Con su declaración sobre el conflicto de Airbus Puerto Real, la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE) demuestra una vez más su posicionamiento como fuerza subordinada al gobierno burgués y a las burocracias sindicales.
Roberto Bordón @RobertoBordon13
Lunes 28 de junio de 2021
El Partido Comunista Español (PCE), rémora del estalinismo patrio que sigue aplicando la misma estrategia eurocomunista desde la Transición, ha ido completando desde su integración en el gobierno imperialista del Estado Español, los últimos pasos de su descomposición política. Desde defender políticas proempresas como los ERTES, avalar la represión a la juventud con el apoyo a la policía durante las manifestaciones por la libertad de Pablo Hasel o, en las últimas semanas, la defensa del compromiso del Estado español con la OTAN, la lista de motivos para mandar dicha formación “al basurero de la historia” no deja de aumentar. Una situación de la cual sus juventudes, la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE) trata de disimular desde antes incluso de la entrada al gobierno de ministros del PCE, con campañas publicitarias en las que hablaban de “romper con el régimen del 78”, mientras sus dirigentes negociaban sillones en el Consejo de Ministros. Una postura que revela que lejos de plantear cualquier crítica al sistema, los aprendices de burócratas guardaban su flanco izquierdo ante el previsible desgaste que la entrada en el Ejecutivo podía suponerles, a la vez que no se negaban a la posibilidad de lucrativos puestos para sus jefes.
Airbus Puerto Real: el último ejemplo de la hipocresía de la UJCE
El conflicto de Airbus Puerto ha posicionado a la totalidad de partidos políticos y sindicatos entre el apoyo a trabajadoras o a la empresa y el Gobierno. Desde la asamblea de trabajadoras se ha mantenido una lucha durante los procesos de negociación por arriba entre burocracia sindical, Gobierno y empresa, que expresaba el deseo de las trabajadoras y trabajadores gaditanos de decidir su futuro y tener voz en la salida a la situación actual. Algo para lo que han tenido que enfrentarse en un primer momento a sus propias direcciones sindicales, quienes, a excepción de CGT, se desligaron de los procesos de lucha a inicios de mayo con el anuncio del primer borrador de acuerdo. El éxito de las movilizaciones no sólo ha mantenido viva la pelea, sino que ha forzado la ruptura de apoyos a los borradores de acuerdo. De repente, tanto el PSOE como Unidas Podemos apoyaban iniciativas en Senado y Congreso a favor de mantener abierta la planta de Airbus Puerto Real a pesar de que anteriormente su apoyo al acuerdo presentado en negociación con la empresa avalaba precisamente dicho cierre.
Actualmente, el conflicto ha llegado a un punto donde públicamente delegados de Comisiones Obreras y UGT en contra de la postura de sus direcciones, llaman nuevamente a la movilización y rechazan el actual acuerdo; debido a que ni recoge las voces de las trabajadoras gaditanas (se expulsó al representante de Puerto Real del Comité Interempresas donde se negocia) ni se preocupa de la situación de las trabajadoras auxiliares, grandes afectadas en caso de cierre de la planta. Toda una situación de desgaste del poder de la burocracia sindical en el conflicto y en la posibilidad de apagar los fuegos de cara a la negociación con la empresa.
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¿Y qué ha hecho la UJCE en estas semanas? Para empezar tan sólo ha acudido al conflicto cuando desde el Gobierno y sindicatos (a excepción de CGT) se apostó por un acuerdo que avalaba el cierre de la fábrica, para precisamente apoyar dicho acuerdo y por tanto dar cobertura política a la burocracia sindical.
El comunicado de la UJCE en el que en teoría se apoya la lucha de la plantilla de Puerto Real deja clara su posición cuando en relación a la situación de cierre expresan: “Dicho cierre se llevará a cabo a lo largo del próximo año y, a pesar de la propuesta elevada por el Gobierno de España junto a los sindicatos (salvo CGT) como solución al previsible cierre (convertirla en un centro de investigación tecnológico…”. Cabría decir que no es a pesar de la propuesta del Gobierno de España sino precisamente gracias a dicho borrador de acuerdo que la burocracia sindical inició una campaña de desmovilización en los centros de Airbus, bloqueando el apoyo a las trabajadoras de Puerto Real e incentivando la pasividad en la propia planta gaditana. En todo caso ha sido gracias a la CGT y las trabajadoras de Puerto Real que rechazaron el borrador que el conflicto se ha mantenido vivo y hoy en día, se siga planteando con fuerza la reivindicación de que Airbus Puerto Real se mantenga abierta.
Aunque posteriormente se extienden describiendo la grave situación económica de la provincia y la importancia de la industria, a la UJCE se les escapa mencionar gracias a las políticas de qué partido se ha producido esta situación. A pesar de haber gobernado varias décadas en Andalucía, el PSOE no aparece mencionado en el comunicado de los jóvenes del PCE, cuando ha sido responsable de otros cierres como el de Delphi en 2007 donde precisamente desde una combinación de Junta de Andalucía y Gobierno de España -ambos en manos del PSOE- se negoció una desactivación del conflicto. Una laguna en un análisis sobre la situación andaluza bastante pronunciada si se pretende explicar la importancia de la lucha de Airbus Puerto Real para toda la provincia de Cádiz.
Tampoco parecen querer mencionar a su socio de Gobierno y a su propia formación cuando afirman que la responsabilidad sería exclusiva de la Unión Europea y de un Estado (a secas, sin adjetivos, sin mencionar su carácter burgués) que se estaría plegando a intereses europeos. Un análisis que favorablemente deja fuera la responsabilidad que tiene el Gobierno de España (PSOE+Unidas Podemos) en el conflicto apoyando a la empresa y dejando tirados a las trabajadoras y trabajadores de Airbus. No se menciona como Enrique Santiago, secretario general del PCE, ha visitado Puerto Real para tratar de vender a las trabajadoras un acuerdo que avalaba el cierre de la planta gaditana y su sustitución por una dudosa iniciativa de centro 4.0. Todo parece caer del cielo o de Europa y no de un gobierno donde se integran no sólo ministros del PCE, sino que una de ellas, Yolanda Díaz es vicepresidenta y ministra de Trabajo.
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Quizás la UJCE debería dejar de jugar al escondite con la realidad y admitir que lejos de bonitos carteles en redes sociales, lejos de ser una fuerza rupturista con el Régimen del 78 -como pretenden engañar a los incautos-, son los nuevos cachorros de una burocracia política y sindical que ataca a las trabajadoras mientras defiende los intereses de las grandes empresas.
Roberto Bordón
Andalucía