Sin nada que envidiarle a Bullrich y Ritondo, el ministro de Seguridad bonaerense lanzó por Instagram la inscripción a la “formación policial” 2021, para niñas y niños desde los 11 años. La juventud víctima de la gorra debe repudiarlo.
Meli Mell Correponsal LID
Malena Roldán Corresponsal LID
Lunes 19 de octubre de 2020 10:33
El ministro de Seguridad, médico, militar y abogado, publicó esta semana que ya está abierta la inscripción a la integración al Liceo Policial a niños a partir de los once años. En las páginas oficiales del liceo ya se encuentra habilitada la inscripción para 2021.
Una vez más Berni muestra su desprecio a la clase trabajadora: la salida que ofrece a ocho millones de chicas y chicos pobres (según datos del Indec) es la formación en el odio y la represión a las y los demás jóvenes.
Las necesidades, los derechos vulnerados, como el del acceso a una vivienda digna, educación y salud, están por fuera de las prioridades del ministro de seguridad y del gobierno del que forma parte, con Axel Kicillof en la gobernación y Alberto Fernández en la Presidencia, destinando millones de pesos a las fuerzas policiales.
En lugar de que el Estado garantice los derechos básicos para vivir, el ministro de Seguridad ofrece a niñes de once años, con muy poca capacidad de elegir conscientemente una formación basada en el odio de clase y ma criminalización de la pobreza.
El aparato represivo del Estado es el responsable de la muerte de Facundo. Ya sabemos cómo actúa y qué es lo que se pretende al reclutar niñes de once años para una institución que reprime, mata a la clase trabajadora y hostiga a las familias de Guernica.
Ya se sabe que es mentiroso el discurso de que más policía es más seguridad. Nunca fue así ni lo va a ser. Este 17 de octubre se cumplieron seis años del hallazgo del cuerpo de Luciano Arruga y tres del de Santiago Maldonado. Y se sigue exigiendo verdad y justicia.
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La juventud, los niños y las niñas, necesitan el acceso a la vivienda, educación y salud. Necesitan que sus padres y sus madres no tengan trabajos precarios y directamente reciban la condena a la desocupación y la indigencia. No necesitan aprender a odiar el pueblo trabajador para luego poder reprimirlo sin culpas.
En todo el país importantes sectores juveniles se organizan y marchan para repudiar los casos de gatillo fácil y los crímenes a manos de las fuerzas represivas del Estado. Junto a las familias de las víctimas, encabezan la lucha por verdad y justicia para los hijos y las hijas del pueblo pobre que cayeron por la bala y el machete policial.
Esa juventud debe repudiar también, en todos los espacios, en las redes y en las calles, el reclutamiento del gobierno peronista de niñas y niños para formar futuros represores. Es una tarea central del momento. No hay tiempo que perder. Es nuestro futuro o el de ellos.
