Emmanuel Martínez Aguirre es un escritor y cuentacuentos de la Ciudad de México. Reproducimos algunos fragmentos de su texto “Los nuevos hijos del maíz”, que invita a reflexionar sobre el destino de la humanidad bajo el capitalismo.
Nancy Cázares @nancynan.cazares
Miércoles 23 de marzo de 2022
Emmanuel Martínez Aguirre (Malditomarte) es un joven escritor y cuentacuentos de la Ciudad de México. Activo en la lucha en defensa de los Dinamos a través de la Asamblea Popular Resistencia Atlitic, es autor del poemario “Laura sólo duerme” y de “Microcuentos de terror para niñxs muy valientes”, entre otros textos.
“Los nuevos hijos del maíz” es un cuento inspirado en avances tecnológicos desarrollados como parte de la carrera por colonizar otros planetas como los prototipos de vivienda de AI SpaceFactory para habitar Marte y los focos Li-fi que permitirían conectar dispositivos a través de señales de luz.
Ciencia ficción mexicana, “Los nuevos hijos del maíz” recrea escenarios distópicos en Meconia, último bastión de la humanidad en la Tierra, y describe la colonización de Venus con procedimientos que evocan a prácticas como el fracking o la biominería y el uso de tecnologías de impresión 3D o el desarrollo de transgénicos.
Asimismo, encontramos técnicas de construcción robótica similares a las desarrolladas por la misma AI SpaceFactory, diseñadas para funcionar de manera autónoma, prácticamente sin asistencia humana. Esta relativa independencia de máquinas e inteligencias artificiales sella el final de una historia que refiere al mito de los hombres de maíz (esencial en la cosmovisión de distintos pueblos mesoamericanos) y que constituye un llamado a encender las alarmas ante la devastación y expoliación capitalista sobre la Tierra y sus recursos.
Los nuevos hijos del maíz (fragmentos)
Meconia es el último Megaestado con vida humana dentro del planeta tierra, la última guerra acaba de comenzar; cuatro de los siete Microdistritos están dentro. En las guerras anteriores quedó registro de las peores barbaries cometidas entre semejantes; el poder y las falsas necesidades nos trastornaron por completo... Ahora las necesidades son totalmente reales, aunque algunos continúan en la ceguera de sus privilegios. “¿Por qué pelean?” Por el agua… “¿Y tiene sentido esta última pugna?” Creo que ninguno, solo queda el oxígeno artificial, la basura que nos llega al cuello y hace varios inviernos que ya no brilla el sol.
Un grupo de científicos inusuales mantienen viva la última hoguera para poder “salvar” a la especie humana de la extinción; Prometeo es el nombre del proyecto destinado a esto. Ahí trabaja Agustina desde hace 18 años, después de que la NASA fracasara lanzando de forma precipitada su última misión a Marte y despidieran a todo su equipo, ahora ella está a cargo de este cometido.
Nadie sabe qué falló, pero seguro TAI tendrá éxito con el proyecto Prometeo. Para eso fue desarrollada por Agustina y por su equipo desde hace más de medio siglo. Si no fuera por TAI, la vida en Meconia sería un absoluto infierno. Imprime en 3D la ración alimenticia exacta para cada persona, de acuerdo con su peso, talla, edad y padecimientos clínicos —si es que los llegasen a tener— ¡benditos sean los sobres del Gran Poder!, nos mantienen alerta, nutridos y entretenidos. [...]
“Pero si todo es tan perfecto, ¿por qué nos ahogamos en nuestra basura, nos morimos de sed y se nos secan los pulmones? Tampoco importa mucho ahora, por el pasado ya no hay nada que hacer, las consecuencias están aquí y había que buscarles una solución”. La misión Prometeo parecía ser la más sensata.
¡La última vereda hacia la salida de emergencia! Tres cohetes robots piloteados por TAI, llegaron a Venus: LZB I, II y III. Su primera tarea fue alinearse en suelo Venusiano formando un triángulo equilátero de 999 hectáreas de perímetro, se fijaron al suelo por medio de un dispositivo que taladró con láser varios orificios en la superficie e inyectaba inmediatamente una masa de agua, oro y polvo venusiano a una presión extraordinaria, después desplegaron sus celdas solares, que además de recolectar energía solar para transformarla, también servían para atrapar neblina y agua de lluvia, para regar las futuras milpas y almacenar el resto en el interior de los cohetes para su correcto funcionamiento. [...]
Después de un mes ininterrumpido de lluvias artificiales, nutridas con un concentrado creado por el equipo de Agustina para potenciar el suelo aparentemente estéril, TAI liberó una ráfaga de miles de súper semillas contra el suelo reblandecido por la vida que brinda el agua. Continuaron constantes lluvias de nutrientes para que estas nuevas plantas, genéticamente modificadas, pudieran crecer. Cada planta produjo unas tres o cuatro mazorcas de entre 16 y 20 metros de altura cada una. [...]
Alrededor de cada invernadero se construyeron montones de pequeños ovoides, semejantes a una colonia de termitas. La construcción de los Centros de Producción para el Nuevo Desarrollo de la Vida tardó sólo 11 meses. LZB I, II Y III no tuvieron interacción con ningún ser humano durante esta proeza. Todo quedó a cargo de TAI, sus múltiples servidores y procesadores, Agustina y su equipo solo evaluaban datos y presentaban reportes al Superestado de Meconia. Casi un siglo de desarrollo en inteligencia artificial por fin estaba dando frutos. “¿Suena increíble no?”.[...]
En Meconia todo era efervescencia, ¡Corran, empujen y griten! ¡Últimos asientos para la nave Abraxas!, se podía leer en la mayoría de los medios oficiales. El gran éxodo era la nueva religión, como todo lo nuevo que surgía día con día desde hace tres siglos, todo siempre tan efímero como el mismo tiempo incontenible; La colonia suprema era lo único de lo que se hablaba. [...]
Después de seis horas todo estaba listo para el despegue, los medios cubrían la noticia con cierto recelo por ser parte de los humanos que se quedarían en Meconia y en los otros Microdistritos.[...] La sensación de alegría había regresado después de muchos siglos, la humanidad volvía a sonreír. Venus estaba listo para recibir a su nueva población. [...] Se podían ver los invernaderos rebosantes de alimento, de un verde maravilloso. [...] Gracias al misterioso y pálido azul que tenía el nuevo cielo, ahora se podría llamar si ellos quisieran “verde” o “púrpura”, todo sería nuevo. [...]
El sufrimiento estaba a punto de terminar, ahora TAI narraba con su nueva voz toda la odisea que fue construir ese paraíso y anunciaba con gran emotividad el surgimiento de algunos microorganismos nuevos, que se desarrollaron a partir de la primera cosecha. Vida híbrida, creada en parte por la inteligencia artificial y la humanidad que anhelaba el gran reseteo [...]
Mientras cerraban los ojos por el insufrible brillo del Li-fi, al llegar al segundo uno de la cuenta regresiva TAI se escuchó una vez más en todos los altavoces del mundo — Luz y vida, la raza humana no es la salida. [...]
Aquí puedes escuchar este cuento completo en voz de su autor. Fue leído durante el acto cultural contra Todas las Guerras Capitalistas realizado en la Ciudad de México el pasado 13 de marzo, en respuesta a la convocatoria hecha por simpatizantes del Concejo Nacional Indígena y el EZLN.
Escucha aquí más narraciones.
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