Un repaso por las situaciones más turbulentas e inciertas de la economía nacional en 2019. Riesgo país, dólar, default, cepo y una extraña "solidaridad". De trasfondo, una grave crisis de deuda y un profundo deterioro de las condiciones de vida de la clase trabajadora.
Lucía Ortega @OrtegaLu_
Martes 31 de diciembre de 2019 00:28
Repasamos los momentos que generaron mayor tensión en torno a la economía nacional durante 2019. Turbulencias financieras, "golpes de mercado" y medidas económicas desesperadas para contener el descontento con la crisis.
1- Abril: riesgo país y dólar
Luego del “veranito financiero” de "los mercados" a inicios de 2019, el capital financiero comenzó a inquietarse en el final del primer trimestre.
Las dudas sobre la capacidad de pago de la deuda tiñeron todo el año de un gris opaco (y hasta negro). En abril, el dólar y el riesgo país se descontrolaron. El primero, llegando a superar los $ 47, tras haber arrancado el año en torno a $ 38,85.
El segundo, el riesgo país, rompiendo el límite de los 1.000 puntos básicos en el mes de abril.
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En ese momento, ambos valores parecían demasiado elevados para la debilidad de la economía vigente. Frente a las ataduras del Banco Central para intervenir (dirigido por entonces por Guido Sandleris) ante el acuerdo con el FMI, sumado a la escasez efectiva de reservas, la volatilidad de los mercados amenazaba con un descalabro financiero.
Luego, el riesgo país terminó superando en varios momentos del año los 2.000 puntos básicos y finaliza el año 2019 en 1.770 puntos. El dólar oficial, culmina el año en $ 63, con un alza anual de 62 % (el minorista).
2- Agosto: PASO, devaluación e inflación
El día después del duro revés para el gobierno de Macri en las elecciones primarias (PASO), los grandes banqueros, empresarios y terratenientes hicieron su propia jugada con un "golpe de mercado" mediante una brutal devaluación del peso.
En un sólo día el dólar subió de $ 46,55 a $ 57,30. En una semana el nivel del tipo de cambio ya se habia consolidado en torno a $ 60, esto es, una devaluación del 30 %. Las medidas "paliativas" del anterior gobierno lejos estuvieron de revertir el fuerte "zarpazo" al salario.
Este golpe estuvo convalidado por el mismo gobierno de Macri que dejó correr el dólar, y por el candidato opositor ganador, Alberto Fernández, quién en la misma semana sentenció que "un dólar a $ 60 es razonable".
La devaluación motivó una remarcación de precios casi automática por los empresarios comercializadores de bienes, los supermercados y las alimenticias, quienes de hecho comenzaron a trabajar con nuevas listas de precios. Se disparó así nuevamente la inflación (que no había terminado de ceder aún a pesar del duro enfriamiento monetario y fiscal llevado adelante en los meses previos).
Tras ese salto, la inflación de agosto fue del 4 % y la de septiembre 5,9 %. Los precios terminarán el año en torno al 55 % de aumento anual acumulado.
3- Agosto: "reperfilamiento" o "default selectivo"
Tras la crisis abierta con la derrota electoral de las PASO, el primero en volar por los aires fue el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, quien había sido el responsable de negociar los diversos acuerdos con el FMI por el crédito stand by.
Fue reemplazado por el ministro de Economía de Vidal en provincia de Buenos Aires, Hernán Lacunza, en una famosa conferencia en la que Macri agradeció por acompañarlos "tan temprano este lunes" un día martes 20 de septiembre.
La primera medida importante de Lacunza fue "reperfilar" una parte de la deuda pública (para no decir la tan temida palabra: "default"), a los 8 días de haber asumido.
Días más tarde se confirmaría la negación del FMI a realizar el desembolso de U$S 5.400 millones previsto para el mes de septiembre, sin plazo definido. Prácticamente el acuerdo estaba caído y el gobierno de Macri en retirada era una realidad irreversible. Ahora el organismo comenzaba a negociar con el equipo de Alberto Fernández.
La deuda pública asciende a U$S 311 mil millones, según datos de la Secretaría de Finanzas al tercer trimestre de 2019. En los últimos 4 años de gobierno de Macri se incrementó U$S 70 mil millones (30 %), en su mayor parte en moneda extranjera. El presidente Fernández declaró desde el minuto cero su "voluntad de pago", sin siquiera una auditoría de la deuda.
4- Septiembre: vuelve el "cepo"
Ante la estrepitosa caída de reservas y en medio de la crisis, el gobierno de Macri lanzó el domingo 1 de septiembre (a través de un desesperado Decreto de Necesidad y Urgencia) un conjunto medidas para intervenir el mercado de cambios limitando la compra de dólares para atesoramiento y controlando la liquidación de exportaciones.
De un momento a otro, Macri debió ir contra sus dichos y tomar aquellas medidas "prohibidas" para su libreto neoliberal: la intervención en el mercado de cambios ("cepo") y la cesación de pagos de deuda (o su postergación de pago forzada), aunque edulcorada bajo el nombre de "reperfilamiento".
Posteriormente, la inminencia de los comicios de octubre y la necesidad de contener el dólar sin resignar más reservas (ya debilitadas por la fuga de capitales y los pagos de deuda), llevaron al Gobierno a rebajar la limitación para compra de dólares desde U$S 10.000 por mes por persona física, a U$S 200. Lo que en los medios denominaron "cepo hard" o "cepo recargado".
5- Diciembre: Fernández y la "extraña solidaridad" con los que nunca pierden
Tras una larga "transición presidencial ordenada" en la superestructura (sin perjuicio de que continúen mientras tanto los ataques patronales con nuevos aumentos de precios, suspensiones y despidos), Alberto Fernández asumió el 10 de diciembre su mandato presidencial.
Su jugada más fuerte fue la reorganización económica en pos de mostrar "solvencia fiscal" o consistencia fiscal (como repitió el ministro de Economía, Martín Guzmán) a los acreedores de deuda. Este se plasmó en un proyecto de ajuste con la ley de emergencia, de alrededor de 2 puntos del PBI, combinando aumentos de impuestos y recortes del gasto.
La extraña solidaridad de la llamada "ley de solidaridad social y reactivación productiva", es aquella que pretende que quienes no están en el borde del abismo deban hacer un esfuerzo para que el país pueda seguir garantizando los negocios de los especuladores de deuda, mientras se mantienen prácticamente intocables los privilegios e intereses de quienes están en la cima de la pirámide.
El congelamiento de la ley de movilidad unido a un "bono selectivo" a jubilados es la primera muestra de este criterio, comenzando por dejar afuera a jubiladas y jubilados que perciben a partir de $ 19.000. El próximo paso serán los aumentos salariales por decreto sólo para quienes tengan salarios muy mínimos.
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Más allá de las manifestaciones de la crisis arriba reseñadas, que se dejaron ver esencialmente en los movimientos del dólar y "los mercados", el 2019 estuvo atravesado en su conjunto por una economía en grave crisis de deuda.
Por lo bajo, se mantuvo la continuidad y profundización de un silenciado y convalidado (por todos los actores políticos del régimen y la propia burocracia sindical) deterioro de las condiciones de vida de las masas trabajadoras. La pobreza rozando el 40 % expresa en gran medida este resultado.
Ninguna de las medidas tomadas en el año por el gobierno saliente de Macri ni por el entrante de Alberto Fernández implicaron un golpe de timón para la realidad de millones de argentinos que, en cada uno de estos tensos momentos, fue perdiendo salario, empleo y poder adquisitivo. Es hora de invertir verdaderamente las prioridades a favor del pueblo trabajador. Que la crisis la paguen quienes la generaron: los grandes capitalistas y usureros de la deuda.
Lucía Ortega
Economista UBA. Coeditora de la sección de Economía de La Izquierda Diario.