El paro nacional de este 15 de marzo puede ser una gran jornada de combate contra los ataques del gobierno de Michel Temer. Los trabajadores de Brasil tienen muchas razones para entrar en escena.
Martes 14 de marzo de 2017
Derrotar la reforma previsional
Lo que ya era malo cuando desde que fue aprobada la reforma previsional de gobierno de Fernando Henrique Cardoso (FHC), mantenida en los años de petismo por intermedio de Lula y Dilma, va a empeorar. Temer organiza lujosas cenas con los golpistas para lograr la aprobación de la reforma en el Congreso, la enmienda constitucional (PEC 287) y aumentar el periodo mínimo de aportes de 15 a 25 años, elevando así el mínimo a 65 años para que hombres y mujeres puedan jubilarse. Los medios de comunicación tratan de justificar la reforma como necesaria frente a un supuesto "agujero en el sistema previsional". Un mito creado para que el gobierno siga pagando más de 1 billón de reales del presupuesto a la deuda pública, favoreciendo a empresarios y banqueros, por un total de 47,4% del presupuesto federal, mientras que el sistema previsional, la salud y la educación en conjunto no alcanzan el 26% .
Impedir que la tercerización avance aun más
En 2015, todavía en el gobierno de Dilma, fue aprobado en la Cámara el proyecto de Ley del diputado Sandro Mabel (PMDB de Goiás) que prevé la reglamentación de la tercerización para todas las actividades, aumentando así la explotación de los trabajadores y en consecuencia la ganancia de los empresarios. El proyecto todavía tiene que pasar por el Senado para ser aprobado, pero no satisfechos con eso, los golpistas sacan ventaja del "legado de tercerización que el PT dejó en sus mandatos" y quieren que se vote en la Cámara ahora en marzo un nuevo proyecto de ley que elimina de la empresa contratante cualquier responsabilidad y cualquier exigencia de fiscalización sobre el régimen de trabajo. Esas medidas reducirán aún más los derechos de todos los trabajadores, y por eso debemos salir a las calles y parar por el fin de la tercerización y que todos los trabajadores bajo ese régimen de explotación sean efectivizados sin necesidad de un examen para su admisión, en el caso de los servicios públicos.
Contra el desempleo que ya afecta a miles de trabajadores
Ni los economistas de los medios de comunicación burgueses pueden camuflar aún más la tasa de desempleo que aumenta cada día en el mercado laboral. En el último trimestre de 2016 alcanzó el 22,2%, un 1,1% más en comparación con el trimestre anterior, alcanzando más de 24,3 millones de trabajadores brasileños, en escala ampliada, es decir, teniendo en cuenta los trabajadores informales, aquellos que dependen de alguna "changa" para sobrevivir. Esta es la verdadera realidad de la clase trabajadora brasileña. El nordeste es la región más afectada, así como el sector de la industria, donde los puestos rotativos, las suspensiones, los PDVs (Planes de Retiro Voluntario) y despidos ya son desde hace mucho una realidad para los trabajadores de ese sector.
En defensa del derecho de huelga
Si durante los años del gobierno del PT los trabajadores estatales ya tenían su derecho de huelga amenazado, el texto complementario del golpista Temer a la propuesta del senador Aloysio Nunes (PSDB de San Pabo), impone en la práctica el fin del derecho de huelga a los trabajadores del estado. La enmienda define 19 sectores de servicios esenciales, como la salud, educación y transporte, que deben cumplir con el 80% de la operación del servicio en período de huelga. Esa medida conjunta de Nunes y Temer tiene como objetivo determinar cuántos y cuáles son los sectores que "pueden" hacer huelga para que sea más fácil para el gobierno implementar sus programas de ajuste, impidiendo que ejemplos de resistencia similares a los de los trabajadores de la Compañía Estadual de Agua y Saneamiento (CEDAE) de Rio de Janeiro y de los estatales de Florianópolis se extiendan por todo el país.
Unificar con los trabajadores de la educación que entraran en huelga nacional el 15 de marzo
En su último congreso celebrado en febrero, la CNTE (Confederación Nacional de Trabajadores de la Educación) determinó el preaviso de para iniciar el 15 de marzo una huelga nacional contra la reforma de las pensiones y la plena aplicación de la Ley del Piso Nacional del Magisterio. Vale la pena recordar que la aprobación de la enmienda constitucional (PEC 55) en la Cámara congelará durante décadas los salarios de los estatales y retirará miles de millones de inversión en diversos sectores, especialmente en la educación.
Paulinho y la "Farsa Sindical" quieren entregar y negociar nuestros derechos con los golpistas
Força Sindical es una de las centrales sindicales que está convocando a la movilización y paro nacional del 15 de marzo, pero en la práctica lo que estos burócratas que viven de privilegios hace años en los sindicatos quieren es ayudar a su dirigente Paulinho (Partido Solidaridade) a negociar y desguazar nuestros derechos con Temer. Força Sindical tiene aproximadamente el 10% de los sindicatos afiliados y en ninguno de sus materiales y folletos esos sindicatos convocan al paro y ni siquiera dicen que ese día habrá alguna acción para derrotar la reforma previsional. Por el contrario, paralelamente Paulinho da Força pacta con la reforma de las pensiones y recientemente presentó en la Cámara un proyecto de modificación de otra enmienda constitucional (PEC 287), con el objetivo de cortar y negociar la reforma con el gobierno. Força Sindical fue una de las centrales sindicales que dieron sustentación al golpe institucional y no podemos dejar en sus manos el destino de nuestras luchas.
La Central Única de los Trabajadores (CUT) y Central de los Trabajadores y Trabajadoras de Brasil (CTB) están más preocupados por elegir a Lula en 2018 que derrotar los ataques en contra de los trabajadores
La CUT y la CTB son las principales centrales convocantes del paro nacional del 15 de marzo. En algunos lugares como el subte de San Pablo y en Correos, los dirigentes de esas centrales hacen encendidos discursos defendiendo el paro y crean un espectáculo como si los trabajadores no estuvieran "convencidos" de parar. Pero en realidad lo que predomina es la desconfianza de estas centrales que durante años de gobierno petista actuaron en favor de un proyecto de conciliación de clases, que frenaron la lucha de los trabajadores en varios sectores y utilizan el movimiento sindical como una plataforma para sus intereses. La CUT y la CTB no hicieron ninguna acción para derrotar el golpe institucional y, luego de algunas semanas del impeachment, ya negociaban y acordaban nuevas medidas con los golpistas. El Partido Comunista do Brasil (PCdoB), quien dirige la CTB, llegó al punto de apoyar a la candidatura de Rodrigo Maia (del partido golpista DEM) en la Cámara, acción meditada también por el propio PT hasta los 45 minutos del segundo tiempo. Para este 15 de marzo nada de eso ha cambiado, la CUT y CTB están articulando por abajo la estrategia de presión parlamentaria petista para así apoyar la candidatura de Lula para 2018. Por eso, no quieren que el 15 se convierta de hecho en acciones decisivas de los trabajadores con huelgas, paros y cortes de calles para derrotar los ataques, sino para llevar a cabo grandes actos de manifestación a favor de Lula. No en vano en las fábricas y en los principales sindicatos que actúan, al igual que Força Sindical, no realizan asambleas ni convocan a parar en sus materiales.
Crear una alternativa independiente desde las bases, contra los patrones y la burocracia sindical, para que los trabajadores puedan vencer
Muchos trabajadores sufren y están indignados con los ataques del gobierno Temer, sienten cada vez más fuerte la necesidad de luchar y movilizarse, pero todavía hay una gran desconfianza en relación a la burocracia sindical, ya que saben que esos llamados desde hace mucho tiempo no son en serio para convocar movilizaciones que puedan derrotar al gobierno. La izquierda, los parlamentarios del PSOL, Guilherme Boulos y el Movimiento de los Trabajadores sin Techo (MTST), así como la Central Sindical y Popular Conlutas en el movimiento sindical, al no sacar la máscara de esos sectores y hacer una gran exigencia de un plan de lucha, llamando a que estas centrales organicen paros de verdad en la base, llamando a asambleas de base, comisiones internas y populares, para organizar la lucha, terminan no se delimitando de la burocracia sindical y no se presentan como una verdadera alternativa para una gran masa de trabajadores. Por eso, nosotros del movimiento Nossa Classe batallaremos con todas nuestras fuerzas en los locales donde actuamos para que este 15 de marzo pueda ser de verdad una gran demostración de fuerza de la clase trabajadora, con paros efectivos y sabemos que para eso necesitamos organizarnos contra los patrones, pero también contra la burocracia sindical.