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Red Internacional
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Editorial. Los ojos de las mujeres

Acompañas los reclamos del pueblo trabajador. Te conmueven las causas justas. Cuestionás. Y también votas a la izquierda. ¿Pensaste en los ojos de las mujeres?

Andrea D'Atri

Andrea D’Atri @andreadatri | Diputada porteña PTS/FIT

Martes 21 de julio de 2015

Cada mañana, cuando aún no ha amanecido, ellos se levantan y corren hacia la estación del tren o hacia la avenida donde la combi los espera para llevarlos a la fábrica.

El ritmo aumenta bajo la mirada del supervisor. Los músculos duelen. El delegado no se ocupa de estos problemas. Apenas si pasa una vez por año, para hablar del aumento, pero nunca dice que las horas extras dejaron de ser una opción y se convirtieron en obligación, ni que los francos deberían ser los sábados y los domingos, para poder ver a los chicos que esos días no están en la escuela.

A la salida, ellos se relajan apenas unos minutos, tomando una cerveza con los compañeros. Hablan del partido del domingo pasado. Lo cargan al del equipo que perdió 3 a 0. Después, llegan a casa y miran un rato la tele, antes de comer y dormir, extenuados, para empezar todo de nuevo.

Cada mañana, cuando aún no ha amanecido, ellas se levantan antes que ellos, porque hay que lavar la ropa y dejarla tendida, antes de que se despierten los chicos. Cuando ellos se van a la fábrica, hay que levantar a los niños, prepararles la leche o el mate cocido, peinarlos y vestirlos antes que toque bocina el micro escolar. Después, corren hacia la avenida, donde pasa el colectivo para llevarlas al trabajo, apretujadas.

El ritmo aumenta bajo la mirada del supervisor, ese tipo que les sugiere que podría bajar el ritmo de la máquina a cambio de algún favorcito en el vestuario. Los músculos duelen. Y también el orgullo. No hay a quién reclamarle, porque no las dejan elegir delegadas. Y el sindicato nunca se acercó para afiliarlas.

En el vestuario, a las apuradas, hablan de que la nena anoche estaba con fiebre, que se engripó porque en el colegio no funcionan las estufas. Alguna cuenta que a su vecina, el marido la fajó y que la acompañó a hacer la denuncia, pero no le dieron ni la hora. Otra comenta que en la feria, los tomates estaban mucho más baratos y aprovecha para dar la receta que le pasó su suegra. A la salida, ellas corren a las puertas de las escuelas, porque hay que llegar a casa, con los chicos, antes que cierren los negocios. Después, preparar la comida, bañar a los chicos mientras se cocina. Cenar y hacerlos dormir. Aprovechar que los niños duermen y planchar la ropa que ya estará seca. Preparar en una silla lo que todos se pondrán mañana. Lavar los platos que quedaron de la cena. Coser el botón que se salió del guardapolvo. Anotar que hay que comprar jabón en polvo, para no olvidarse. Meter la factura de la luz en la cartera, para pagarla mañana en el rapipago que está justo en la parada del colectivo.

Ellos son clarkistas, torneros, trabajadores de maestranza, matriceros, soldadores, maquinistas, oficiales calificados. Son candidatos de la lista que encabezan Nicolás del Caño y Myriam Bregman en estas elecciones, porque se proponen enfrentar a los políticos que siempre garantizan los negocios de los empresarios, para renovar y fortalecer el Frente de Izquierda.

Ellas son empacadoras, trabajadoras de limpieza, controladoras de calidad, envasadoras, administrativas, obreras no calificadas. Ellas son candidatas de la lista que encabezan Nicolás del Caño y Myriam Bregman en estas elecciones, porque se proponen enfrentar a los políticos que siempre garantizan los negocios de los empresarios, para renovar y fortalecer el Frente de Izquierda.

Pero ellas, son muchas más que ellos. Son el 70% de la lista de la Ciudad de Buenos Aires, haciendo historia. Son el 60% de las candidatas que encabezan las listas de las intendencias del conurbano, donde los punteros tienen sus pesos pesados. Son la mayoría en muchas provincias donde todos dicen que es difícil que las mujeres se abran paso contra el conservadurismo.

Ellas rinden homenaje a los centenares de miles que se movilizaron para decir “¡Ni una menos!”. Ellas nos llenan de orgullo. Porque todos y todas las que queremos transformar la vida, sabemos que para hacerlo, tenemos que empezar por mirarla a través de los ojos de las mujeres.


Andrea D’Atri

Diputada porteña del PTS/Frente de Izquierda. Nació en Buenos Aires. Se especializó en Estudios de la Mujer, dedicándose a la docencia, la investigación y la comunicación. Es dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Con una reconocida militancia en el movimiento de mujeres, en 2003 fundó la agrupación Pan y Rosas de Argentina, que también tiene presencia en Chile, Brasil, México, Bolivia, Uruguay, Perú, Costa Rica, Venezuela, EE.UU., Estado Español, Francia, Alemania e Italia. Ha dictado conferencias y seminarios en América Latina y Europa. Es autora de Pan y Rosas. (…)

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