Este sábado, en un nuevo aniversario de la desaparición de Luciano Arruga, habrá movilizaciones para exigir justicia. Mientras a los grandes ganadores del Gobierno macrista no les tocan el bolsillo, la juventud tiene un dilema para sí misma: o se rebela, o seguirá precarizada y estigmatizada.
María Ibañez @_IbanezMaria
Viernes 31 de enero de 2020 16:45
Foto Enfoque Rojo
Luciano Arruga tenía 16 años cuando fue secuestrado, torturado y desaparecido por efectivos de la Policía Bonaerense a cargo del gobernador Scioli, hoy funcionario del Gobierno nacional. Luego de encontrar su cuerpo en 2014, sus familiares y amigos junto con distintas agrupaciones y partidos políticos siguen reclamando que se investigue qué hicieron con Luciano el 31 de enero de 2009.
La desaparición de Luciano le puso rostro y responsables a una política extendida: la Policía organiza a los pibes de los barrios para robar, y cuando no lo hacen, vienen las represalias, luego justificadas por tratarse de “delincuentes”, el rol de los políticos que sostienen estas fuerzas como Espinoza, que además de pedir en los spots de 2019 mas gendarmería, ahora vuelve a ser intendente en la matanza y fue el quien les presto una casa a la policía para que funcione como centro de detención y torturas a los pibes del barrio.
También las fuerzas represivas del estado militarizan los barrios y persiguen a los jóvenes estigmatizándolos. En el partido de La Matanza la pelea por encontrar a Luciano y para que los responsables no queden impunes, se convirtió en símbolo de la lucha contra el gatillo fácil y la maldita Bonaerense. En ese momento, Fernando Espinoza también era el intendente de La Matanza, y Daniel Scioli el gobernador de Buenos Aires. Responsables políticos de la impunidad que se mantiene hasta el día de hoy por la muerte de Luciano, que fue encontrado años después como NN. Un caso que reafirmó que el accionar de la maldita Bonaerense nunca se detuvo, a pesar de los discursos. Ahora ambos son parte del Frente de Todos y aliados reivindicados por Alberto Fernández.
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La represión continua siendo el instrumento principal de los parásitos de este estado que no solo reprime a trabajadores y trabajadoras que se manifiestan por sus derechos como en Minetti, que ante los trabajadores que defienden su fuente de laburo, la policía de Schiaretti intento desalojar la planta en Córdoba o la policía federal que liberó la zona, para que una patota paga por la Unión Ferroviaria, La Fraternidad y otros sindicatos, apedreara a trabajadores ferroviarios que realizaban una protesta por despidos a la altura de Avellaneda. Otro ejemplo cercan es el de la Policía de Mendoza que desató una feroz represión contra la masiva movilización que rechazaba la reforma de la ley 7722 los últimos días del mes de diciembre.
La situación económica cada vez se vuelve más agobiante y desde el gobierno se propone legitimar la estafa macrista con la deuda multimillonaria que contrajo el ex presidente Mauricio Macri, votando, por medio de un pacto político entre el oficialismo y la oposición, darle garantías a los bonistas, a los bancos y al FMI.
Este nuevo sometimiento nacional, este canje que legaliza una deuda ilegal, fraudulenta y usuraria, no significa otra cosa que destinar millones del presupuesto nacional para al FMI. A su vez, se le quitan retenciones a las petroleras y mineras, mientras seis de cada diez pibes no consiguen empleo formal, el 40% son pobres y la desocupación es el triple que el promedio a nivel país. Además, el 40 % de los jóvenes de 16 a 29 años se encuentra en situación de pobreza y la indigencia se duplicó entre 2018 y 2019, llegando al 10 %. En cuanto a la educación, un 35 % de quienes tienen entre 18 y 24 años no completó la escuela secundaria. Seis de cada diez jóvenes no estudia actualmente, mientras que el 10 % de adolescentes (16 y 17 años) no asiste a la escuela.
La juventud padece el trabajo precario y en negro. Este modelo de trabajo basura no es nuevo, viene de décadas, y quieren que se naturalice los empleos como Mcdonalds, Rappi o callcenters, que no es más que la naturalizar trabajadores sin acceso a seguridad social, derechos mínimos y ni hablar de vacaciones pagas.
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La respuesta de la juventud ante esta situación debe ser rebelarse y organizarse para exigir que la prioridad este puesta en más plata para educación, salud y empleo genuino. Tenemos que enfrentar todas estas medidas de ajuste del Gobierno diseñadas a gusto de las exigencias del FMI, porque ya sabemos que la renegociación de la deuda es a expensas de los trabajadores, y precisamente de los más precarizados. Con la bandera de Luciano bien alto, desde cada escuela secundaria, terciario, universidad, lugar de trabajo y barrio contra este sistema inmundo que empuja a la miseria y pobreza a la juventud, para luego criminalizarla.
La cita es este sábado a las 17hs en Mosconi y Gral. paz, para marchar hacia la plaza de Luciano Arruga, exigiendo justicia.