En septiembre de este año La Izquierda Diario entrevistaba a Claudia Lepratti, hermana de Pocho Lepratti asesinado por las balas policiales en Rosario. A quince año de su muerte recordamos algunas de sus palabras.
Lunes 19 de diciembre de 2016 13:27
Hermana de Pocho Lepratti, militante social asesinado en la masacre del 2001, docente en una escuela de Rosario, ciudad en la que se instaló hace 15 años buscando justicia por su hermano. Se convirtió en referente de muchas organizaciones barriales que nacieron junto a ese 2001 y actualmente es concejala municipal por el Frente Social y Popular, espacio electoral creado el año pasado entre diversas fuerzas de centro izquierda, tan amplias que van desde el PCR hasta Causa Organización Popular.
¿Cómo hermana de Pocho, víctima de la masacre del 2001, que cambió en tu vida desde ese momento?
Cambió en mí y golpeó a toda mi familia, creo que cambió desde ese momento por un lado, el no haber pensado nunca que nos íbamos a encontrar caminando al lado de tantas otras familias reclamando por justicia, siempre veíamos eso desde otro lugar. Tuvimos que ponernos a ver como se salía y se seguía a partir del asesinato de Pocho, cuáles eran los caminos. Elegimos el de salir a visibilizar lo que había pasado, a exigir que los responsables rindan cuentas, todos… los materiales (policías), como también los responsables políticos; y siempre la tarea de que no se olvide, de ir viendo de que manera tantos y tantas fortalecemos la memoria. Ese es el camino que continuamos, que pudimos. Ese camino que no iniciamos nosotros, hay que rescatar que es un camino larguísimo que transitaron y dejaron sus huellas tantos y tantas y que nos tocó en un momento a nosotros también sumarnos y fuimos aprendiendo, compartiendo con muchísima gente. Creo que hasta ahora es un aprendizaje constante, desde donde nos paramos para reclamar que esto no suceda más, a pesar de que ya se van a cumplir 15 años y ahí están como si nada los responsables de la masacre. Cuando hablamos de Pocho nos referimos no solamente a los que estuvieron involucrados en su asesinato sino también a los que mataron a Yanina, a las dos Gracielas, reclamamos por Rubén, por Juan, pro Ricardo, por Marcelo, por Walter. Son todos los asesinados y asesinadas que dejó ese 2001 y que los dejó la policía del gobierno reutemista. Cuando nombramos a nuestros seres queridos, no podemos dejar de nombrar a sus asesinos. Esa es también la tarea y en eso me cambió y nos cambió, el estar abiertos también a aprender junto a otros. Yo siempre voy a estar muy agradecida de la muchísima gente que ha venido dando una mano, desde distintos lugares, porque están los que conocieron a Pocho pero también los que desde otras luchas vinieron a fortalecer esta. Creo que hay una transformación en como veíamos algunas cosas y pasar a ser ahí alguien que participa, pero activamente de los hechos.
¿Cómo se empiezan a organizar con las otras familias para conformar la asamblea?
Acá en Rosario particularmente, se dio la posibilidad de encontrarnos los familiares desde el principio. De encontrarnos de la mano de un montón de gente que empezó a acompañarnos, a sostenernos y ahí inmediatamente se formó primero la Comisión investigadora no gubernamental, que estaba integrada por legisladores, que en aquél momento tenían el compromiso de que ésta Comisión se forme en el ámbito del Estado y no se logró, pero igualmente dieron su apoyo, como lo hicieron diferentes personalidades, como lo hizo Rubén Naranjo que presidió la Comisión y no sólo que voy a estar siempre agradecida sino que es un honor el haber caminado junto a él, alguien que viene con tanta historia y encabezó esa lucha. Había también abogados defensores, organismos de derechos humanos, los compañeros de Pocho, y las familias. Fue el primer momento que nos permitió pensar juntos como seguir y después esa instancia se agotó porque la Comisión trabaja muchísimo, aporta pruebas y denuncia las irregularidades, que no son pocas en todos los procesos judiciales que investigaron las causas, pero llega un momento en que su conformación y el sentido de su finalidad se agotaron.
Luego aparece la asamblea por el 19 y 20 donde ya estamos los familiares organizados de esta manera y con distintos espacios muy diversos que acompañan esta lucha y es del modo en que llegamos a hoy. Pudimos conocer más tarde realidades de familiares, víctimas de 2001 en otros lugares y lamentablemente la experiencia en muchos casos fue de mucha soledad, donde no hubo ni organización, ni tarea constante por memoria, por justicia, y en otros no se logró articulación como provincia de Buenos Aires y Capital. Desde la Asamblea logramos que a 10 años de los asesinatos, y era uno de los objetivos en ese momento, que en el encuentro nacional de familiares muchos se conozcan. Era algo que a 10 años no habíamos hecho. Ver esa fuerza colectiva que nos servía para seguir. Y ahí estamos caminando ahora hacia un nuevo encuentro nacional de familiares a 15 años, con el gusto amargo de que todos los responsables, la mayoría materiales, no hayan rendido cuentas. Si hacemos un balance de la policía acá en Santa Fe en 15 años, excepto por fallecimiento de alguno oficiales o jubilación, la mayoría de los implicados en los asesinatos siguen en funciones, siguen bridando la “seguridad” al ciudadano y ciudadana de esta provincia, y por supuesto que más bronca te da al ver a los responsables políticos a nivel nacional y provincial que lejos están de haber rendido cuentas. Con un De La Rúa que queda sobreseído y en la provincia, con un Reutemann que sigue siendo intocable, que renovó una banca en el Senado de la nación, un lugar tan importante. Nosotros seguimos insistiendo que el único lugar público que le cabe es la cárcel. Y bueno, ahora de la mano del PRO pero antes de la mano de otros. Seguimos señalando que ningún gobierno ni a nivel nacional, ni provincial se puso en serio a acompañar estas causas, a querer esclarecerlas. Es realmente una deuda gigante que tiene la democracia y los gobiernos con sus distintos colores, hacia lo sucedido.
Por otro lado, pensamos siempre del 2001 para acá qué cambió y que no. Te encontrás con un motón de experiencias fruto de ese 2001 y al lado de eso queda también la bronca, queda la impunidad a 15 años y un Estado que sigue haciendo lo mismo que en el 2001 pero en dosis, a cuentagotas, entendemos que hay un 2001 en los barrios de Rosario, todos los días. Las víctimas son los jóvenes, pobres de los barrios y es producto también de la continuidad de la impunidad que no termina.
El lema es “La lucha continúa”, pasaron 15 años y la impunidad se profundiza. Si tuvieras que resumir cual es el motor por el que luchas y a quiénes te enfrentas cotidianamente, ¿Qué es?
Siempre remarco que no es desde lo individual, uno obviamente le pone el cuerpo pero hay un colectivo. Es una de las cosas que nos dejó Pocho. Que es una salida colectiva y de ahí partimos. El motor me parece que es por un lado sentir la deuda, lo que queda ahí del asesinato de Pocho y la relación con él. Conocer más tarde, después de su asesinato, en todo lo que él estaba involucrado, conocer de cerca Rosario después de su asesinato y empezar a caminar tantos lugares que él caminaba y comprender la dimensión que no teníamos de su trabajo con los pibes y surgen las preguntas ¿Qué puedo hacer yo, dónde puedo sumar?. Y si le preguntarías a Pocho te diría que sí, que todos podemos sumar de distinta manera y en distintos lugares, pero el compromiso esta bueno asumirlo. Es un poco eso, lo que nos debemos cuando decimos que queremos justicia que sería un paso para que cambien algunas cosas, pero también la justicia tiene que ver con encontrarnos, relacionarnos de otra manera. La justicia viene ya no de estos funcionarios llamados jueces o juezas, que lejos de administrar justicia han garantizado la impunidad; sino que la justicia viene de un lugar mucho más profundo y humano, de los que nos sumamos a este camino y de ahí surge de que la justicia la idea de que la hacemos entre todos. Por eso Pocho Vive y la lucha sigue y no olvidar que esperamos cárcel a Reutemann y cada uno de los responsables.
Si tenes que pensar en una mujer que tengas como referente de lucha, de vida ¿Quién es?
A quien admiro muchísimo es mi vieja, casi nadie la conoce, es de muy perfil bajo, le ha costado mucho sumarse a algunas formas de la lucha, sin embargo viene luchando y remando hace casi 15 años como toda la familia. En ella veo a alguien que admiro, ahí también lo veo a Pocho, mucho de lo que tenía él lo veo en mi vieja, para mí es como una referencia en eso. Si pienso en una mujer, pienso en ella.
Pasaron 15 años, muchas promesas, muchos funcionarios que han puesto en su boca a Pocho, mientras que la violencia institucional en Rosario y en Santa Fe se acrecentó a un punto tal de liderar los ranking, con esta la ciudad completamente militarizada, recientemente declarada la emergencia en seguridad. ¿En qué pensas que marcó el 2001 a parte del contexto actual y qué te genera que el mismo gobierno que hoy llena la provincia de policía, en 2007 hizo la campaña con la canción “El ángel de la bicicleta”?
Obviamente que mucha bronca, impotencia. Binner usó la canción pero lo más grave de todo es haber asumido públicamente un compromiso que tenía que ver con ponerse a disposición para lo que hiciera falta en cuanto a las causas; y nosotros llegamos en aquel momento con los demás familiares muy conformes de que se nos diera una reunión porque era el primer gobernador que nos recibía; por ejemplo Obeid ni siquiera nos contestaba, era directamente la indiferencia. Entonces fue un buen gesto que quedó en eso y no se plasmó después en lo que queríamos. Fuimos con un petitorio, con algunos puntos concretos que él podía resolver o darle impulso, por ejemplo solicitarle al gobierno nacional que le diera apertura a los archivos de la SIDE en aquel momento. Ellos se perdieron una oportunidad casi histórica de hacer lo que ningún otro gobierno en Argentina respecto de las causas de 2001, había hecho. Entonces entendemos que por acción u omisión hay una responsabilidad muy grande. Después de que nos recibe a nosotros, al poco tiempo le ofrece ser parte del Ministerio de Producción a Reutemann que parecía realmente una tomada de pelo. Hace pocos días, Lifschitz convocó a los legisladores nacionales y se sienta al lado de Carlos Reutemann. Ese tipo de cosas no las olvidamos, no las perdonamos.
Jazmín Levi
Periodista. Miembro del CeProDH