A propósito del "Proyecto Ferrovial Jujuy-La Quiaca" lanzado con bombos y platillos por Gerardo Morales y su ausente critica al plan neoliberal de los ’90 en Jujuy. Una historia que padecieron los jujeños y en especial los pobladores de la Quebrada y Puna.
Lunes 1ro de agosto de 2016 09:42
A propósito del "Proyecto Ferrovial Jujuy-La Quiaca" lanzado con bombos y platillos por Gerardo Morales, que sin hacer ninguna mención de porqué se perdió el servicio ferroviario, no solo en los pueblos del norte jujeño sino en toda la provincia y el país. Como sabemos la política de cerrar los ramales fue aplicada en la década de los ’90 por el peronista neoliberal Carlos Saul Menem, a través de la Ley de Reforma del Estado, se consolida el marco jurídico para la privatización de los ferrocarriles argentinos. Se produce la gran huelga de 1991 y 1992, pero Menem dice: “Ramal que para, ramal que cierra”. La estructura ferroviaria nacional quedó prácticamente desmantelada, y Jujuy no fue ajena de esta situación.
El proyecto en cuestión trata de un primer tramo de 92 kilómetros que va de Volcán-Humahuaca, la segunda etapa será Humahuaca-La Quiaca y finalmente se ejecutará el tramo Jujuy-Volcán. La iniciativa anunciada en la localidad de Volcán, la puerta de la Quebrada de Humahuaca, donde en marzo venidero comenzará la primera etapa de las obras que culminarán en 2018. El plan de recuperar el tren para esta zona está muy alejado del anhelado “Belgrano Cargas”, ya que G. Morales dijo que es auspiciosa la infraestructura estratégica para reposicionar la capacidad de transporte y la actividad turística, puesto que se conjugará con el lanzamiento de la licitación en septiembre próximo de la obra del nuevo aeropuerto internacional "Horacio Guzmán". En suma, los grandes beneficiarios serán los empresarios que explotan el turismo, y solo migajas quedaran para los pobladores.
El último tren… Fantasma
Veamos como en aquel fatídico 10 de Marzo de 1993 que fue cuando dejo de funcionar los trenes en Jujuy un medio grafico expresaba lo siguiente: “desde hoy la provincia se quedó sin el servicio ferroviario de transporte de pasajeros… Lo cierto es que el norte jujeño, por ejemplo, creció junto al servicio ferroviario cuyas obras se iniciaron el 5 de enero de 1903, y fueron inauguradas oficialmente el 5 de mayo de 1908, y así como la llegada del tren selló la suerte de un progresista pueblo como Yavi, para dar lugar a la Quiaca, hoy los dos agonizan irremediablemente, y pronto serán recuerdos.”** Con estas palabras visionarias acertaban en la futura suerte de numerosas poblaciones, que se beneficiaban del prestación del servicio ferroviario, ya que realmente el tren fue un desarrollo integral para las poblaciones del norte en sus inicios, así lo reflejaban los primeros viajeros, “los vagones cargueros venían repletos de cereales en grano, harinas y grasas. Mientras tanto, volvían al sur con minerales y braceros para la zafra de los ingenios azucareros asentados en Jujuy y Salta. Con el transcurrir del tiempo fueron incorporándose servicios semanales utilizados por toda la población.” Como vemos cerrar los ramales significo no solo desocupación de los trabajadores ferroviarios, sino que cientos de productores artesanales dejaron de vender sus productos en las estaciones que pasaron a ser fantasmas, al igual que pueblos enteros.
Por los años ’90, y en particular en 1993 que era el cuarto centenario de la fundación de San Salvador de Jujuy, diversos sectores expresaban la difícil situación que vivía la provincia, es así que la OCLADE (Organización Claretiana para el Desarrollo), de gran activismo en la Prelatura de Humahuaca y el Obispado de La Quiaca, presentaba datos alarmantes. Que aparecieron en el diario Página 12, la Ocladeindicaba “que en los dos años anteriores habían perdido el trabajo en la provincia 15.200 personas, que la tasa de desempleo había subido del 7% en 1990 al 18% en 1992, que había tres mil cesanteados por el gobierno, 850 despedidos por Ledesma y 500 bajas por el cierre de ramales ferroviarios. Por su parte la situación en la minería empeoraba día a día, en Pirquitas donde habían llegado a vivir 5 mil personas, por el proceso irregular de quiebre y liquidación, quedaban en ese momento sólo cuarenta familias.” Entonces, las consecuencias neoliberales que debían soportar los pobladores del norte jujeño eran pesadísimas, y la clausura definitiva de los trenes fue un fuerte golpe al futuro de numerosas generaciones.
Este último 26 de Julio y después de 23 años del cierre de los ferrocarriles en Jujuy, el gobernador Gerardo Morales lanzo el "Proyecto Ferrovial Jujuy-La Quiaca", y hacia las siguientes declaraciones, “‘Recuperar el tren’ es una reparación histórica para nuestro pueblo. Es un reconocimiento a los cientos de jujeños que a pico y pala levantaron el ferrocarril que fue inhabilitado en 1993 y acabó con el trabajo y la integración de muchos de nuestros pueblos.” Estas palabras para muchos trae ciertas expectativas, pero viniendo de un señor que gran parte de su vida ocupo un lugar en la política de Jujuy, abría que poner en dudas estas promesas. Y por otra parte, y como dijimos al principio el Gobernador del Frente Cambia Jujuy (UCR-Frente Renovador) no cuestiono para nada el nefasto accionar político en los ’90, y si hacemos memoria G. Morales para estos tiempos empezaba su carrera política, en su inicio fue Diputado por la Provincia de Jujuy desde 1989 hasta el 2000, siendo presidente del Bloque de Diputados de la Unión Cívica Radical desde 1993 y presidente de la Comisión de Finanzas durante 1991-1992. Con estos datos, constatamos que G. Morales ocupaba un cargo muy importante al momento que cerraba los ramales en Jujuy, la pregunta que nos queda por hacer, es ¿Qué hizo desde su lugar como presidente del Bloque de Diputados de la UCR?, de acuerdo a sus declaraciones pareciera que más que oponerse, fue cómplice de la políticas menemistas. Y hoy lo vemos que continúa con este accionar privatizador, en el caso específico en el Ing. La Esperanza que mediante una ley quiere dejar en la calle a 811 familias, y así entregar el Ingenio a un empresario amigo.
Para finalizar, diremos que el transporte de los ferrocarriles es muy importante para los trabajadores y sus usuarios, y más para sectores que han sido directamente golpeados, que es el caso de la Quebrada y Puna de nuestra provincia, por eso, hacemos un llamado desde estas páginas a no confiar en personajes que en su momento no han movido un dedo para evitar la tragedia que relatamos, todo lo contrario, mediante la organización de los trabajadores y los pobladores del norte jujeño deben exigir este servicio, y que sea público y no para generar nuevos negocios para los empresarios.
**Los datos históricos son tomados de libro de -Ana A. Teruel y Marcelo Lagos (directores): “Jujuy en la Historia de la Colonia al siglo XX”