A solo 37 días del Plebiscito, analizamos las trampas que traen tanto la Convención Constituyente, como también la Convención Mixta; específicamente la del quórum de 2/3.
Viernes 18 de septiembre de 2020
A un mes del estallido social de octubre que dejó a miles de presos políticos injustamente condenados y cientos de heridos por el injustificable actuar de parte de carabineros y militares; seguimos viviendo una gradual precarización laboral y una serie de ataques por parte de los empresarios- como los casi 2 millones de despidos- y los partidos del régimen, en medio de una pandemia mortal, que ya lleva más de 12 mil muertos en todo el país.
Restan solo 37 días para el Plebiscito, donde se decidirá entre la opción del apruebo o rechazo la idea de crear una nueva constitución, a través de solo dos alternativas que se imponen: Convención Constitucional o Convención Mixta. Pese a que es correcto ir a votar por el "apruebo" en rechazo a la constitución de Pinochet, es necesario ser claros en que ambas opciones tienen trampas y limitaciones que parlamentarios de este régimen ya decidieron hace meses imponer, haciendo creer a la población que este proceso será "democrático" y que será el pueblo "el que decidirá"; es solo otra nueva forma de engaño constitucional para fortalecer un régimen que a simple vista ya hace aguas y que pretende salir a flote mediante el uso del denominado quórum de 2/3, que le entrega a una minoría el poder de veto.
El proceso constituyente, sumamente rígido y controlado, fue en términos simples el resultado que dio el Acuerdo por la Paz y Nueva Constitución, firmado por los partidos del régimen el pasado 15 de noviembre, luego de que el gobierno se viera presionado por los millones de trabajadores y trabajadoras que salieron a las calles en búsqueda de echar abajo la herencia de la dictadura y sus leyes injustas que solo proliferan la desigualdad.
Entonces ,¿qué implica este proceso constituyente?
Por un lado, todo el proceso constituyente se realizará con Piñera como presidente y con total impunidad a los violadores de DD.HH; con quórum de 2/3, que les otorga poder de veto a una minoría; con los menores de edad sin poder votar; con la ley de partidos rigiendo, que en los hechos restringe la participación de dirigentes sindicales y sociales; sin poder ser modificados los tratados internacionales, por ende, no se podrá tocar el negocio de las AFP, entre otras limitaciones.
¿Qué significa que exista un quórum de 2/3?
La Convención que salga elegida deberá aprobar las normas y el reglamento de votación por un quórum de 2/3 de sus miembros en ejercicio, por lo que no podrá alterar los quórum ni procedimientos para su funcionamiento y para la adopción de acuerdos. Como bien lo explica Daniel Vargas, abogado y dirigente del Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR): “ Con el quórum de 2/3 se le otorga un enorme poder de veto a una pequeña minoría, en defensa de los grandes grupos económicos, como BHP. Luksic,Matte,Angelini o el mismo Piñera. Solo con el 33% de las y los representantes que voten negativamente una propuesta, se podrá bloquear cualquier decisión”.
En términos concretos, al usar el mismo sistema electoral que usan los diputados, el país se dividiría en 28 distritos que eligen entre 3 a 8 delegados, sumando un total de 155 delegados- tal como la actual Cámara de Diputados-, que se verán regidos por un quórum de 2/3 para aprobar cada una de las normas que se quieran integrar a la nueva Constitución, es decir, que de 155 delegados, se necesitaría del acuerdo de 104 delegados para aprobar lo que se proponga.
Esto quiere decir que basta con que un delegado no tenga acuerdo con alguna norma- digamos establecer con rango constitucional la garantía del Estado para una pensión digna mediante un sistema público o que se garantice un sistema de Educación Universitaria Gratuito y de calidad-, para que esto no se realice, dejando en evidencia lo fácilmente manipulable que puede ser el sistema que rige a ambas Convenciones, permitiéndole a una minoría poder tomar decisiones por sobre la mayoría de la misma forma que han hecho durante años.
Es por esto que debemos volver a luchar por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, que permita disponer de métodos realmente democráticos y transparentes que nos permitan decidir a las y los trabajadores el camino que queremos seguir para responder a todas nuestras exigencias.