×
×
Red Internacional
lid bot

#50 Años. Los fuegos del Mayo cordobés

Algunas reflexiones sobre la provincia en el aniversario de su jornada más gloriosa.

Miércoles 29 de mayo de 2019 00:00

Históricamente, Córdoba ha tenido un enorme peso de las instituciones conservadoras y reaccionarias, lo que hizo que en muchas ocasiones históricas se ubicara del “lado incorrecto” en los sucesos trascendentales del país.

Pero distintas razones, desde las más estructurales dadas por la determinación geográfica, hasta otras puramente coyunturales, hicieron que se expresara otra Córdoba, la rebelde, y ese grito retumbe en todo el continente. Sus hitos fueron la Reforma Universitaria, de la cual se cumplió el centenario el año pasado, y el periodo abierto con el Cordobazo.

La memoria de la acción directa y la intervención decidida de las masas no pudo ser eliminada del imaginario popular. La contundencia y extensión del Cordobazo hicieron imposible cortar con esa reserva de experiencias de la clase trabajadora y el pueblo cordobés. 

En las bodas de oro del Cordobazo se escriben ríos de tinta sobre sus hechos y su significado, desde La Izquierda Diario se ha hecho su aporte al debate, tanto describiendo los hechos como sus consecuencias.

Esto es Efímero…

 
Ante tamaña imposición los sectores más poderosos de la provincia han buscado la forma de acomodar los sucesos y sus derivaciones a su conveniencia. Tanto Macri como Schiaretti han tenido la osadía de comparar a sus respectivos y contundentes triunfos electorales con el Cordobazo. Si bien no se puede comparar la política represiva de Onganía con los gobiernos nacionales y provincial, si es claro que ser anti obreros y antipopulares compiten bastante.

Por otro lado, si el triunfo del macrismo no significo que pudiera avanzar aún más en sus contrarreformas, debido a la contundente acción de masas que fueron las jornadas de diciembre de 2017, acompañada por el descalabro económico, profundizado desde abril de 2018, tampoco el millón de votos de Schiaretti significa necesariamente que tenga vía libre para aplicar planes de ajuste. La misma noche del triunfo electoral, Schiaretti se encargó de aclarar, sin ninguna necesidad aparente, que su gobierno no iba a defoltear. 
 

Cuando aún no se terminaron de contar los votos en el escrutinio definitivo, varios analistas ya señalan los inconvenientes que pueda tener su próximo gobierno, derivado de los vencimientos de deuda. A esto se suma la caída de los ingresos, que corren por debajo de la inflación y que las finanzas provinciales echan mano con mayor rapidez a los ahorros corrientes. Se pone en duda si se mantendrían la universalidad de los boletos gratuitos y otros subsidios a los servicios. Mantener el equilibrio fiscal también podría amenazar con la principal carta de contención con la que cuenta la provincia. Distintos planes de empleo y planes sociales que son repartidos en una provincia que ve crecer sus tasas de pobreza y desempleo.
 

Juguetes Perdidos

 
Otros que se “cuelgan las tiras” con la conmemoración del Cordobazo son los miembros de la burocracia sindical. Si el matonaje, el patoterismo y la entrega de compañeros era común en la década del 60, como bien los retrataron Rodolfo Walsh y Raymundo Gleyzer, en estos 50 años esa tendencia se ha profundizado. 

Ante la rebelión de 2017 de los choferes de la UTA, cuando urgía un paro general en la provincia en solidaridad con los trabajadores, la gran mayoría de la CGT dio la espalda. La burocracia, en sus distintas vertientes, veía un peligro latente. Si triunfaba esa huelga, era posible que se multipliquen las acciones independientes de los trabajadores. Las y los choferes enfrentaron la acción conjunta y mancomunada de los distintos estamentos de gobierno junto a planificadas operaciones de prensa que buscaban aislarlos de la lucha.

Schiaretti buscó ganancia en intentar disciplinar y contener cualquier reclamo obrero en los sacrosantos “cuerpos orgánicos” regimentados por la dirigencia sindical. Para esto apeló a aprobar en tiempo récord y con él fervoroso voto de Cambiemos una vergonzosa ley antihuelgas, llamada de Servicios Esenciales. Las acciones de la burocracia contra esta verdadera afrenta no califican siquiera de testimoniales. Jose Pihen, secretario general de los empleados públicos y de la CGT Córdoba, a la vez legislador del oficialismo, siquiera abrió la boca para oponerse a la ley. Quienes detentan el poder sindical, están más cerca de Alejo Simó y otros colaboracionistas que de aquellos dirigentes que, más allá de sus estrategias reformistas en lo político, respondían a la base.
 
Esto es por hablar de aquellos trabajadores sindicalizados, ni hablar que dan la espalda a decenas de miles de jóvenes que trabajan de manera precaria (muchos son hijas e hijos de los propios afiliados). 
 

Corderos Atados

 
Hay un extendido decir en muchos activistas y militantes sobre el peso conservador que tiene Córdoba. Lejos de ser un análisis profundo sobre la relación entre las clases sociales es utilizado como mantra para justificar sus alianzas con lo más podrido del régimen surgido del Navarrazo.

La diputada Gabriela Estevez no pierde oportunidad ante cada micrófono que tiene de hablar de “tender puentes”. Se trate del mismo tipo de discurso que solía plantear el fallecido José Manuel De la Sota. Recordemos que el ex gobernador fue funcionario político en la municipalidad de Córdoba a partir del golpe policial. El Navarrazo fue la respuesta, alentada por el propio Perón contra el “foco de infección” que se había convertido Córdoba.

En esto no tiene nada que reprochar a CFK, con su rescate emotivo del tercer gobierno peronista. Este coqueteo se coronó con el llamado abierto a votar por las listas de Schiaretti en las últimas elecciones.
 
Hacen pasar una falsa dicotomía entre un radicalismo que representaría a los sectores más concentrados, contra un peronismo local que representaría los intereses populares. Creemos que es falsa, ya que los llamados poderes reales se encuentran muy cómodos con el PJ local. Esto incluye tanto a los terratenientes, englobados como los sojeros (pero también incluye los ganaderos), como también los capitales nacionales, ligados a la alimentación (ARCOR, Aceitera General Deheza) y las multinacionales radicadas en la provincia (Renault, VW, FIAT, Lear). La gran mayoría de ellos bajo la cobija de la Fundación Mediterránea y la Bolsa de Comercio. A ellos se suman las nuevas ramas de la economía en el sector servicios ligados al software como Mercado Libre. No descubrimos nada si señalamos que el hilo conductor entre todos los nombrados más arriba es el propio Schiaretti. 
 
Esto se repite en el resto de los poderes del sottogoverno provincial. La Iglesia católica, la Policía, los medios hegemónicos, las Universidades. El diferencial que tiene el peronismo cordobés sobre el radicalismo reside justamente en el control sobre el movimiento obrero y las barriadas populares para contener la crisis.  
 
Se equivocan quienes pretenden modificar desde dentro o regatear algunos cambios dentro de un régimen solo pueden chocarse contra una pared si los mueve un verdadero sentimiento de lucha. Distinto es el caso de aquellos que sólo buscan calor y un sillón cómodo dentro de alguno de los palacios.
 

La mosca está en la sopa 

 
No pretendemos desconocer que la mayoría de los cordobeses opta por variantes conservadoras a la hora de votar. Tampoco vemos que en el momento actual se desarrollen tendencias a la independencia política, ya sea en el movimiento obrero, las organizaciones estudiantiles, los derechos humanos o incluso entre los ambientalistas. 
 

Estamos convencidos que el Cordobazo no fue una excepcionalidad histórica e irrepetible. Los actores fundamentales de esas jornadas, estudiantes y obreros siguen teniendo peso decisivo en la economía de la provincia y se cuentan por centenares de miles. Las nuevas generaciones ya no cargan en sus espaldas de manera directa con la derrota que significó el genocidio militar.
 
 A ellos se suman nuevos actores, como el movimiento de mujeres que lograron visibilizar sus reclamos, los jóvenes que ponen en cuestión la moralidad impuesta por las iglesias o la juventud de las barriadas populares que, debido a su incorporación al sistema económico de manera precarizada, puede entrar como una enorme fuerza ya que concentran en sus cuerpos todos los agravios que el capitalismo tiene para ofrecerles.

Una fuerza social enorme que unida puede ser imparable. Es allí donde la izquierda y los revolucionarios debemos poner todas las energías militantes como tarea estratégica.
 
La Córdoba reaccionaria no es eterna ni inmutable. Las tradiciones de la reforma y el Cordobazo demuestran que cuando empieza el hartazgo de lo viejo y las crisis hacen mella, la tendencia es a la unidad por abajo y la acción directa. Allí debemos estar los y las revolucionarias para disputar la dirección del movimiento y hacer triunfantes los nuevos Cordobazos, es el mejor homenaje a quienes disputaron el poder a la burguesía y el imperialismo y cayeron en esa lucha.