Estos días de campaña electoral vemos que los principales partidos presentan sus programas electorales. Por eso hemos querido analizar lo que dicen sobre un aspecto que nos parece clave, cuál es su programa para la educación. Analizaremos las propuestas educativas de los principales partidos de derechas (PP, Cs y VOX).

Jorge Calderón Historiador y Profesor de Secundaria, Zaragoza
Miércoles 17 de abril de 2019
Educación privada, elitista y excluyente
Los tres adjetivos que mejor definen el tipo de educación que defienden los principales partidos de derecha de ámbito nacional. En este tema, como en tantos otros, lo que les une es más fuerte que lo que los separa. Todos defienden igualar la educación pública con la privada y concertada, creando un solo sistema de educación público-privado financiando con dinero público.
El Partido Popular (PP) lo deja claro al querer extender la educación concertada al Bachillerato, que actualmente es la única etapa de la enseñanza no universitaria en la que la escuela privada no recibe dinero público. También, y en esto coincide con Cs, apuesta por crear tantas plazas concertadas como demanda de las familias haya, con lo que rompería el criterio actual -que en la mayoría de los casos no se cumple- de solo crear nuevos “conciertos” en las zonas donde faltan plazas públicas.
Coinciden además al hablar de la financiación de la misma. Ambas formaciones apuestan por “una equiparación real y efectiva de la financiación de la educación concertada” y que las aportaciones realizadas por las familias a estos centros, vuelvan a ser desgravables en la declaración de la Renta.
La última gran coincidencia entre ambas partidos, al hablar de la educación no universitaria, se da en la FP Dual, ya que los dos apuestan por reforzarla y ampliarla. Hay que recordar que esta Formación Profesional, está diseñada al servicio de la patronal, para tener en este alumnado, un mercado de mano de obra en condiciones de semi-esclavitud, con prácticas no remuneradas ni cotizadas.
En cuanto a la Educación Universitaria, el PP, no sólo apuesta por mantener la privatización y elitización de la misma, ya iniciada con el Plan Bolonia, sino que la quiere aumentar notablemente. Para ello propone: “fomentar la relación entre la universidad y la empresa, facilitando la incorporación flexible de los estudiantes a los entornos de trabajo en sus diferentes momentos de formación: eliminaremos las trabas existentes sobre las prácticas”.
Además apuestan por aumentar el poder de decisión del Consejo Social, órganos con representantes de la patronal, en cada Universidad Pública para que las empresas privadas puedan imponer, como ya está ocurriendo, qué y cómo se investiga.
Educación neoliberal a imitación de EE.UU
Ciudadanos (Cs), además de las coincidencias con el PP antes citadas, en sus propuestas educativas deja clara su apuesta por una educación neoliberal, parecida a la existente en países como EE.UU.
Recupera la idea de un MIR para los docentes, como el que ya existe para los médicos. El mismo consistiría en que, una vez aprobadas las oposiciones, los docentes estarían 2 años en un periodo de prácticas.
Esta propuesta ya fue en su día duramente criticado por la mayoría de los sindicatos docentes. Según ellos, esta medida no mejoraría la formación del profesorado, sino que “habría más temporalidad y menos salarios para el personal docente y más rotación en los centros”.
En cuanto a la universidad, al igual que ocurre en EE.UU, estas medidas dan lugar a universidades de primera y segunda categoría. Para ello apuestan por: “Premiar con financiación adicional a las facultades y departamentos universitarios con mejores resultados”.
Al no distinguir entre universidad pública y privada a la hora de conceder estas ayudas, con esta medida los fondos públicos no irían destinados a las facultades o departamentos que más lo necesitaran, sino los que mejores resultados obtuviera.
Estos resultados estarían basados en una lógica empresarial, poniendo de este modo la universidad y los fondos públicos todavía más al servicio e interés de la patronal. Decimos esto, porque sólo obtendrán buenos resultados aquellos que investiguen o trabajen en proyectos de los que las empresas puedan sacar un beneficio en el futuro.
La última gran medida del programa educativo de Ciudadanos es la implantación de una asignatura sobre la Constitución, obligatoria y puntuable en todo el Estado, para acabar con lo que ellos llaman "adoctrinamiento nacionalista" en las escuelas. Con esta materia, quieren dejar clara su visión de una España unida, indivisible, basada en una Constitución “intocable”, y en el respeto y obediencia a las fuerzas represivas. Además, el rodillo ideológico llega también a los contenidos de la asignatura, incluyendo una visión de la historia de la Guerra Civil que justifica la ofensiva fascista y en la que se perpetuaría el “pacto de silencio y olvido” impuesto en la Transición.
Nacionalcatolicismo del siglo XXI
Sin duda VOX, como partido de extrema derecha más claramente definida, es el que apuesta por un modelo educativo, más parecido al Nacionalcatolicismo, que se impuso en las escuelas durante la dictadura franquista.
Sus propuestas no dejan lugar a dudas: 1) Español como lengua vehicular obligatoria en todo el Estado, 2) autorización previa de los padres para recibir contenidos de valores sociales y éticos o educación sexual, 3) promoción de la tauromaquia y la caza como parte del patrimonio cultural español.
Con estas medidas que plantean quedaría una escuela muy parecida a la que existía en la escuela franquista. La Iglesia afianzaría su “monopolio” moral de lo que se enseñara en las aulas, sobre todo, sobre determinadas temas como el sexo, el feminismo, la historia, con todos los recursos económicos a su favor, ratificado por el Concordato con la Santa Sede.
Como vemos, las tres derechas coinciden en lo esencial. Todas quieren una educación pública subordinada a la privada y concertada. Una educación elitista y excluyente, basada en la religión católica y en la exaltación más reaccionaria del nacionalismo español, donde la diversidad sexual, y los valores feministas, antirracistas o la crítica social, brillen por su ausencia.
En definitiva una escuela de “ordeno y mando” basada en educar a las élites para serlo y a los hijos hijas de la clase trabajadora para ser explotados por ellas.