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Red Internacional
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Mundo Obrero. Los derechos de la mujer y la lucha por el trabajo estable

La lucha por el derecho al trabajo estable, también es la lucha de las mujeres. Del total de trabajadores subcontratados, que sufren inestabilidad laboral y malas condiciones de trabajo, el 76% son mujeres.

Jueves 1ro de marzo de 2018

La permanencia en los puestos de trabajos de las mujeres se ven amenazados por distintos factores, entre ellos el hecho de que existen empresas que prefieren no contratar personal femenino ante la posibilidad de que puedan quedar embarazadas, a esto se suma la feminización de los empleos, que hace una división basado en los roles de género, achicando la variedad de empleos a los que pueden acceder las mujeres.

Estos factores decantan en que las mujeres sean parte mayoritaria de la clase trabajadora que realice trabajos precarizados, muchas veces sin contrato, con sueldos que no superan el sueldo mínimo y con condiciones laborales riesgosas.Son una multiplicidad de factores las que contribuyen a la mala calidad de la vida de las trabajadoras.

Sin embargo las leyes avalan la inestabilidad, el artículo 161 que permite que se pueda despedir a trabajadores por necesidades de la empresa, siendo la gran carta debajo de la manga de los empresarios, para reducir personal, para los despidos injustificados y para la persecución,es una de las causas más comunes para la desvinculación. Existen otras leyes que son la cuna de la inestabilidad laboral, como la subcontratación, que se ha hecho cada vez más una medida generalizada.

Todo esto comenzó en 1975 con la llegada de la ley Nro 1.253, que abre las puertas al subcontrato, aunque no es con la ley Nro 16.757 (1979) que comienza a propagarse como una modalidad habitual de contratación, ya que esta ley permite la tercerización en todas las áreas de trabajo.

Lo que provoca el subcontrato entre otras cosas es la imposibilidad de trabajo estable, la pérdida del poder del trabajador al coartar el derecho a organizarse. Esta ley ataca uno de los derechos principales del trabajador, le priva de la organización colectiva. Para los trabajadores subcontratados no existen negociaciones colectivas debido a que usualmente la empresa para la cual desempeñan labores no es quien los contrata, lo que les niega la posibilidad de organizarse con los compañeros que comparten el lugar donde desempeñan sus labores, la solución que propone la ley respecto este gran problema es la creación de un sindicato interempresa, lo que sí, en parte soluciona el problema, por que nada impide abiertamente que se realice, sin embargo sabemos que estas medidas de fragmentación del trabajo tienen por objetivo principal debilitar la organización de los trabajadores, sabemos que muchas las empresas no reconocen los sindicatos, ni a sus dirigentes, como ocurre en FCAB, empresa del grupo Luksic , lo que nos deja en claro que no necesitamos solo el vacío legal para conformar un sindicato interempresa, si no que necesitamos derechamente acabar con la subcontratación, el multirut y todas las facilidades que la leyes entregan a las empresas para explotar a los trabajadores.

Esta modalidad de contratación es una de las fuentes de los trabajos mal pagados, comenzando por que un empresa puede tener estas dos modalidades de contrato, lo que significa que dos sectores de la empresa realizarán las mismas funciones, pero ganaran distinto y tendrán peores condiciones de trabajo.

Del total de los obreros subcontratados un 76% son mujeres, que cumplen funciones en casos mayoritarios en servicios, retail, aseo y cocina, lo que claramente contribuye a la brecha salarial del 37%. Es por eso que el subcontrato tiene rostro de mujer, porque debido a la división social del trabajo, la discriminación y la violencia de género de conjunto, cientos de mujeres ganan menos, no tienen derecho a organizarse y realizan labores con condiciones riesgosas.

En el 2010, los empleos tercerizados representaban un 11,5%, para el tercer año del gobierno de Sebastián Piñera alcanzaban el 17,3%. Piñera además de ser un opositor a los derechos de la mujer, la educacion gratuita y uno de los magnates más rancios del país, fue durante su primer gobierno un gran promotor del subcontrato, basó su campaña - al igual que ahora - en la creación de miles de empleos, según las cifras entregadas por la Fundación Sol, 7 de cada 10 empleos creados desde el 2010 en adelante corresponden a empleos tercerizados, lo que significa el 68% de los empleos asalariados.

Para el año 2014, se registraron 1.053.281 trabajadores que no tenían contrato, para el mismo año se habían creado 552 empleos “para mujeres”, en donde 3 de cada cuatro empleos, eran bajo la subcontratación y el 76% era de inserción endeble debido a la falta de contrato.

Estas cifras fueron develadas por la fundación sol, luego de que en octubre del 2017 problematizan el millón de empleos del gobierno de Sebastián Piñera, que se sostiene en la precarización y el ataque a los derechos de los trabajadores y trabajadoras.

Para este 2018 nos espera un nuevo gobierno de Piñera, en donde ya podemos ver pequeñas señas de lo que nos espera, con la nueva ministra de la mujer Isabel Plá, militante del Opus Dei, de quien no nos podemos fiar, y además el nuevo presidente sigue prometiendo más empleos ¿que tipo de trabajos se nos ofrecerá? seguramente serán trabajos bajo las mismas condiciones o peores que las anteriores. Es por eso que debemos este ocho de marzo exigir el fin al subcontrato para poder tener derecho a un trabajo estable.

Debemos ser activas en el apoyo a la campaña por el derecho al trabajo estable, que levantan los compañeros del sindicato interempresa de FCAB, el colegio de profesores y el Sindicato Nro 1 de Orica, a la cual se han sumado distintas agrupaciones, personalidades políticas y artísticas. La lucha por el trabajo estable, es nuestra lucha, al estar históricamente viviendo la brecha salarial y la inestabilidad. Esta lucha se enmarca además dentro de la conquista de nuestro derecho organizarse y a tener una vida digna. Más aún cuando la derecha se prepara para un nuevo gobierno, la organización en las calles junto con nuestros compañeros será la manera de enfrentar estos ataques.