Cambiemos parece sentirse perdedor en la provincia de Buenos Aires. La recta final se complica para el oficialismo con la agenda económica y la desaparición de Santiago Maldonado.
Juana Galarraga @Juana_Galarraga
Miércoles 9 de agosto de 2017
"Esta es una campaña extraña. Ahora copian nuestras formas de comunicación, copian y copian hasta la fotografía". Las palabras corresponden al presidente de la Nación, Mauricio Macri. Los "copiones" a los que hace referencia, son los comunicadores del Frente Unidad Ciudadana, encabezado por Cristina Fernández de Kirchner.
En esto Macri tiene razón: Cristina abandonó la construcción de su épica rabiosa, para abrazar el manual de comunicación política de Durán Barba. Su armado sorprendió en la apertura de la campaña con un escenario 360, escasez de banderas políticas y un discurso que apeló al "ciudadano", con un tono para nada crispado ni confrontativo.
Sin embargo, lo crítico para el presidente, es tener que salir a hablar de este aspecto para explicar los números que todas las encuestas le dan a CFK en el cierre de la campaña en curso.
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Faltan pocos días para las PASO. El presidente habló de los copiones en una entrevista exclusiva al sitio Infobae. La periodista le preguntó sobre la posibilidad de que Cristina sea efectivamente senadora en el próximo período.
Cuando Macri habla, muchas veces parece que vive en otro país. Sueldos que le ganan a la inflación o creación de puestos de trabajo, son algunas de las cosas que repite como mantra en sus discursos. Cosas que nadie podría creer porque se contradicen con cualquier estadística sobre el crecimiento de la pobreza y el aumento de los despidos. También se contradicen con la realidad que vive el conjunto del pueblo trabajador.
Pero al referirse a las perspectivas del oficialismo en los próximos comicios, no parece estar tan separado de la realidad como para afirmar que va a ganar.
Mejor, oremos
La semana previa a las PASO arrancó con tres imágenes que dan cuenta de cuál es el panorama al que se enfrenta el Gobierno. La plegaria de Macri por un lado, la plegaria y la movilización de miles por pan, paz y trabajo por otro y la denuncia por la desaparición a manos del Estado de Santiago Maldonado.
"Espero que Dios me ilumine para las elecciones primarias", fue el ruego del presidente en el autódromo porteño Oscar y Juan Gálvez, donde encabezó la largada de "La Carrera del Siglo" por los 80 años del Turismo Carretera este domingo.
Como se expresó previamente, es difícil que Macri considere a esta altura que Cambiemos pueda ganar en el distrito más importante, la provincia de Buenos Aires. Solo le resta apelar a la "ayuda divina" para revertir lo que las encuestas marcan y lo que su candidato a senador, Estaban Bullrich, solo es capaz de profundizar.
"El camino que hemos emprendido todos los días tiene un metro más del asfalto, una sala más, un pibe más que está preso", sostuvo Bullrich, ex ministro de Educación de la Nación ante los medios el lunes.
No dijo delincuente, no dijo corrupto, no dijo ladrón: dijo "un pibe más". No podría haber señalado más claramente la obsesión persecutoria del Gobierno: el enemigo es la juventud pobre. Vale preguntarse cómo aportan declaraciones de este estilo al crecimiento del voto a Cambiemos. Por ejemplo en el Conurbano, donde la Policía Bonaerense hostiga de manera encarnizada a la juventud. Sin dudas, el candidato no ayuda. Mejor, oremos.
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Este año el enfrentamiento de María Eugenia Vidal con la docencia de la provincia fue importante. La negativa a pagar salarios dignos, mínimamente acordes al desgaste que implica la tarea docente, llevó a la gobernadora a presentar propuestas salariales irrisorias una y otra vez, sumadas a amenazas como descuentos de días de paro y castigos por presentismo. El argumento siempre fue que la provincia "no tiene plata" para pagar mejor.
En este sector de la población, el candidato tampoco ayuda. Como ministro de educación, Bullrich también se ocupó de atacar y demonizar a la docencia. Esta semana se supo que muchos de los miles de docentes bonaerenses vieron acrecentadas sus cuentas sueldo, porque parece que a días de las PASO Vidal "casualmente" encontró un poco de la plata que decía no tener. La gobernadora no apela a la bondad del Señor en los cielos, pero intenta revertir algo de la mala imagen de Cambiemos entre el círculo docente (nada despreciable en términos de caudal de votos), endulzando sus bolsillos flacos. Manotazo de ahogado si los hay.
La plegaria de Mauricio y el manotazo de Vidal dan cuenta de la preocupación de Cambiemos por su rendimiento en estas elecciones. El error fue lanzarse a una campaña centrada en el territorio bonaerense, con un candidato que no sirve y con un discurso centrado en la corrupción donde hay cientos de miles de pobres, cada día mas empobrecidos.
Las presentaciones recientes de Macri en actos en otras provincias, fueron un intento de correr la atención de la tierra de Vidal, donde ya se supone que gana Cristina, hacia otros puntos donde el resultado puede ser mejor para Cambiemos.
Pan y trabajo, corta la bocha
"Pan, Paz, Tierra, Techo y Trabajo" fue el contenido de la plegaria de cientos de miles que se sumaron a la movilización por el día de San Cayetano, este 7 de agosto. La única coincidencia entre Macri y los manifestantes es la fe en Dios y sus santos.
Pan, tierra, techo y trabajo, fue la exigencia. No "honestidad, transparencia y combate a las mafias". Cambiemos intentó jugar en estas elecciones con una agenda lo más lejana posible de la discusión sobre la economía. Sin embargo, la cuestión económica se inmiscuyó a cada paso, introducida en la agenda por los reclamos de los sectores populares cada vez más empobrecidos por la política de ajuste.
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El lunes, la marcha de San Cayetano estuvo marcada por la exigencia de la sanción inmediata de la ley Emergencia Alimentaria por parte de movimientos sociales y gremios nucleados a la CGT y la CTA Autónoma. El contenido de esta movilización a poco de los comicios, es todo un símbolo de la equivocación de Cambiemos al seguir los consejos de Durán Barba y no hablar de economía. Pero ¿Podría haber hecho otra cosa? El oficialismo nunca tuvo y sigue sin tener, buenas noticias que dar en el plano económico.
Si algo le faltaba al Gobierno para terminar de encarar las elecciones en un marco de desgaste, era una denuncia de la gravedad que reviste la desaparición de Santiago Maldonado en Chubut, a manos de la Gendarmería. El hecho ocurrió en el marco de la represión al pueblo mapuche que lucha por sus tierras ancestrales.
El endurecimiento en la política represiva impulsado por Cambiemos, tiene como corolario este tipo de hechos que estremece. Es necesario remarcar que la represión a los pueblos originarios no es nada nuevo ni patrimonio exclusivo de este Gobierno. Tampoco la desaparición de personas, tal como duele constatar con el recuerdo de Jorge Julio López.
Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, aparece cada vez que puede ante las cámaras rodeada de uniformados de las distintas fuerzas, en un intento por legitimar la militarización de los barrios y la represión. Los operativos contra bandas de narcotráfico, los embarques de droga incautados, se multiplicaron y se ven espectacularizados por televisión, desde hace un tiempo.
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Las fuerzas de seguridad, con Bullrich a la cabeza, no están para combatir a las mafias, ni para desarmar al narcotráfico. Están para reprimir a los sectores populares y a cualquiera que se oponga a las medidas de ajuste del Gobierno. Así lo evidencia la represión sistemática contra el pueblo mapuche, en defensa de los terratenientes extranjeros como Benetton.
Así se vio con claridad también, en la brutal represión a los trabajadores y trabajadoras de PepsiCo en lucha por sus puestos de trabajo. Queda claro entonces, que la única respuesta de este Gobierno para quienes luchan por tierra o por trabajo, es garrote y nada más. Queda claro entonces, por qué el Gobierno preferiría no hablar de ciertas cosas.
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