Todos los años existe una discusión velada sobre la cantidad de participantes de los Encuentros Nacionales de Mujeres. Ninguna de las participantes, las mujeres que van al acto de apertura, a los talleres, a la marcha, las pocas que se quedan al acto de cierre, coincidirá nunca con el número oficial.
Miércoles 15 de octubre de 2014
La Comisión Organizadora aseguró, aunque sin datos concretos, que participaron 45 mil personas desde el primer día. Hay que recordar que esta misma comisión es la que recibió múltiples críticas por talleres inconsultos (mujeres de las fuerzas represivas), por acordar con el gobierno provincial de Urtubey no marchar a la Catedral, entre otras.
Frente a tamañas críticas, los números quedan en segundo plano, pero son parte del relato que se construye alrededor del “espíritu del Encuentro”, que luego es utilizado contra los sectores críticos y la izquierda, que cuestionan políticas o reclaman la democratización de los encuentros.
En los Encuentros Nacionales de Mujeres no se vota en ninguna instancia, nunca se definen posiciones por mayoría o minoría y, por ende, no se resuelve nada, ni siquiera la sede de los Encuentros. Tampoco se vota la Comisión que organiza el Encuentro, ni se decide si pueden participar o no representantes del gobierno y/o la Iglesia.
Antes de comenzar el Encuentro incluso, la Comisión Organizadora ya hablaba de una participación de entre 40 y 45 mil mujeres; que 22 mil habían solicitado alojamiento en escuelas, y según datos de la Cámara de Turismo se habían cubierto 18 mil plazas hoteleras.
La oficina de Turismo de Salta informa que la ciudad cuenta con el 63% del total de plazas hoteleras de la provincia, es decir, 13 mil, que según los cálculos de la Comisión Organizadora ya estarían ocupadas, más otras 5 mil que Turismo habrá olvidado registrar seguramente. A esto se sumarían las 22 mil mujeres hospedadas en escuelas, algo difícil de comprobar.
Lo que sí se puede comprobar es que el Estadio Delmi, donde se realizó el acto de apertura, tiene una capacidad para 3070 personas sentadas en butacas y 7000 paradas, es decir, poco más de 10 mil personas. No hay una sola imagen que muestre el estadio colmado, lo que hubiera significado al menos que 10 mil mujeres participaron de ese evento.
Las participantes aseguran, y las imágenes acompañan, que el estadio nunca se llenó, solo habrían estado presentes 7 mil personas. Y no es de extrañar ya que, como informaron algunas organizaciones, muchas mujeres llegaron varias horas después de las 10 de la mañana, y otras no pudieron llegar por estafas de las empresas de transporte.
En los tallares se hace dificultoso pensar en la participación de 45 mil mujeres. Los talleres funcionan en aulas de escuelas primarias y secundarias de la ciudad, participan en promedio unas 50 personas por taller, por el tamaño de las aulas y la posibilidad de mantener un debate.
Muchas veces, los talleres, al no ser instancias informales, se unifican, dividen o combinan en función de sumar más personas. Entonces, aunque se hubieran duplicado los talleres para tratar las 63 temáticas publicadas para el Encuentro, es decir, si hubiera habido 150 talleres llegarían a reunir a lo sumo 7500 mujeres, haciendo un cálculo muy generoso.
La marcha suele ser la instancia más numerosa del Encuentro. En ella se encuentran mujeres que no llegaron a la apertura, otras que no participaron en los talleres, y personas que se suman solo a la movilización (cualquier persona puede participar, no es requisito haber estado en el Encuentro).
No sería arriesgado calcular, por las imágenes y los testimonios de las participantes, que la marcha haya reunido 14 mil personas. Y este podría ser incluso un número adecuado para hablar de la participación en el Encuentro.
Por eso, no sería desacertado advertir a la Comisión Organizadora que si sigue la ruta de estos números que suele inventar para la prensa, muy pronto será necesario disponer de estadios de fútbol, ya no polideportivos, y grandes teatros, ya no escuelas, para garantizar el funcionamiento de los Encuentros Nacional de Mujeres. Otra opción sería ajustar los números a la realidad, y fortalecer el movimiento de mujeres por la lucha de sus derechos, pero eso es materia para otros debates.