Este martes la diputada criticó el protocolo impulsado por Patricia Bullrich que legaliza el gatillo fácil. Sin embargo, desde su entorno, aclararon que no se va de la coalición oficialista.
Miércoles 5 de diciembre de 2018 00:00
Elisa Carrió es un especialista en desatar tormentas mediáticas. Este martes por la tarde volvió a ser protagonista de una de ellas, cuando criticó abiertamente la resolución del Ministerio de Seguridad que legaliza abiertamente el gatillo fácil.
Con un discurso rimbombante que hablaba en defensa de los derechos humanos y condenaba la resolución por ir hacia “el fascismo”, la diputada oficialista salió a criticar a la ministra de Seguridad de la Nación.
“La reglamentación para fuerzas de seguridad dictada por la ministró (sic) Bullrich viola los Derechos humanos fundamentales”, disparó en Twitter.
Algo más tarde, defendiéndose de los ataques de los trolls macristas y de los propios partidarios de Cambiemos, agregó que “a los que se enojan conmigo por mi posición en seguridad les digo, el día que maten a un hijo solo por tener pelo largo o ser morocho se van a acordar de mí”. Lejos de aminorar, las críticas continuaron.
Rápidamente la crítica de Carrió se convirtió en noticia nacional. Se trataba de la primera voz oficialista en definirse contra la resolución de Bullrich que legaliza el gatillo fácil.
Previamente la medida había cosechado críticas desde organismos de derechos humanos, organizaciones sociales, políticas y sindicales. En la Cámara de Diputados, este mismo martes, el bloque del PTS-FIT presentó un proyecto de resolución exigiendo la anulación del decreto Decreto 956/2018, publicado este lunes en el Boletín Oficial.
Sin embargo, las críticas de Carrió están lejos de implicar consecuencias dentro de la coalición oficialista. Por la noche, voceros de su espacio le confirmaron al diario Clarín que la legisladora no pensaba romper con Cambiemos.
Desde el macrismo puro las señales fueron en el mismo sentido, reivindicando la supuesta “pluralidad” de opiniones dentro del oficialismo.
Nadie debería ver en las declaraciones de Carrió algún tipo de gesto opositor. Se trata de una voz a veces díscola dentro de la coalición gobernante. Una voz que busca contener, dentro de ese mismo espacio, a los descontentos y descontentas con algunos aspectos de la política oficial.
En el terreno específico de las políticas represivas, es bueno recordar que Carrió defendió la brutal represión que se llevó a cabo en diciembre de 2017, cuando se aprobó la llamada reforma previsional. En ese entonces, producto de las balas policiales, por lo menos 5 personas perdieron un ojo. A la diputada que habla de los “derechos fundamentales” no le importó entonces.