Esta semana el periodista de rock Juan Ignacio Provéndola compartió en esta sección cinco curiosidades que configuraron parte de la historia de Los Redondos. Esta nota se propone complementar algunas.
Jueves 18 de octubre de 2018
El ultimo bondi... salteño
Skay será el comandante desde sus inicios de la tripulación ricotera, que emprenderá uno de los viajes más trascedentes del rock nacional en 1977. La banda que había nacido para musicalizar los relatos de Guillermo Beilinson (hermano del guitarrista) y Carlos Solari, tocaría por primera vez en plena dictadura. El grupo de hippies, bohemios, intelectuales y artistas caminarán sus primeros pasos -como lo definió el Indio hace unos años- como “un cabaret político”. Según testigos de esos años, como los periodistas Claudio Kleinman, Ricardo Ragendorfer y el Mono Fontova, los recitales eran una locura y solo quedó registro en la memoria de los presentes.
Pero si La Plata fue el comienzo de la historia de amor, será Salta la que bautizará con nombre y patentará la leyenda de esos jóvenes que se propusieron patear el tablero del rock argentino. El 5 de enero de 1978, el diario El Intransigente de Salta titula: “Por vía automovilística, llegará hoy a nuestra ciudad el conjunto-espectáculo platense Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota”. Como menciona Juan Provéndola sobre el mito fundacional del nombre,Rocambole develóel misterio: quien le dio el nombre a la bandafue un tal Pancho, pero ya anteriormente y cuando todavía tocaban en vivo. El Indio afirmaba en la entrevista que dio para la radio Rock&Pop previa a los shows de River en el 2000que “Patricio Rey existe” pero prefería no invocarlo. Otra curiosidad relacionada con el nombre de la banda la aportóel bajista Semilla Buciarelli en 2009 cuando, enterado de los tiros verbales y epistolares entre los dos líderes sobre el motivo de separación, sugirió que “si Patricio Rey viviese, los cagaría a patadas en el culo a los dos”.
Vamos negrita baila hasta el fin
La otra parte del triunvirato ricotero es la Negra Poly. Aunque se la reconozca y siempre fue parte de todas las entrevistas y exposiciones que hizo el grupo, quedóen segundo planoante la figura del Indio y Skay. Del primer desembarco en Capital Federal en 1978, en un local de la calle Corrientes como menciona Juan en su nota, la fecha doble se transformo en una. El “cabaret político” hizo estragos en el lugar y ni bien terminó la primera fecha, el dueño les dijo que estaban prohibidos al otro día. Sería Poly la encargada de organizar un mini escrache con unas pancartas donde rezaba que “Patricio Rey está prohibido” en la puerta del lugar y la pequeña multitud que se había acercado al reducto, escuchaba pacientemente los motivos que esgrimía la compañera de vida de Skay, y mansamente se fue desconcentrando.
Poly será el nexo de la banda con los distintos músicos que pasaron por la odisea ricotera (Willy Crook comentó en una revista sobre el 30 aniversario de Oktubre, que la misma manager era la que le llevaba provisiones de todo tipo una vez que él incluso ya no tocaba más como miembro de la banda), con la prensa, distribuyendo los primeros CD en locales discográficos, con el público, que la veía como la protectora de camarines y bambalinas de los primeros boliches hasta los estadios de clubes de fútbol. Una anécdota de los shows de Huracán la pinta como lo que era. En los minutos previos a que comience el show y ya con la cancha llena, la multitud empezó a romper parte del campo, revoleando cosas por el aire; el sonidista de la banda le consulta a ella qué hacer para terminar con esa situación, y la Negra le pide que ponga de fondo a Tchaikovski y la gente mansamente recupera la cordura.
Oktubre y la nada
Los Redondos son la única banda argentina que le dedicaría un disco entero a las tradiciones socialistas y movimientos revolucionarios de distintas épocas. Esta es una conducta y línea sociocultural que moldeará la historia de la banda en sus inicios, cuando irrumpen nadando contra la marea del rock nacional más frívolo de los 80 y parte de los 90. Pero una vez lograda cierta masividad, la banda transmitirá algo de esta mística solo en sus canciones y en nada más. Si bien nunca se involucraron concretamente en ninguna manifestación o hecho político y social, sí tuvieron una férrea negativa a participar en cualquier mínima acción que sea para contribuir al esclarecimiento del asesinato de Walter Bulacio y el pedido de justicia que llevara tozudamente su abuela.
La banda que con mayor arraigo penetrará en los corazones y las mentes de gran parte de la generación de jóvenes golpeados por los gobiernos menemistas y el de De La Rúa, será la que a diferencia de otras como La Renga, Los Piojos o Caballeros de la Quema, no apoyará ni se solidarizará de ninguna lucha social de las que inundaron el país en los 90. Este hecho contrasta con algunos pronunciamientos que tendrá el Indio Solari en su carrera solista, como sus “cariños” a Cristina Kirchner, haciendo gala de su amistad con Aníbal Fernández (responsable político junto a Duhalde y otros tránsfugas, del asesinato de Dario Santillán y Maximiliano Kosteki). El Indio tendrá en su carrera solista gestos como saludos y algún mensaje en redes sociales hacia las Madres, Abuelas, a La Garganta Poderosa, los obreros de AGR-CLARIN, pero en los 90 ni siquiera se animaron a estas acciones tibias.
Cabe destacar que las citadas declaraciones del Indio solista. serán luego de casi 10 años de silencio absoluto sobre distintas represiones durante los gobiernos kirchneristas, la desaparición de Julio López y los casi 5000 presos políticos durante la etapa kirchnerista. Esta lógica se demostrará cruelmente perversa tras el último recital de Olavarría, donde el cantante convoco a 400 mil personas. Arriba del escenario, el Indio criticó los proyectos punitivos que pretenden encarcelar a lxs pibes desde los 16 años, reivindicó la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo, pero cuando terminó el recital y se supo de las dos muertes dentro del predio, el cantante se llamó a silencio; cuando habló después de meses, fue para aclarar que él no tenía ninguna responsabilidad del trágico suceso, donde además desde los medios y críticos del ex líder ricotero se abría una campaña furiosa contra la juventud, estigmatizándola por querer divertirse como ellos deciden. Ni siquiera fue consecuente con las palabras pronunciadas arriba del escenario. Esta lógica empresarial del Indio ya se expresaba en los últimos años de Los Redonditos.
Luzbelito o estas cambiando más que nosotros
El disco editado en 1996 será clave en varios sentidos. Como explica Juan Provéndola, la banda fue con el plan original de sacar un disco entero de canciones que tenían ya varios años de nacimiento, algunas casi 20. Unos dos años antes ya habían hecho un show en el local Go! de Mar del Plata donde la mayoría de los temas de la lista eran “inéditos” que la banda no incluyó en ningún disco. El proyecto inicial se transformó en un disco totalmente sombrío, espeso y denso de digerir a las primeras escuchas.
Quizá ese mismo clima de los 90 menemista, que ya había dejado atrás más de media década, haya influido en las composiciones del Indio y Skay. “La vida sin problemas es matar el tiempo a lo bobo”, lanzaba el Indio desde el minuto uno del disco. Canciones que hablaban de Lucifer, de la cultura globalizadora, de que “La Dicha No Es Una Cosa Alegre”, de Pablo Escobar y que termina con “Juguetes Perdidos”, ese retrato de la infancia y adolescencia perdido en las entrañas del capitalismo devorador. Y aunque el Indio prometía en su letra no dar más que “un par de sienes ardientes que son todo el tesoro”, la juventud que resistió como pudo a los planes neoliberales de Menem, hubiese preferido que la banda que seguía a muerte a todos lados, volviera a sus orígenes y no se consuma en una empresa que se llenaba de guita.