Nuevamente el carnaval llega a las tierras jujeñas con su característico y colorido folclor. Algunos elementos para pensar críticamente este festejo cultural.
Lunes 12 de febrero de 2018
FOTO: Fausto Tejerina
Un nuevo año en el que hombres y mujeres desentierran el Pujillay” para dar rienda suelta a una semana de goce precedido por los jueves de “compadres” y comadres”.
En sus orígenes, este festejo estuvo asociado directamente a los ciclos agrarios de la naturaleza. Los pobladores de esta región que vivían del cultivo de la tierra realizaban el culto a la pachamama para agradecerle a los frutos recibidos durante el año. En los carnavales esta relación con la naturaleza se reeditaba por medio de la challas.
Esta tradición cultural se mixturará con la tradición europea y judeo-cristiana que trajo una imaginería religiosa con la figura del demonio, produciéndose un sincretismo cultural. Como señalaban Antonio Gramsci y otros autores marxistas, la “cultura” siempre es un hibrido y no algo homogéneo. Las clases dominantes para imponer su dominio político y hegemonía necesitan incorporar elementos de los dominados, hacer concesiones, aunque sean simbólicas.
Así la naciente burguesía, que incorporará a todo el mundo al mercado capitalista por medio del saqueo de los recursos, la esclavización de los pueblos originarios, la imposición del culto católico y la aniquilación de las lenguas originarias, hará concesiones a la cultura de los dominados incorporando algunos de sus elementos como el carnaval, así se crea todo un relato sobre la vida, en el que el año se asocia a la carga del trabajo, y el carnaval es uno de esos momentos de libertad en el que los dominados invierten las normas sociales. Las mujeres dejan de ser “esposas y madres” para ser “comadres”.
“(...) las mujeres por un día se deshacen de las obligaciones hogareñas, familiares y laborales para homenajear a la mujer. ‘Soy soltera y hago lo que quiero’, es el primer lema que abrazan las comadres en su día. Las reglas se revierten. Las comadres tienen prioridad durante el día. ‘Los hombres en la casa y con los hijos’, ‘que cocinen ellos ahora (…) acá que ni opinen’, resuena por varios lugares. Los que se atreven a bailar o participar son blanco fácil para empaparlos de talco, de espuma y todo tipo de cargadas ‘que lo echen, que lo echen’, gritan en las mujeres en grupo. La policía tampoco queda exenta. Las comadres beben y se divierten en las calles delante de ellos, como esperando algún tipo de provocación para abalanzarse en masa. No se atreven. ‘cana amargado…¡¡fuera!!”. Jueves de Comadres - Natalia Morales
Contrastes de carnaval
Con el desarrollo del capitalismo, el mercado absorberá algunos resabios culturales de los pueblos originarios por la vía de la mercantilización. Así durante las últimas décadas en Jujuy el carnaval se convirtió en un negocio muy rentable para empresarios locales o extranjeros, dueños de hoteles, empresas de viajes, etc. Lucrando así con la necesidad de distensión de los trabajadores y jóvenes. Esto se da con la paradoja de que los frutos del turismo y de los visitantes que llegan de numerosos puntos a vivir este festejo tan característico, no llegan a los bolsillos de los pobladores.
Ay juna pucha el gobierno
nunca deja de joder
Si le falta pa cigarros
algún impuesto ha i poner
Así la Quebrada de Humahuaca, pese a ser hace más de diez años declarada “Patrimonio de la Humanidad” por la ONU, continúa siendo una de las regiones más pobres de la provincia y del país. Sus habitantes sobreviven de changas, trabajo agrícola, sin ningún tipo de derechos, comercio callejero, alguna asistencia insuficiente por parte del Estado (asignaciones universales y diversos subsidios).
Yo soy aquella piedra
desprendida de la peña
caída a la playa del río
sin que nadie se acuerde de ella
En los últimos años proliferaron los asentamientos junto a los más bellos paisajes desnudando el problema de la vivienda que afecta a miles de familias, carencia de servicios básicos, etc. Este año nada más en la localidad de Volcán, donde se abre el festejo de Carnaval, el Gobierno aún no da respuestas al pedido de las familias afectadas por el alud del año pasado de recuperar sus viviendas, y viven actualmente en containers.
“¡Por fin llegaste carnaval! Lleno de flores”
Dice una de las canciones populares, característica de este festejo. Es que el carnaval es un espacio y tiempo de disfrute y libertad, donde “el diablo nos lleva”, sólo por un momento, lejos de las obligaciones y sufrimientos que cotidianamente vive el pueblo trabajador en una provincia con profundas desigualdades sociales. Al finalizar estos días de festejo, volverá a emerger la dura realidad que constituye la vida de las amplias mayorías sociales, cuyo tiempo transcurre -en gran medida- en asegurarse lo indispensable para el sustento de las familias; mientras unos pocos dueños de las tierras y los capitales son los que disfrutan de una vida de carnaval y privilegios todos los días del año. Cuestionar el derecho al goce y al disfrute dentro del sistema capitalista es parte de una estrategia para conquistar una vida plena de flores y albahaca para las mayorías trabajadoras y populares, y que la alegría se vuelva vida.