Según Oxfam América, países como Estados Unidos, Reino Unido y Japón, han acaparado el 51% de las dosis de las principales vacunas candidatas contra el Covid-19. Capitalismo puro y duro.
Miércoles 23 de septiembre de 2020
A pesar de representar solo el 13% de la población mundial, los países más ricos están acaparando desde ahora las dosis de vacunas candidatas a enfrentar la pandemia mundial.
En un comunicado publicado en su sitio web, la ONG Oxfam advirtió que a partir de analizar cinco acuerdos contratados entre gobiernos y las farmacéuticas AstraZeneca, Gamaleya/Sputnik, Moderna, Pfizer y Sinovac, se confirma que ya hay acuerdos por 5 mil 300 millones de dosis de vacunas, de las cuales 2 mil 700 millones han sido compradas por países y territorios “desarrollados”, mientras los 2 mil 600 millones restantes han sido comprados o prometidos a países en desarrollo como India, China y Brasil.
Toda una muestra de cómo funciona el capitalismo, un sistema cuya principal característica es la desigualdad, donde unos pocos ganan y acumulan fortunas, mientras millones que todos los días trabajan largas jornadas, apenas logran obtener lo necesario para vivir.
Esto no ocurre únicamente al interior de un país como México, sino que es parte de una dinámica global que termina afectando a los que menos tienen.
En este caso, aunque el director de la OMS llamó a las 38 naciones faltantes a unirse para garantizar el acceso equitativo a las pruebas e insistió en que el mundo sólo puede salir de este desafío común con un enfoque común, lo cierto es que la propia dinámica del capitalismo no prevé que todos puedan tener acceso a la salud, ni siquiera a una vacuna elemental para no contagiarse y poder vivir.
Una demostración más de que ese sistema merece perecer, pues mientras la desigualdad crece, los ricos se vuelven cada vez más ricos y poderosos, mientras la inmensa mayoría vive en condiciones de precariedad y sin tener garantizado ni siquiera el acceso a una vacuna para poderse salvar de un virus, que, por cierto, es producto de la propia devastación ambiental que el capitalismo ha generado.
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