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Red Internacional
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Huelga minera escondida. Los "patos negros": una mirada desde adentro

En la huelga de la cuprífera privada cada mano cuenta. Desde escuadrones de cocina, pasando por comités de limpieza y construcción, la paralización en Minera Escondida viene para quedarse.

Sebastián Castro

Sebastián Castro Director Colegio de Periodistas Antofagasta

Sábado 11 de febrero de 2017

Por su parte, empresarios atentos buscan desprestigiar mediante rumores e importantes contramedidas. Sin embargo, el trabajo allí depositado es expresión viva de organización, unidad, bronca y compromiso.

“El Mega no es bienvenido aquí, ya nos bastó con que mintieran a todo Chile”. Así es la bienvenida al internarse en un campamento de miles de trabajadores y trabajadoras en plena construcción de lo que será prácticamente su hogar por unos meses.

A 160 km por la ruta B-55 se encuentra el primer paso a la mina. Con dos horas de viaje se puede apreciar el adormecedor trayecto que miles de mineros y mineras deben realizar en exigentes sistemas de turnos. La mina de rajo abierto se rodea de pequeñas y medianas cupríferas de baja ley.

La bronca es seguida de las ganas de poder levantar prontamente los sitios es el combustible previo de una larga resistencia contra los ataques empresariales del centro minero más grande del planeta.

“Aquí nosotros sabemos cómo son las cosas. Sabemos que les regalamos nuestras vidas a una empresa siempre quiere darnos la espalda. Llevo 26 años aquí. Pero yo te pregunto ¿Cuál es la salida sabiendo que nos quieren quitar lo que nos pertenece? ¿Que nos queda cuando sabes que sus ganancias (la de Escondida) aumenta a través de la venta descarada del oro y níquel? No hay nada más que irse a la huelga”.

El trabajo pareciera interminable. La construcción de comedores, grandes “salones” de reunión y la habilitación de un campamento para más de mil personas ha tenido trabajando de lleno a hombres y mujeres, en distintos roles, con el fin de levantar lo que será el campamento más importante desde la huelga de portuarios en Mejillones el año 2013.

El ambiente es tranquilo, el sol golpea de manera constante y los 500 botes de bloqueador solares un indicador más de un largo camino. Baños con sistema centralizado, congeladores llenos de comida y camiones con agua dibujan el bosquejo del primer día.

“Necesitamos gente en estos puntos”, “La guardia es de 12 horas”, “¿Qué más podemos seguir haciendo? Son las frases más repetidas.

Se pueden apreciar mini cargadores con comida o ayudando a habilitar espacios quitando grandes rocas. La tonalidad del desierto se empaña con el azul del cielo más limpio del mundo.

Las trabajadoras también se hacen parte ayudando codo a codo a sus compañeros de trabajo. Un rol invisibilizado pero que juega un papel fundamental. Mujeres en carpa leyendo, organizando grandes espacios y a la cabeza de escuadrones se pueden apreciar en un recorrido por el campamento.

Y es que muchas aristas de un primer día encaminan la huelga. Aún nada está escrito y solo la unidad será la clave para vencer. Sindicatos mineros y afines a la minería ya vienen expresando su apoyo a la lucha de sus hermanos del cobre en la búsqueda de rodear de solidaridad el campamento que definirá el futuro de negociaciones y conquistas del mundo minero.

Dejamos una selección de fotos realizada incito dentro del primer día de huelga legal de los trabajadores y trabajadoras de MEL.


Sebastián Castro

Periodista Audiovisual

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