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Red Internacional
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Editorial. Lo que empieza a cambiar en Córdoba y qué política necesitamos para organizarnos

Las disputas por arriba entre el oficialismo y la oposición de Juntos generan tensiones. La bronca acumulada por abajo tuvo un canal de expresión en la lucha docente que mostró el camino. ¿Qué pasa en Córdoba y qué política necesitamos? Lo analizamos aquí:

Domingo 18 de septiembre de 2022 14:15

Cualquiera que frecuente los principales medios de comunicación de la provincia de Córdoba, puede haber notado un cambio en los últimos tiempos: pasaron de ser una herramienta de blindaje cerrado del oficialismo a editorializar contra distintas políticas del gobierno. No porque cuestionen el modelo económico provincial y sus consecuencias sociales y ambientales, sino porque empezaron a hacer propia una agenda cada vez más opositora. En función de esto, incluso toman como noticias centrales causas justas que impactaron a la población cordobesa como el asesinato de Blas Correa a manos de la policía provincial o el terrible caso de la muerte de bebés en el hospital Neonatal. Causas instaladas por la persistente lucha de las familias, que construyeron apoyo social a su alrededor y que contribuyeron a poner en crisis el funcionamiento de un régimen organizado en base a la impunidad.

No es nueva la impunidad de una policía que se ha cargado la vida de decenas de jóvenes de los barrios populares con total impunidad, casos que nunca fueron tapa de los grandes medios. No es nueva la parcialidad de la justicia muy rápida para desaforar delegados combativos y absolver empresas en fraudes laborales y muy lenta para causas que vinculan al poder. Duras luchas de fábrica y en sectores de servicios libradas años atrás que enfrentaron una cerrada persecución sindical, así como cientos de movilizaciones, concentraciones convocadas por familias y grandes movimientos antirrepresivos como la marcha de la gorra, se han encargado de demostrarlo durante años. 

Las editoriales e interpretaciones no impugnan estas cuestiones de fondo, como tampoco un modelo económico que los grandes grupos económicos locales (medios de comunicación incluidos) siguen considerando exitoso, sino que buscan usar a su favor la agenda de mal funcionamiento de las instituciones republicanas. Un ministerio de salud que no actuó a tiempo ante denuncias que no se podían dejar pasar, una policía que sentencia, dispara y encubre, una justicia adicta al oficialismo que tapa crímenes del poder, una legislatura como escribanía del PJ para legalizar todo tipo de negocios como el juego virtual. Todo real, pero usado en función de sus propios intereses.

Este viraje se debe a que ya entraron en “modo campaña electoral”. Después de más de veinte años de un modelo cordobesista conducido por el peronismo local, se vislumbra un escenario reñido entre Juez y Llaryora y el poder real de la provincia empieza a mover sus cartas, abierto a las distintas opciones y escenarios. No sea cosa de que una eventual derrota del peronismo los deje con “el pie cambiado”.

El fin de la alternancia de los principales líderes del PJ local también genera crisis e internas al interior del propio oficialismo. No porque surjan alas que disputen modelos alternativos ni se cuestione que Llaryora sea el candidato para suceder a Schiaretti, sino porque empieza la disputa por cuotas de poder que también se cuela al interior de gremios importantes como la UEPC (atravesada por las tensiones entre el sector más schiarettista y el sector más kirchnerista) y en la propia CGT, recientemente intervenida por la CGT nacional.
El gobierno de Schiaretti mantiene el control de los principales factores de poder, alianzas con importantes grupos económicos, el control de la CGT y de un sector importante de los movimientos sociales. Además, fue exitoso en asimilar a su propio modelo al kirchnerismo local, que en las últimas elecciones a gobernador directamente llamó a votar a Schiaretti. Un kirchnerismo que, aunque intenta levantar cabeza con la agenda de la defensa de Cristina, abandonó las calles y es incapaz de oponer al gobierno provincial un proyecto alternativo: como expresión, en las pasadas elecciones legislativas presentó candidatos que representan el modelo del agronegocio provincial como Caserio y Gill.

En síntesis: el del PJ sigue siendo un gobierno amigo de las grandes empresas locales y extranjeras, pero dentro de las clases dominantes algunos están empezando a barajar la posibilidad de una “continuidad con cambios". 

La estabilidad del gobierno provincial tiene estas bases sólidas pero también fisuras. A pesar de las recaudaciones record de los últimos meses, la inestabilidad general del país y la presión constante a una devaluación, amenazan las finanzas provinciales con una deuda en dólares muy alta y una caja de jubilaciones desfinanciada que depende de los envíos del gobierno nacional que llegan con demora y desactualizados (al momento ANSES debería a la Caja $76.233 millones). Ya se anunció que el presupuesto nacional 2023 prevé enviar 101 mil millones para las cajas previsionales provinciales, un ajuste del 78% respecto de 2022. Así, la dinámica del ajuste nacional amenaza con ser un factor de crisis, impactando sobre un problema estructural de las finanzas provinciales. Pero las mayores fisuras en la estabilidad provincial comienzan a darse en los procesos de lucha y organización.

“Entre el arriba nervioso y el abajo que se mueve”

Entre tantas internas por arriba y el impacto en la población de hechos graves, la importante lucha de las y los docentes provinciales, uno de los gremios más masivos de Córdoba, irrumpió como un hecho disruptivo en la dinámica de la situación provincial. Tanto por la magnitud del paro y movilización de hace dos semanas, como también como catalizador de un malestar profundo y generalizado. Los bajos salarios a pesar de trabajar cada vez más, la precarización laboral extendida, el maltrato laboral que dejó al descubierto el fallecimiento de Karina Moyano, el impacto de la reciente reforma jubilatoria provincial, una conducción gremial cómplice de esta situación. Todos elementos que podrían describir la realidad de cualquier trabajador, lo que, sumado a la revalorización social del rol de los docentes en la pandemia que articularon con las familias para sostener la educación, explican la gran simpatía y apoyo popular al reclamo docente, como planteó Laura Vilches, legisladora y concejal (MC) y docente

Cientos de miles se vieron identificados, por lo que no es casual el apoyo activo de organizaciones sociales a las distintas movilizaciones. Un ejemplo más de la alianza obrera y popular que se dio meses antes en el conflicto de Bagley. 

Un clima social de insatisfacción que no escapa al malestar general que sufre el pueblo trabajador en todo el país, que también se expresó en la lucha de las diversas áreas de discapacidad que vienen realizando importantes movilizaciones en rechazo al ajuste nacional, recibiendo en cada una de sus acciones el apoyo de la izquierda.

La lucha docente no sólo fue expresión de esto, sino que al haberle arrancado un aumento superior al que el gobierno pretendía, también golpeó sobre el resto de los trabajadores estatales que venían de acordar a la baja.

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El otro elemento que reveló la lucha docente es el extendido malestar y desprestigio de la conducción de UEPC, que se profundizó aun más con el conflicto, mostrando que se hace cada vez más difícil imponer las entregas desde arriba.

Córdoba tampoco escapa al desastre ambiental que este modelo extractivista provoca.Largos años de incendios y desmonte, de subordinar las prioridades de conservación del ambiente a un modelo agro ganadero destructivo, a la especulación inmobiliaria, hizo que el descontento y el malestar de la población aumente. Frente a esta impugnación social que crece, el gobierno profundiza una gestión antidemocrática de la cuestión socio-ambiental: por un lado, apelando a una criminalización cada vez mayor de las comunidades y ambientalistas que resisten al avance de las autovías, y por otro lado modificando en un trámite express la ley de ambiente provincial para eliminar trabas legales al avance de loteos e instalación de infraestructura (como la exigencia de realizar audiencias públicas y estudios de impacto ambiental).

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Por abajo, entre las y los trabajadores industriales y de servicios, se extiende el descontento por las condiciones laborales y retrasos salariales. Surgen reclamos y respuestas ante despidos como en el laboratorio Klonal, la metalúrgica Fumiscor y Weg. Lo mismo en la jabonera Guma. Los reclamos por las condiciones laborales y contra el maltrato también se organizan en aéreas del estado, como sucede entre las trabajadoras del Paicor de distintas localidades de la provincia. Peleas que se dan por abajo, en muchos casos en forma “subterránea” porque permanecen ocultas a la mayoría de la población trabajadora y por lo tanto no impactan de lleno en la dinámica de la situación provincial, pero que son constantes. Son nuevos sectores que buscan organizarse por abajo y contra la burocracia sindical, y que en muchos casos comienzan a recurrir a la izquierda para hacerlo.

El malestar general producto del ajuste que lleva adelante el gobierno nacional, la intransigencia de un gobierno provincial amigo de los grandes grupos económicos, las internas que se cuelan en los sindicatos son factores que anuncian meses de mayor actividad obrera inaugurado por el gran paro docentes. Las y los municipales comenzaron con asambleas por repartición y pueden salir nuevamente a las calles. Los reclamos permanentes de las organizaciones sociales independientes y sectores afectados directamente por políticas de ajuste como las familias y trabajadoras y trabajadores de las aéreas de discapacidad son los ejemplos más visibles de un descontento y organización que también se traslada a las fábricas y servicios. 

Una política para construir una gran fuerza social y política independiente

Los ejemplos de unidad entre trabajadores y sectores populares y organizaciones sociales que se expresaron en la lucha de ARCOR-Bagley y la lucha docente son importantes puntos de apoyo para desarrollar una estrategia para enfrentar las políticas de ajuste. Es un "hecho maldito" para las patronales y su “régimen cordobesista” el hecho de que los nuevos delegados y sectores anti burocráticos que empiezan a surgir en industrias y servicios se propongan unir su lucha a las organizaciones sociales con gran capacidad de movilización. Por eso la patronal de la familia Pagani inició juicios de desafuero a los delegados combativos. Empieza un camino en el que se profundiza la política de ajuste del gobierno nacional y de a poco se va expresando mayor resistencia en conflictos, acompañada de una búsqueda de mayor organización. Por ejemplo, cerrado este tramo de la paritaria docente, muchos compañeros y compañeras nuevos discuten cómo continuar, cómo presentarse a las elecciones de delegados del próximo mes para extender los delegados combativos en las escuelas que representen el mandato de las bases y permitan organizar la enorme bronca que se expresó en el sector.

La pelea por la coordinación entre los distintos sectores anti burocráticos de la industria, servicios y estatales, la unidad obrero-popular tiene que ser un primer paso. Tenemos que empezar a confirmar un polo de organización y referencia para todos los jóvenes y trabajadores que busquen pelear contra las consecuencias del ajuste, ser una alternativa a las conducciones sindicales cómplices de las patronales y apéndices del gobierno provincial. De desarrollarse esta coordinación, en perspectiva pueden surgir comités de acción conjuntos que permitan unir la organización en las estructuras de trabajo con la organización en los territorios, en esos barrios golpeados por la crisis donde arrasa el desempleo, la precarización y la falta de vivienda.

En esa perspectiva, desde el PTS, a la vez que intervenimos en estos conflictos y procesos de organización, impulsamos la apertura de locales, conjuntamente con las compañeras y compañeros con los que venimos discutiendo en asambleas comunes, para que se conviertan en centros de organización y articulación social y política. Porque es necesario darle a la enorme fuerza social de los trabajadores y la juventud una organización que le permita emerger políticamente en una Córdoba donde por un lado las dos grandes coaliciones políticas y medios de comunicación buscan instalar la idea de que sólo hay conservadurismo, y por otro lado la supuesta oposición progresista del kirchnerismo se adapta cada vez más al cordobesismo gobernante, colaborando a la visión de que no hay posibilidad de enfrentar las bases de este modelo.

Por eso, estos primeros e importantes avances en la organización no pueden estar separados de que las y los trabajadores y la juventud discutan y se den un programa propio enfrentando al que buscan imponer el gobierno provincial y nacional, la oposición de derecha y el FMI. Fortalecer una fuerza política que se apoye en la bronca por el empeoramiento en las condiciones de vida de la mayorías, que se nutra e intervenga en cada lucha del pueblo trabajador, de las mujeres y disidencias, las familias que luchan contra la violencia policial, la vivienda y la depredación ambiental, pero que se proponga articular estas peleas y articular una salida de fondo. Una gran fuerza que desde las universidades busque darle a estos padecimientos una explicación profunda, con las “armas de la crítica” del marxismo como unidad de teoría y práctica que plantea, contra los sentidos comunes alentados por la derecha que difunde más individualismo social para aumentar la explotación, que no tenemos porqué resignarnos a la desigualdad social, a la opresión, a la explotación y la frustración de vidas cada vez más precarias, sino que podemos transformar de raíz estas condiciones. Una gran fuerza social y política que a las consecuencias del sistema capitalista le pueda oponer la lucha por una sociedad socialista y un gobierno de las y los trabajadores. El PTS lucha por ese objetivo, los locales en distintos barrios de la ciudad y del interior, las asambleas abiertas que impulsamos, están al servicio de preparar las luchas, fortalecer los procesos de organización independiente, pero también que una nueva generación de trabajadores y jóvenes tomen como propio el desafío de conquistar un nuevo futuro.