En el día de ayer, la Cámara de Senadores bonaerense avanzó en la limitación de las reelecciones indefinidas de Intendentes y Concejales. También alcanza a legisladores provinciales. Pacto entre el massimo y Cambiemos.
Jueves 18 de agosto de 2016 13:45
Según la nueva reglamentación, los Intendentes, Concejales, Consejeros Escolares y legisladores provinciales no podrán ser electos por más de dos mandatos consecutivos. Luego de una reelección, no podrán ser elegidos en el mismo cargo si no es con un intervalo de un período.
Efectivamente, el alcance de esta ley será recién cuando se cumplan los dos mandatos de los funcionarios políticos. Para lo cual se tomarán como primer período el vigente, o sea el que están ejerciendo actualmente. Lo que lleva a que en las elecciones de 2019 podrían volver a presentarse, por lo que la ley recién tendría alguna implicancia en diciembre de 2023.
Haciendo gala del “tome y daca” de la política de los partidos tradicionales, el oficialismo se había comprometido a avanzar con esta reforma a cambio del apoyo de los legisladores massistas a la Ley de reforma administrativa. Recordemos que la misma fue aprobada en medio de una sesión escandalosa con los gremios estatales provinciales en las calles rechazando esta normativa que profundiza la precarización de los trabajadores y abre la puerta a los negocios de los empresarios amigos con el Estado.
Además del massismo y el oficialismo que siguen haciendo gala de su pacto de gobernabilidad, votó a favor el Bloque Peronista donde se alinean los Senadores randazzistas y los que responden a Julián Domínguez. El bloque del Frente para la Victoria y el del Partido Justicialista que tienen como referente a Fernando Espinoza se opusieron a la reforma. En diputados, el único bloque que había rechazado este proyecto por sus grandes límites había sido el bloque del Frente de Izquierda, ya que era una reforma cosmética para mantener el régimen político provincial.
Senadores peronistas replicaron los argumentos de sus pares de la Cámara de diputados, arguyendo la inconstitucionalidad de esta reforma. Sostienen que la letra de la Constitución provincial limita solamente la elección para Gobernador y Vicegobernador y que esta nueva ley no puede estar por encima de ella. Una polémica que según diversos analistas llevará a apelaciones judiciales y que seguramente tendrá nuevos episodios.
Como decíamos al momento de obtener la media sanción en Diputados, “las promesas de acabar con los eternos barones del conurbano se las puede llevar el viento. O más terrenalmente una nueva ley que anule la reciente modificación, para lo cual tienen por delante nada más y nada menos que siete largos años”.
¿Barones en aprietos?
Si bien algunos barones del conurbano perdieron en las últimas elecciones, como el eterno Raúl Othacehé que estuvo al frente de Merlo por 25 años, en algún período dentro de las filas del Frente Renovador, o Hugo Curto (FPV) que estuvo al frente de Tres de Febrero por la misma cantidad de años, todavía muchos siguen en cargos.
Entre los de más años en cargos que parecieran ser vitalicios se encuentran Julio Pereyra (FPV/PJ) de Florencio Varela que va por su séptimo mandato, es decir unos 28 años en el poder; Alberto Descalzo (FPV/PJ) de Ituzaingó, se mantiene “atornillado” en el municipio desde 1995, por lo que estaría transitando su vigésimo primer año en la municipalidad. Desde Cambiemos no tienen nada que envidiarle, como se ve en la figura de Gustavo Posse de San Isidro, que fue electo por primera vez en 1999 y desde entonces ocupa la intendencia; o en el intendente de Tandil, Miguel Angel Lunghi, que ya va por su cuarto mandato.
Al respecto, la reforma que establece la ley sancionada ayer no hace otra cosa que reconocer una práctica ya muy común entre los Intendentes. Es normal que si los jefes comunales no se reeligen de manera indefinida, van intercalando sus mandatos con los de sus esposas o hijos, perpetuándose como señores feudales de distintas localidades. Ejemplos de esto hay de todo tipo y color en el territorio bonaerense.
