Derrota del Frente de Todos e importante elección de la oposición de derecha agrupada en Juntos. Se registró, además, un importante avance del FITU en barriadas obreras y populares.
Miércoles 22 de septiembre de 2021 09:02
Las PASO del domingo 12 dejaron resultados sorpresivos a nivel nacional y particularmente en la Provincia de Buenos Aires donde fue derrotado el oficialismo. A nivel nacional, Alberto Fernández, luego de atravesar una importante crisis política con el kirchnerismo dentro de la coalición gobernante, terminó cerrando filas y aceptando cambios adelantados en su Gabinete. A nivel provincial, el gobernador Axel Kicillof no se quedó atrás, y anunció cambios designando en la Jefatura al intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, al intendente de Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini, en Infraestructura, y a la diputada nacional Cristina Álvarez Rodríguez, como ministra de Gobierno. De conjunto, una política para garantizar gobernabilidad y cerrar filas con intendentes y gobernadores para llegar mejor a las generales de noviembre.
Ahora bien ¿qué hay detrás de estos cambios? Los malos resultados nacionales, desde ya, pero si nos detenemos en la Provincia de Buenos Aires, el primer dato político y de mayor envergadura es la derrota del Frente de Todos en “la madre de todas las batallas” como plantea Walter Moretti en su columna Escenario Bonaerense. El oficialismo recibió un fuerte rechazo de una parte importante de su electorado y hay final abierto sobre qué pasará en noviembre. El segundo hecho a considerar es la victoria de Juntos y un cierto crecimiento de las fuerzas de derecha sumadas (Juntos, Espert, Hotton, entre otras), con más fuerza en el interior, aunque no de la magnitud ni radicalización que se ve en CABA. El tercero, sobre el que nos vamos a detener particularmente, es que el Frente de Izquierda Unidad con Nicolás del Caño salió por primera vez tercera fuerza, por encima del derechista Espert y el flexibilizador Randazzo, superando a las otras 22 listas que se presentaron.
Derrota del oficialismo, importante elección de Juntos
Según los resultados del escrutinio provisorio que son los que utilizaremos a lo largo de la nota, las PASO provinciales fueron un golpe al Frente de Todos que, con Tolosa Paz como candidata, perdió con el 33,6% (2.789.022 votos). Si comparamos con las PASO 2017, el oficialismo perdió un 16% ya que Unidad Ciudadana con Cristina Fernández como senadora en la categoría a diputados había obtenido un 34,28 (3.054.886) y el Frente 1País encabezado por Massa 15,4% (1.379.007), juntos sumaban 49,68%. Pero si comparamos los resultados respecto de las PASO de 2019 que alcanzaron el 53,3% (4.782.574), los guarismos son aún peores. El peronismo cae estrepitosamente un 20% y pierde 2 millones de votos en la provincia. Solo gana en la tercera sección (de las ocho secciones electorales), donde al mismo tiempo perdió 1 millón de votos. En cuanto a los municipios bonaerenses, apenas se impone en 22 sobre 135.
En el caso de Juntos la interna Santilli -Manes alcanzó un 37.9% (3.149.989 votos) ganando la elección. Si tenemos en cuenta que en las PASO 2017 había sacado 36,3% (3.240.499), y en las PASO 2019 había obtenido 33,5% (3.006.471), se observa una mejora porcentual. Espert, por su parte, como expresión de una derecha más radicalizada sale cuarta fuerza con el 4,8% (404.016), detrás de Del Caño. Se verá en las generales adónde van los votos de Manes que alcanzó el 40% en la interna.
En este marco, lo que podemos ver es que el descontento con el gobierno no tiene una lectura única: a) Se expresó “por derecha” en la elección de Juntos y Espert (y algunos votos que se suman de otras listas que no pasaron las primarias). Aunque hay que señalar que en Juntos primó la opción por una campaña que oculte a Macri y a Vidal por el repudio que hubo en 2019 con el ajuste del anterior gobierno. Es decir que no pudieron reivindicar al gobierno del ajuste. Espert, pese al enorme empuje mediático, no hizo una elección destacada. b) Por izquierda en la importante elección del FITU, que planteando la independencia política hizo eje en su campaña con la idea de “transformar la bronca y decepción con el gobierno en lucha”, el planteo de “reducción de la jornada laboral a 6 horas, 5 días, con un salario mínimo igual a la canasta básica familiar para repartir las horas de trabajo entre ocupados y desocupados” y como siempre, se mantuvo en primera fila apoyando las luchas de los trabajadores. c) Por último, la importante abstención a la hora de votar, registrando solo un 68% de participación, una de las más bajas en los últimos años.
Esta desilusión con el gobierno y la baja participación, pueden ser el anticipo o la expresión de una crisis mayor del régimen político y de representación en las coaliciones mayoritarias. Christian Castillo señala en el Semanario Ideas de Izquierda esta "separación entre representantes y representados" como elementos de crisis orgánica, es decir la combinación entre una profunda crisis social, económica, los efectos de la pandemia y el enojo y la frustración de gran parte de la población, que si bien se expresa principalmente con el gobierno que ilusionó con que iban a mejorar las condiciones de vida post Macri, cosa que no sucedió, tiende a abarcar al conjunto del régimen político.
Para poder analizar más finamente cómo afectó el “voto bronca” o voto rechazo” al gobierno en PBA, hay que distinguir al Conurbano bonaerense del interior de la provincia. En el primero, en el que nos centramos en esta nota, es donde el peronismo concentra históricamente su caudal de votos. Allí se vio un voto castigo que perforó a la clase media baja y a la clase trabajadora, producto del deterioro profundo de la situación económica. El tema de la pandemia y el proceso de vacunación definitivamente no fueron gravitantes a la hora de votar, menos después de la foto del cumpleaños de Fabiola y el vacunatorio vip.
Unas PASO históricas con Del Caño y el FITU en PBA
El primer dato político a destacar de la elección de la izquierda es que en la Provincia de Buenos Aires el FITU encabezado por Nicolás Del Caño junto a otros candidatos como Romina Del Plá, Claudio Dellecarbonara, Néstor Pitrola y Juan Carlos Giordano, salió por primera vez tercera fuerza e hizo la elección más alta en unas PASO desde su fundación, hace ya 10 años atrás (ver placa). Con ambas listas alcanzó un 5,2% de los sufragios (430 mil votos) quedando bien posicionado hacia las generales, donde si se mantiene la tendencia a subir del FITU cuando se trata de elecciones legislativas, está en carrera para obtener dos bancas nacionales y una o dos provinciales. En la interna del FITU la lista de Del Caño logró más del 80% superando ampliamente a la de Bodart-MST.
Estos buenos resultados hay que enmarcarlos dentro de una elección difícil para el FITU, por un lado por la baja lucha de clases en la coyuntura como plantea en elDiarioAr Fernando Rosso, y por el otro por tratarse de una elección desigual, con poco espacio en televisión, escasos recursos y un intento mediático y del régimen para que se disperse el voto de la izquierda, tratando de mostrar división, algo absurdo siendo que el 80% de la misma va unida. A su vez, al ser una elección reñida, el PJ recurrió a sus métodos punteriles intentando evitar que el descontento de un sector de su base sea capitalizado por Del Caño, con ataques en lugares como La Matanza, Almirante Brown u otros distritos donde trataron de impedir que haya campaña del FITU e incluso amenazaron a candidatos locales como el ferroviario Andrés Padellaro.
Sin embargo con una campaña a pulmón, con la militancia en los lugares de trabajo, de estudio, en los hogares con las familias y plazas de la provincia, por las redes, llegaron las propuestas y desafíos del FITU, alcanzando los barrios obreros y populares del conurbano profundo, como bien señala Lucho Aguilar. Mientras los políticos burgueses demostraron estar alejados de las necesidades de las mayorías populares, desde el FITU se peleó por la unidad, y porque emerja en la realidad política una tercera fuerza nacional de la izquierda obrera y socialista. Comenzó a debatirse entre cientos de miles la propuesta de la lista encabezada por Nicolás del Caño de reducir la jornada laboral a 6 horas y trabajar 5 días a la semana con salario no menor a la canasta familiar, para de este modo terminar con largas jornadas de trabajo y enfrentar la desocupación, repartiendo las horas de trabajo y creando nuevos puestos.
El avance del FITU en barriadas obreras y populares
Gran parte de esta importante elección del FITU lo explican los cientos de miles de votos alcanzados en la categoría a diputado nacional en el Conurbano y La Plata con cerca del 6% (366.600 votos), y con resultados que rondan el 7% en importantes barriadas obreras y populares, y llegan hasta al 10% en determinadas zonas. En la categoría a concejal los resultados son incluso mayores en algunos municipios.
Si tomamos la tercera sección electoral, la elección del FITU es particularmente destacada en este bastión peronista, fundamentalmente en los sectores de mayor concentración obrera y popular. En lugares como Presidente Perón donde se encuentra Guernica, el FITU hizo una importante elección encabezando con Marcelo Gómez, trabajador estatal, obteniendo 7,10%. Si consideramos otros distritos como Almirante Brown con una trabajadora de la salud y un ferroviario como Andrés Padellaro liderando la lista, se alcanzó el 7,20% llegando casi al 8% en barrios obreros y populares como Glew, Rafael Calzada, Longchamps, Claypole; en Berazategui con Noelia Bastias, joven precarizada se llegó al 6,73% y en algunos barrios populares se superó el 10% como Hudson, Santo Tomás, Plátanos; en Berisso donde se encuentra uno de los polos petroquímicos más importantes del país, se llegó al 6,90% con Federico Surila, trabajador del Hospital de Niños de La Plata; en territorio peronista y de familias trabajadoras como Florencio Varela se obtuvo un 6,73%.
En La Matanza, el FITU obtuvo un 6,75% a diputados nacionales y 7,49% a concejales, capitalizando parte del rechazo a la gestión del barón Espinoza. En este distrito podemos ver ejemplos de circuitos electorales donde crecimos entre el 90 y 130% de votos como en Laferrere, Rafael Castillo, González Catán y Virrey del Pino. Pero también crecimos entre un 20 y 50% en localidades como San Justo, Lomas del Mirador, Villa Luzuriaga e Isidro Casanova. Territorios donde se asientan las familias que luchan por vivienda, pero también cientos de miles de docentes, trabajadores municipales y precarizados.
En la primera sección electoral también se expresó este crecimiento histórico. Empezando por la región oeste, donde despuntan las elecciones del FITU en los populosos distritos de Merlo, gobernado por un devenido kirchnerista y hombre del papa, Gustavo Menéndez, donde se obtuvo un 7,67% y en Moreno, gobernada por una dirigente del Movimiento Evita, donde se alcanzó el 7,32 %.
Por otro lado, hay distritos donde el FITU hizo buenas elecciones como en Tigre, donde el peronismo retrocedió más de 20 puntos en relación a las elecciones de 2019. En San Martín y José C. Paz, enormes y populosos distritos, en todos superamos el 6% de los votos con candidaturas de trabajadores de la empresa recuperada Madygraf, Mondelez, docentes y jóvenes. En todos estos distritos, si ponemos una lupa por circuitos electorales, encontramos muy alta votación en grandes barriadas de trabajadores y sectores populares que dieron un paso de clase, votando una fuerza de trabajadores anticapitalista.
En la capital de la provincia, en La Plata, distrito de Tolosa Paz, obtuvimos más de 22 mil votos superando el 6% de los votos. Gran protagonismo en la campaña por reducir la jornada laboral a 6 horas, tuvieron las y los esenciales, trabajadores de la primera línea que integraron las listas del FITU encabezada por Luana Simioni.
En muchos municipios se ve un crecimiento, donde el FITU no sólo mantiene sus votos, sino que una parte del descontento con el peronismo va hacia la izquierda. Esto tiene que ver con un rechazo al empeoramiento de las condiciones de vida. Hoy lo que “manda” es que al asalariado no le alcanza el sueldo aun teniendo un trabajo, y los planes sociales tampoco permiten subsistir. Es en el descontento de los pobres y trabajadores del conurbano profundo dónde radica el problema que desvela al peronismo y por donde irá la disputa, ya que quienes sufrieron con Macri y tuvieron expectativa en el “hay 2019”, después de dos años de gobierno lo castigaron, no fueron a votar, o votaron al FITU como alternativa por izquierda.
Una campaña militante: comités, asambleas regionales y candidaturas obreras y juveniles
En la definición del voto incidió el rol de la izquierda, siempre apoyando las luchas de los trabajadores, las mujeres y la juventud, enfrentando a los gobiernos y al ajuste, a los poderosos y al FMI, y defendiendo a las y los oprimidos y la independencia política de la clase trabajadora. Nicolás del Caño, los candidatos del FITU y la militancia, junto a organizaciones sociales estuvieron enfrentando el ajuste en pandemia, acompañando la lucha por la defensa de la salud y la educación. Peleando por la vivienda como se vio durante la toma de Guernica, enfrentando la represión del gobierno de Kicillof y Berni.
Desde abajo se va construyendo una verdadera confluencia de esa militancia en la lucha por tierra para vivir, por trabajo genuino, contra la tercerización y por el pase a planta con los ferroviarios y los trabajadores de la energía resistiendo despidos junto a la izquierda en Puente Pueyrredón. Impulsando también Comités de usuarios contra Edesur y los despidos, como el de Quilmes, Varela y Berazategui, participando en las asambleas ambientalistas como en Hudson, o contra ordenanzas reaccionarias por el Día del Niño por Nacer que pretendieron imponer en Lomas de Zamora y se impidió gracias al movimiento feminista y la izquierda. Para iniciar la campaña electoral, se hicieron asambleas regionales en todo el país y en el AMBA que nuclearon a miles de personas. Esto se expresó en que muchos compañeros y mujeres que encabezaron esas luchas integraron las listas del FITU, salieron a la pelea electoral como parte de fortalecer a la izquierda con la cual pelearon codo a codo.
En La Matanza, por ejemplo, donde las mujeres también estuvieron al frente de las Tomas de Los Ceibos y Rafael Castillo, encontraron al Frente de Izquierda como único aliado en su lucha. Ester, Ruth, Marcela algunas de las candidatas que pelearon votos en sus barrios y fueron parte de estas elecciones históricas. Barrios donde residen los trabajadores municipales, los docentes y las familias de la escuela pública, los trabajadores formales empobrecidos y los informales como los de energía (EMA, Argencobra).
Es decir que amplios sectores que en 2019 votaron al FDT contra el ajuste, en esta elección decidieron acompañar con el voto a quienes enfrentan el ajuste en las calles y en el Congreso. Las candidaturas de las listas del FITU con referentes de las luchas, procesos y demandas de los sectores más precarizados y afectados por las medidas que tomó el gobierno profundizando la crisis social, son expresión de la confluencia de la izquierda con sectores más amplios de trabajadores, jóvenes y mujeres que es la primera vez que apoyan a la izquierda y a sus planteos.
Los desafíos de la izquierda bajo el régimen del FMI
Esta experiencia de millones con el peronismo en el poder, luego de haber pasado un gobierno abiertamente pro capitalista y de empresarios como el gobierno de Macri y Vidal que hundieron al país, nos pone ante el desafío de avanzar y hacer realidad nuestro lema de campaña: “transformemos la decepción en lucha y organización”. Ya en el 2017 comenzó una relación del FITU y nuestro partido, con amplios sectores de trabajadores y la juventud precarizada sobre todo que en ese momento donde la izquierda abiertamente anticapitalista enfrentó en las calles la reforma previsional de ataque a los jubilados, acompañamos todas las luchas contra los despidos y defendimos las causas democráticas de la juventud y las mujeres como el derecho al aborto, la legalización de la marihuana y el trabajo con derechos para todas y todos. Muchas de estas historias de fusión y experiencia, están plasmadas en el libro de Nicolás del Caño “Rebelde o Precarizada” y en el llamado a pelear porque nuestras vidas valen más que sus ganancias. En ese momento donde la lucha empezaba a expresarse en las calles, con el antecedente de la emblemática lucha de PepsiCo contra los despidos y la prepotencia patronal, a tono con el desarrollo que luego tuvo la lucha de clases en América Latina, el peronismo lanzó el “hay 2019” apostando a canalizar en las urnas la resistencia al ajuste.
Hoy muchos de esos jóvenes, mujeres y trabajadores están transitando la experiencia con un gobierno peronista cuya primera resolución después de la derrota electoral fue poner un gabinete más conservador para fortalecer un gobierno que decidió mantener la herencia de Macri y rendir cuentas con el FMI. Por eso desde el PTS, interpretamos los resultados electorales como un desafío, tenemos que avanzar en la organización en común de amplios sectores. Apostamos a desarrollar una fuerza militante en el conurbano y toda la provincia de Buenos Aires que pelee por conquistar la mayor cantidad de bancas posibles poniendo en pie Comités locales, pero también para poner en pie fuertes agrupaciones clasistas en los sindicatos y centros de estudiantes y profundizar la coordinación del AMBA que jugó un rol muy importante fortaleciendo las luchas. Todas estas peleas, son una apuesta para avanzar en esta experiencia política y confluencia con sectores en lucha y organizados que no se resignan al ajuste, para dar pasos en la construcción de un partido revolucionario, preparándonos para nuevos acontecimientos que se van a dar como viene sucediendo en América Latina con los levantamientos contra el ajuste.
PD: Nuevo MAS y Política Obrera en PBA
Según el escrutinio provisorio, en las PASO el Nuevo MAS con Manuela Castañeira sacó el 0,8% de los votos, quedando en el puesto 10, con unos 70 mil votos, apenas 3000 más que en 2019, y 35 mil votos menos que en 2017, cuando se presentaron con el MST y obtuvieron el 1,18% (105 mil votos). Debido al reaccionario piso proscriptivo, que desde el FITU rechazamos desde que existe, no pasaron las PASO. Hicieron una campaña con dos problemas centrales. El primero, elegir nuevamente ir solos, subestimando al régimen político que proscribe a las fuerzas minoritarias, en vez de fortalecer la unidad de la izquierda sumándose al FITU y, eventualmente, compitiendo dentro del mismo en unas PASO, como hizo el MST. El segundo, hablar más contra Del Caño que contra el gobierno.
Política Obrera, por su parte, el grupo dirigido por el ex referente del PO, Jorge Altamira, obtuvo el 0,3%, quedando en el puesto 17 sobre 25 listas, resultando preso de la proscripción.
Hacia las elecciones de noviembre, llamamos a ambas organizaciones y a sus votantes a votar y apoyar a la única alternativa política independiente de todas las fuerzas patronales, que enfrenta al ajuste y al FMI, y a sumarse a la campaña militante contra el gobierno y la oposición de derecha.