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Red Internacional
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CURSO. Los ’70, Insurgencia Obrera y el relato de un obrero setentista

Hace pocos días la Agrupación Tesis XI de la Fac. de Humanidades y Cs. de la Educación de la UNLP organizó el Taller “Los ´70: Insurgencia Obrera en Argentina, lecciones para hoy de un ensayo revolucionario”. Quien llevo adelante los cuatros Encuentros del Taller fue José Montes, referente histórico del Astillero Río Santiago y dirigente de nuestro partido, el PTS.

Jueves 14 de marzo de 2019 12:23

El primero de los cuatro Encuentros fue a sala llena. Más de 100 jóvenes, la mayoría, de no más de 22 años, junto a trabajadores de Astilleros, YPF, Propulsora, docentes y estatales, se dieron cita en la Facultad de Humanidades de la UNLP para escuchar al “Negro” Montes.

Abre el Taller como si estuviese en el Astillero Río Santiago, fábrica en la que trabajó y militó durante casi cuatro décadas. Pero no habla de su oficio naval, ni de las luchas del Astillero. Comienza por el convulsionado año 1968, y cual fichas de dominó, distintos países van entrando en una dinámica revolucionaria. Un pibe pregunta por los estudiantes durante el Mayo francés del 68. Otro dice: “¿Eso pasó en Japón?”, en alusión al “Zengakuren”, una organización muy combativa del movimiento estudiantil japonés caracterizada por sus marchas y protestas.

El Negro plantea la primera conclusión: el año 68 abre un ascenso obrero y popular a escala internacional con la clase obrera como actor principal. Llega “El Cordobazo” y un video con impactantes imágenes de época corta el relato: movilizaciones de obreros y estudiantes, barricadas, huelgas, piquetes y toma de fábricas. Impactan las imágenes documentales de una generación que entraba a la vida política sin pedir permiso. En el aula no vuela una mosca.

En el segundo encuentro, en un clima de confianza y respeto, se dan pequeñas complicidades entre los jóvenes y “el viejo setentista". El Negro dice: “No soy un profesor. Soy un obrero”, y se nota a flor de piel el orgullo que siente cuando relata las potencialidades revolucionarias de su clase.

Finalmente, llega el último de los cuatro talleres. El auditorio es un poco más reducido que el del inicio, pero unos 70 pibes y trabajadores, se mantienen firmes. Quieren escuchar las conclusiones y saber por qué el Negro es tan optimista. Después de haber relatado la heroicidad de las masas que protagonizaron el último ascenso obrero y popular, que hizo crujir a este país burgués, y lo mediocre de sus direcciones políticas, desarrolla un balance con las herramientas teóricas y políticas del trotskismo. Es crítico del nacionalismo burgués del Peronismo y de los partidos políticos y organizaciones que le cedieron, abriendo una reflexión con las distintas estrategias de la izquierda: la guerrilla y los partidos denominados “centristas”, categoría que utilizaba León Trotsky para nombrar a los partidos que oscilan entre tener una política y un programa revolucionario y uno reformista.

Está por finalizar un largo recorrido histórico y político. Le brillan los ojos, está emocionado. Desgrana los últimos conceptos para un auditorio de jóvenes que empieza a abrazar las ideas de la revolución: “Yo vi pegando a la clase obrera y por eso confío en su fuerza arrolladora. Vienen tiempos de crisis capitalista profunda y la clase obrera saldrá nuevamente a las calles. Lo que necesitamos es un gran partido revolucionario que esté a la altura de los acontecimientos. Eso es lo que faltó en los 70, muchas gracias”. Aplausos.

Recuerdo que un viejo camarada nos dijo una vez que la palabra tradición viene del verbo Tradere, que significa entregar. Entregar las experiencias históricas a los más jóvenes. Eso es lo que hizo el Negro con la frescura de quien todavía sigue al frente de sus compañeros del Astillero, uniendo en cada acción lo mejor de la clase con el marxismo revolucionario.

¡Qué bueno haberlo vivido y compartido!