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Red Internacional
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8 de Marzo. Luchadoras de nuestros días: Alejandra, metalúrgica de Siam

Alejandra es de las principales referentes de la lucha de las y los trabajadores de Siam, delegada elegida por sus compañeros y activista por los derechos de las mujeres. Un ejemplo de resistencia contra los despidos y ataques que el gobierno, junto con el peronismo y la complicidad de las centrales sindicales descargan sobre les trabajadores.

Sábado 2 de marzo de 2019 00:07

Antes de estar despedida, empezaba su rutina a las 4 de la mañana para ir a trabajar. Durante el turno de 9hs realizaba el implante técnico a los motores de 300 heladeras o más. “Los ritmos de producción nos rompen el cuerpo, hay compañeros con menos de 25 años que tienen túnel carpiano, tendinitis, hernia de disco. Los empresarios quieren estrujarnos lo más que puedan para llenarse los bolsillos a costa de nuestra salud”, cuenta Ale.

Como tantas, después hacía el esfuerzo de ir a estudiar en la Universidad de Avellaneda. Cursa Lic. en Economía, pero no sabe si este cuatrimestre va a poder seguir porque está sin trabajo. La patronal de Siam Pilisar, a pesar de los fallos de la justicia que ordenan su reincorporación y la de tres compañeros suyos, se niega a dejarlos entrar y reinstalarlos en sus puestos, manteniéndose en la ilegalidad.

Los días de Ale muestran la realidad de les jóvenes trabajadores que hacen malabares todos los días para pagar el boleto del bondi a la facultad y el de la vuelta a casa, los apuntes para estudiar, y además el alquiler y los servicios que se hicieron imposibles.

“Lo que dijo Vidal sobre que ningún pobre accede a la educación pública es una idea de ella. Nosotros tenemos que pelear porque la educación siga siendo pública y gratuita y que cada uno de nuestros hijos pueda hacer una carrera universitaria. No vamos a permitir quedarnos en la calle, ni que seamos nosotros los que paguemos la crisis que ellos nos quieren hacer pagar.”

Ver también: Festival solidario en Siam

Como muchas de nosotras, ella es hija de los 90. Se acuerda del 2001 y el hambre que vivieron millones de familias en nuestro país, de tener que salir a laburar y ayudar a nuestros viejos para llevar la comida a casa. Vivió en carne propia la precarización de la juventud que mantuvo el anterior gobierno y que ahora Cambiemos profundiza de la mano del FMI.

Y como si fuera poco, forma parte de las miles y miles de mujeres que sufrimos discriminación laboral por el simple hecho de ser mujeres. Muchas veces denunció las condiciones que Siam impone sobre las trabajadoras: mirando para otro lado frente al acoso, negando las categorías a las trabajadoras, permitiendo los aprietes de los supervisores y, finalmente, echándolas a la calle cuando dijeron “basta”.

“De acá no nos movemos”

Es lo que dijeron Ale y sus compañeras cuando las despidieron. Al calor del #NiUnaMenos y del nacimiento de la marea verde por el derecho al aborto, sienten que es el momento para organizarse por los derechos de las mujeres, como tantas estamos haciendo en nuestro país. Porque enfrentar la violencia de género también es defender que las trabajadoras puedan llevar el pan a sus casas.

Sabían que quedándose de brazos cruzados no iban volver a trabajar, y que el sindicato ya les venía soltando la mano. Porque la crisis no perdona a ningún laburante, y menos a las mujeres, las primeras en quedar desocupadas. Entonces se organizaron, contra los despidos, pero también por sus propias reivindicaciones como mujeres dentro de la planta. Ella junto a sus compañeras pusieron en pie la Comisión de Mujeres de Siam.

El ataque a esos 20 trabajadores también fue porque se empezaron a organizar en la fábrica, contra la precarización laboral, las suspensiones y los descuentos arbitrarios, porque hacía un año que no contaban con delegados en la planta. Incluso, cuenta Ale, que junto a sus compañeras habían ido a RR.HH a denunciar casos de acoso y violencia de género en la planta y “ese día de las siete que fuimos, echaron a 3. Ya éramos luchadoras cuando estábamos adentro, y ahora que estamos afuera vamos a pelear el doble”, dice Ale. Así fue y sigue siendo, y con su lucha, estos metalúrgicos y metalúrgicas lograron no sólo las 7 primeras reincorporaciones, sino fallos judiciales a favor del resto de los despedidos donde se reconoce la persecución gremial por parte de la empresa.

Luchadora

Al enterarse de los despidos pusieron en pie un acampe por varias semanas. Hasta que sufrieron el desalojo de la maldita bonaerense de Vidal, en Avellaneda, tierras de la intendencia de Jorge Ferraresi, riñón del kirchnerismo. A los gases lacrimógenos y palazos de la policía, les trabajadores respondieron con valentía y la solidaridad de clase que podía sentirse en los alrededores de la fábrica entre obreros, estudiantes y vecinos del Fortín y Castellino, que fueron hasta altas horas de la noche a defender el acampe.

Tejiendo lazos de solidaridad e impulsando la coordinación, Alejandra fue una de las principales impulsoras de la unión de todas las luchas en curso como Gaelle, Coca Cola, MadyGraf y Cresta Roja, entre otras. Mientras tanto, la dirección de la UOM miró para un costado, desoyendo los pedidos de apoyo de las familias.

Es que las burocracias sindicales son las principales encargadas de contener a les trabajadores hasta asfixiarlos con la miseria y la humillación que trae esta crisis de la que son cómplices. Sin embargo, esa noche les trabajadores no resistieron solos, sino con toda la comunidad que vió en su lucha una trinchera a defender con uñas y dientes. Marcó un camino.

Ahora la lucha de Siam es un ejemplo que da que hablar en la industria metalúrgica, donde la UOM dejó pasar más de cien mil despidos en los últimos años. Organizándose lograron la reincorporación efectiva de siete de los despedidos, algo nunca visto hasta estos últimos meses, y que refuerza la voluntad de los que siguen luchando por las que faltan.

#MiraCómoNosPonemos si despiden y discriminan

Con mucho entusiasmo formaron la Comisión de Mujeres, entre las trabajadoras y las compañeras de los despedidos, por la reincorporación, para organizarse contra el acoso laboral y discriminación dentro de la fábrica, y por los derechos de las trabajadoras. Cuando Alejandra habla de la Comisión se le enciende en los ojos una chispa de orgullo.

No es para menos: lograron el apoyo de un gran sector del movimiento de mujeres, de referentes políticas, gremiales, agrupaciones de mujeres y del colectivo Ni Una Menos. Mostraron cómo unir los reclamos de miles de mujeres con las luchas de la clase obrera en nuestro país, que se despierta y resiste, cada vez más con rostro de mujer.

Desde ese espacio, democrático y organizado desde abajo, pudieron unirse con otras mujeres que ahora también salen a pelear contra los despidos, como la Comisión de Mujeres de Coca Cola.

Estuvieron en primera fila acompañándolas en Callao y Corrientes, resistiendo la represión de Larreta y el atropello de una empresa que dice vender felicidad mientras quiere dejar a más de 30 familias en la calle. Aunque los sindicatos como el Sutiaga pactan los despidos, una vez más las mujeres en la primera fila muestran cómo se resiste, cómo se lucha, pero lo más importante, cómo prepararse para vencer.

También lograron una gran solidaridad con las mujeres de MadyGraf, ejemplo junto a Zanon en la defensa de las gestiones obreras. Junto a ellas cortaron en Puente Pueyrredón al grito de #MiraCómoNosPonemos cuando nos despiden y discriminan, visibilizando los acosos, abusos y violencia de todo tipo que sufrimos las mujeres trabajadoras en las líneas de producción.

Creen que coordinando las luchas es la forma de enfrentar los despidos y de defender los derechos de mujeres y trabajadores. Hoy se están proponiendo levantar, junto a les trabajadores de la Coca y su Comisión de Mujeres, una Mesa de Coordinación para organizarse junto a otros sectores en lucha, al movimiento de mujeres, estudiantes con el objetivo de enfrentar el gran saqueo nacional en curso del FMI, de Cambiemos y con la complicidad del peronismo.

Además, continúan participando de las asambleas para preparar el #8M y con fuerza exigen un paro nacional por los derechos de las mujeres trabajadoras.

Este #8M con las trabajadoras al frente, marchamos para darlo vuelta todo

Alejandra es una luchadora, una organizadora de su clase. Es una obrera que no sólo es activista por los derechos de las mujeres, sino que ayuda a construir, día tras día, un feminismo socialista, un feminismo de la clase obrera que tenga como norte darlo vuelta todo. Enfrentar a quienes nos oprimen y explotan, y organizar miles de mujeres de manera independiente del FMI, de los patrones, de sus partidos políticos, de la jerarquía religiosa, para liberarnos definitivamente de ese destino.

Está convencida que merecemos otra vida, donde la economía pueda ordenarse para las necesidades de los sectores populares, y no la de los empresarios parásitos que rompen nuestros cuerpos y desprecian nuestras vidas. Con esa perspectiva, va a movilizarse el próximo 8 de marzo en el Día Internacional de la Mujer con Pan y Rosas, junto a las Comisiones de Mujeres de Madygraf, Coca Cola, FATE, Nordelta, las docentes, telefónicas, enfermeras y del Hospital Posadas, estudiantes secundarias, terciarias y universitarias.

Te invitamos a que participes con ellas y te sumes a organizarte para que la crisis la paguen quienes la generaron, para que seamos nosotres quienes tomemos las decisiones y gobernemos nuestras vidas, y para que podamos, de una buena vez y para siempre, darlo vuelta todo.

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