Debate. Los despidos en el Estado, la jornada del 15 de enero y una polémica con las conducciones de ATE

Sonó la campana. En Nación y en Ciudad de Buenos Aires en mayor medida, aunque también llegan ejemplos desde distintas ciudades y provincias, ya hay trabajadores despedidos. Es solo una de las partes del plan de guerra que lanzó el gobierno de Milei.

El impacto de los despidos se está procesando aún pero se puede arriesgar unos 1500 despidos a nivel Estado nacional confirmados, donde el criterio fue dejar en la calle a los contratados de menos de un año de contratación y unos 7000 trabajadores en Ciudad de Buenos Aires en la mira donde al parecer el gobierno de Jorge Macri apunta al 30% de los contratados.

Los propios despedidos/as expresan que de esta forma vacían programas ya que sacan profesionales claves, o los que quedan no pueden atender la demanda del sector. En muchos casos en áreas sensibles y con un impacto en sectores vulnerables de la población.

La lucha de los estatales, en la que ya empezamos a medir fuerzas con el gobierno de Milei, tenemos que pensarla cómo parte de una pelea de todo el pueblo trabajador contra el DNU con el que el gobierno quiere asentar un gran golpe. Unirnos a todos los que estamos siendo afectados por las medidas del Gobierno para lograr que está vez la gran crisis que sacude al país no la paguemos los trabajadores, sino el poder económico, buscando tirar abajo el DNU organizados en los lugares de trabajo, coordinando con otros sectores y poniendo toda esa fuerza en las calles. Creemos que es la única forma para evitar también las salidas negociadas que buscarán sectores de los partidos patronales e incluso las centrales sindicales (CGT y CTA).

En varias dependencias comenzaron a surgir e impulsamos comisiones de despedidos o anti-despidos que pueden jugar un gran rol coordinando con otras comisiones que vayan surgiendo en otros sectores, ganando fuerza en una lucha común, trabajando fondos de lucha y buscando también la unidad con compañeros/as que se suman a las asambleas barriales y cacerolazos, movimientos sociales, de artistas, de mujeres y de estudiantes que apuntan hacia el Paro General del 24 de enero.

Es en este marco general que se presentan algunos debates con las conducciones de ATE.

El huevo o la gallina

¿No hay qué convocar a los compañeros porque no están para salir a pelear? ¿O los compañeros no están para salir a pelear porque nadie los convocó?

Está claro que los sindicatos tienen una autoridad ganada, influyen sobre los trabajadores y sostienen una cierta capacidad de movilización. En cómo utilizan está capacidad está el debate.

La convocatoria al Paro General del 24 de enero que surgió producto del fuerte descontento que genera las medidas de Milei, aparece cómo un gran canal para expresar ese descontento y poner en la agenda todas las demandas que se empiezan a expresar en los más variados ámbitos: cacerolazos, asambleas barriales y de estatales, convocatorias de la cultura que reunen a miles de personas. El problema para los estatales es que los despidos comenzaron el 2 de enero y el paro general queda bastante lejos. No solo los despedidos necesitan respuestas sino que el resto de los compañeros/as ven amenazados sus puestos. Los contratos previos al 2023, solo fueron renovados por tres meses, y en su plan se incluye el recorte de áreas completas, que no tienen razón de ser en el esquema político del gobierno. En algunos sectores el número que circula es de un 30% de puestos de trabajo bajo la mira para el mes de marzo.

La polémica en está nota está concentrada en el rol de ATE. Sobre el rol de otros gremios cómo UPCN y SUTECBA ya nos hemos pronunciado aquí.

Las declaraciones de Rodolfo Aguiar Secretario General de ATE Nacional son, de mínima, llamativas. En declaraciones que salieron a propósito de la jornada de lucha que convocaron desde ATE Nacional para el 15 de enero planteó que “no vaya a ser cosa que a alguien se le ocurra pensar que los estatales atentamos contra la gobernabilidad. Es el propio Gobierno el que está quebrantando la paz social. No sólo por las cesantías sin causa justificada, sino fundamentalmente por poner en riesgo el funcionamiento de numerosos organismos del Estado”.

Está idea de no “atentar contra la gobernabilidad” se hace más intragable todavía cuando se compara con declaraciones previas del dirigente en las que definió al posible gobierno de Milei cómo “neo Fascista”. Esta preocupación por no quedar como los boicoteadores del gobierno de Milei fue enunciada incluso antes de las declaraciones de Sergio Massa quién consideró al paro del 24 enero como demasiado apresurado. Mientras tanto, los palos para los trabajadores siguen volando en todas las direcciones.

Volviendo a Aguiar en tono de auto arenga agregaba que “tenemos que despabilarnos. No podemos naturalizar lo que está pasando. Esta gestión propone un volantazo hacia el Siglo XIX para dejarnos sin derechos”. Entre activistas y compañeros/as empiezan a escucharse voces críticas sobre la política de las conducciones.

Preparación y cautela si, miedo no

Para los lectores ajenos a las idas y vueltas del mundo de ATE, vale aclarar que el gremio tiene a grandes rasgos dos fracciones que ostentan mayor peso. Por un lado el sector que responde a Aguiar y la Lista Verde que tuvo muy buena relación con el gobierno de Alberto Fernández, y del otro el sector que responde a la línea de Daniel Catalano de la Verde y Blanca alineado con la corriente Kirchnerista. Entre ambos sectores, las fotos unitarias y los abrazos, se combinan en cortos periodos de tiempo con rupturas y alejamientos. A pesar de los roces, los dos sectores se mantuvieron fieles al gobierno del Frente de Todos y caracterizan, o al menos caracterizaron, al gobierno de Milei cómo Fascista o neo fascista.

Si la fracción de Aguiar está preocupada por no aparecer pinchando el globo de la gobernabilidad Mileista, el sector de Catalano está atravesando este primer round contra el Gobierno con una brújula desmagnetizada en la mano. A lo largo de de estas largas semanas entre el triunfo de milei y el inicio de los despidos, se escuchó por parte de este sector del sindicato la idea de que hay que esperar a que se transite la experiencia de los sectores que votaron a Milei. Además de un discurso sobrecargado respecto de los peligros de la represión, la persecución policial y la disposición represiva del gobierno. No entra en su análisis la realización de numerosos cortes en la ciudad de Buenos Aires contra el DNU ni la movilización del 20 de diciembre, elementos que muestran los límites, si es en el marco de acciones organizadas, de las posibilidades de despliegue represivo del gobierno.

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La pelea contra los despidos

En este marco, las conducciones de ATE decidieron recibir los primeros despidos con la medida que cada sector de trabajo definiera y sin acción común del sindicato. Pocos organismos plantearon medidas para dar una primera respuesta ante los despidos como fue el ingreso colectivo en la Secretaria (Ex Ministerio) de Trabajo dependiente del Ministerio de Capital Humano que tuvo una gran repercusión en medios, así cómo en el Ex Ministerio de Cultura. Durante la semana, se vieron otras acciones en sectores con despidos en Ciudad de Buenos Aires, mientras despedidos autoconvocados comienzan a aparecer en las distintas acciones con ánimos de organizarse y pelear.

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Como se escuchó decir al secretario gremial de ATE Capital, cada sector tiene que dar vuelta la mayor cantidad de despidos que pueda y las acciones generales quedarán para “destrabar” los casos que no se puedan reincorporar por sector.

En este marco el plan incluye, una medida para el 15 de enero que ATE nacional convoca cómo Jornada Nacional de Lucha y que básicamente cada seccional adecua a su propia realidad. En el caso de ATE Capital la medida será una acción en la plazoleta del CCK, que no genere “tensiones” con el protocolo represivo de Bullrich, y sin paro.

Toda la orientación planteada por ATE Nacional y ATE Capital al calor de las declaraciones de Sergio Massa toman otra tonalidad. Si un paro general es apresurado el 24 de enero ¡mucho más apresurado es una medida fuerte el 15!

1500 despidos en Nación, 7000 apuntados en ciudad con centenares de compañeros en la calle. ¿No estamos para más? ¿No podemos preparar el 24 de enero con una medida fuerte que unifique a uno de los pocos sectores que están recibiendo despidos?

La estrategia legal contra el DNU en la que está concentrada gran parte de la apuesta de las centrales sindicales, tiene cómo correlato en una visión de que los trabajadores no estamos todavía para pelearle de frente al gobierno y que no hay voluntad de salir a las calles contra el ajustazo que nos están imponiendo.

Desde la Agrupación Marrón Clasista creemos que sí y que lo que falta es una orientación clara que se proponga sacar a toda la militancia, los delegados, los activistas y los despedidos a los sectores y a las calles para construir desde ahí una fuerte participación en el paro del 24 enero, que además sea un elemento ante las presiones del gobierno y de los propios referentes del frente de todos que buscan pinchar la perspectiva de una medida de fuerza contra el gobierno. Con esta perspectiva vamos a trabajar la jornada del 15 de enero, a pesar de los límites de una convocatoria sin paro.

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Si la clase trabajadora, los jóvenes, las mujeres, los afectados por los tarifazos, los asambleístas que comienzan a ganar las esquinas de distintas ciudades no respondemos al golpe del gobierno derechista, hay al menos teóricamente, más chances que se estabilice. Pero tenemos fuerza para tirar abajo el DNU.

Por eso venimos insistiendo con una serie de planteos como planteamos en está nota. Hacia las asambleas, trabajadores, comisiones de despedidos, juntas y delegados y gremios empezando por ATE, impulsamos la convocatoria a una asamblea abierta de trabajadores estatales y municipales abierto a otros sectores en lucha, organizaciones solidarias y a los sectores afectados por los ataque del gobierno para votar un plan de lucha por ningún despido en el Estado y contra el plan Milei-Caputo.

Especialmente creemos que podemos buscar los puntos de acuerdo para impulsar está iniciativa con los compañeros de organizaciones que formamos parte de juntas independientes, democráticas y de lucha, cómo es el espacio de la Lista Multicolor + BVG y otros sectores que en CABA formaban parte de la “interjuntas”.

Este plenario, que puede ser convocado en un espacio público y simbólico como la Plaza de Mayo, debería ser un gran punto de organización contra los despidos y para construir desde abajo, promoviendo asambleas en todas las dependencias estatales, el Paro General convocado por la CGT para el 24 de enero para tirar abajo el DNU.

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