocar, por ejemplo, a un paro de 36 horas con movilización a Plaza de Mayo, que le daría jaque mate al ajuste antiobrero y antipopular del macrismo.

¿Qué impide un paro de 36 horas con movilizaciones de decenas de miles en las calles?

Nuestra clase trabajadora es una de las más combativas del mundo. Realizamos gestas heroicas a lo largo de toda nuestra historia: la Patagonia Rebelde, la Semana Trágica, la Resistencia Peronista, el Cordobazo, Rosariazos, Tucumanazos, tiramos abajo dictaduras, gobiernos, etc.

También tiramos abajo planes económicos antiobreros y antipopulares como el de Rodrigo-Isabel Perón en el 75. Dicho sea de paso, el plan de Macri es una fotocopia del Plan Rodrigo: descargar la crisis económica mundial sobre nuestras espaldas, devaluación, ajustes presupuestarios, congelamiento salarial.

En 1975 los burócratas traidores firmaban paritarias por el 45 %, mientras la inflación superaba el 120 %. Cualquier parecido con la actualidad es pura coincidencia.

Frente al brutal ataque, la resistencia obrera y popular se expresará en las bases, que van a imponer paros desde abajo. Frente a la bronca y la presión que crecía por abajo, la CGT tiene que llamar a un paro nacional para presionar al gobierno de Isabelita porque ésta se niega a homologar los convenios con los aumentos salariales conquistados.

Esto aumenta la bronca y desata un proceso de paros y movilizaciones en todo el país. Los luchadores más combativos, mas antipatronales y antiburocráticos del movimiento obrero que dirigían sindicatos de base, seccionales opositoras, centenares de Comisiones Internas y Cuerpos de Delegados comienzan a nuclearse en organismos conocidos como las Coordinadoras en el Gran Buenos Aires: Zona Norte, Zona Sur, Zona Oeste y La Plata, Berisso y Ensenada. Las Coordinadoras logran movilizar a decenas de miles de trabajadores durante días, y consiguen imponer a la CGT un Paro Activo para el 7 y 8 de julio.

Desde las primeras horas del 7 de julio, los obreros impusimos en las calles nuestra enorme fuerza social, millones parando el país. En esos días centenares de miles marchamos a las plazas. Cerca de 200.000 trabajadores confluimos hacia la Plaza de Mayo haciendo temblar las calles al grito de “14.250 O PARO NACIONAL”…”CONTESTE…CONTESTE…CONTESTE ISABEL…CUANTO GANA UN OBRERO…CUANTO GANA UN CORONEL…”.

Los trabajadores, superando los límites de la traidora burocracia sindical, protagonizamos una acción maravillosa, donde millones paralizamos el país e hicimos saltar por el aire el plan Rodrigo.

Hoy, como lo hacía en ese entonces, la burocracia sindical garantiza que no pueda pelear seriamente contra el ajuste.

¿Adónde está…que no se ve…esa gloriosa CGT?

Quizás muchos compañeros se ilusionaron pensando que cuando se juntaron Hugo Moyano, Antonio Caló, Juan Carlos Schmid, Héctor Daer, Carlos Acuña, Mario Caligari, Omar Maturano y Andrés Rodríguez, “sellarían la reunificación” de la “gloriosa” CGT, y de esa unidad, saldrían propuestas de planes de lucha para enfrentar los tarifazos, la inflación, los despidos, etc.

Pero los “dirigentes sabios y prudentes”, mantienen (desde hace más de 40 años) a sus organizaciones sindicales “inconmovibles” ante las penurias que atravesamos los trabajadores y los sectores populares. Son “dirigentes sabios y prudentes” garantizándole al gobierno y las patronales mantener a la clase obrera lejos de las calles.

Esos burócratas atornillados a sus cómodos sillones, con sueldos millonarios gracias a nuestros aportes, mostrando su “enorme preocupación” por la difícil situación que atravesamos los trabajadores en blanco, los precarizados y los sectores populares, se proponen lanzar en agosto…un documento súper recontra crítico denunciando la “difícil situación” que atraviesa el pueblo trabajador. ¿Plan de Lucha? ¿Paro nacional? ¿Paro de 36 horas con movilización a Plaza de Mayo? ¡¡¡Ni por equivocación!!!

CTA-Yasky, CTA-Micheli: “distintos”…pero tan iguales

Por otro lado, los dirigentes de las dos CTA, se dicen “distintos” a los dinosaurios de la CGT, pero en los hechos también vienen garantizándole las medidas antiobreras y del gobierno.

El kirchnerista Yasky nuclea en sus filas a sindicatos importantes como Docentes, y tiene peso en otros como Telefónicos o ATE. No solo se niega a llamar a un paro con movilizaciones de miles en la calle, sino que mantiene a los docentes peleando aislados por provincia.

La CTA de Pablo Micheli, que se jacta de que ATE -su principal gremio- superó a los traidores de UPCN en afiliados, se niega a mostrar esa superioridad en las calles, para acabar con el ataque a los trabajadores estatales.

Las dos CTA, igual que las CGT, hablan de paro de ATE, de “Marchas Federales”, pero no de un Paro Nacional de 36 horas con Movilización a Plaza de Mayo para quebrar el ajuste antiobrero y antipopular.

Hay que pelear por el paro activo nacional de 36 horas

Con justa razón cualquier compañera o compañero lector, puede pensar “lo del Rodrigazo fue algo grande…pero hoy no podemos”.

En primer lugar, les respondería: a los trabajadores nada nos resulta fácil, de lo que se trata es que los luchadores obreros y populares, que nos reivindicamos antiburocráticos, antipatronales, antigubernamentales, junto a la izquierda combativa -como lo hacemos desde el PTS en el Frente de Izquierda- impulsemos en los lugares de trabajo, la exigencia a las centrales sindicales de un paro de 36 horas con movilización a Plaza de Mayo para poner freno al ajuste antiobrero y antipopular de Macri.

El 29 de abril de este año nos movilizamos más de 100.000 en las calles de Capital. Pero fue solo una pequeña parte de la fuerza que tenemos.

En la Argentina hay más de 3000 sindicatos. Si convocaran y movilizaran 1000 trabajadores cada gremio, seríamos más de 3 millones movilizados en todo el país, una fuerza enorme que podría liquidar los planes antiobreros y antipopulares de cualquier gobierno.

Si no avanzamos en esta perspectiva es por exclusiva responsabilidad de la burocracia sindical entreguista.

Llamamos a nuestros lectores a tomar en sus manos esta iniciativa y que transformemos juntos a La Izquierda Diario en el órgano difusor de la misma.

Avancemos en transformarnos en militantes obreros que transmitamos a cientos de miles de trabajadores nuestra tradición y las grandes gestas la clase obrera con las cuales históricamente enfrentamos y derribamos los planes de los gobiernos y dictaduras patronales. Tenemos una gran herramienta para organizar a cientos de miles en todos los lugares de trabajo.