No quedan dudas de que la asunción del gobierno de Cambiemos ha significado un retroceso enorme en las condiciones de vida de los trabajadores, pero sobre todo de los sectores más empobrecidos y en situación más precaria. El lema de campaña de “Pobreza Cero” demostró ser una mentira absoluta. Bastan algunos números para demostrarlo.
Mirta Pacheco @mirtapacheco1

Celeste Vazquez @celvazquez1
Jueves 18 de agosto de 2016 01:00
El gobierno de Mauricio Macri arrancó con todo con su plan de ataque a los trabajadores y el pueblo pobre, tomando medidas que empeoran cada vez más la calidad de vida de la inmensa mayoría. Despidos, suspensiones, devaluación, inflación y tarifazos a los servicios públicos (esenciales para la supervivencia) es el combo que venimos soportando desde hace ya 8 meses.
Todas medidas que hasta ahora lo único que han generado es profundizar la vulnerabilidad de los sectores más pobres, que ya vivían con salarios muy por debajo de una canasta familiar, sobre todo quienes tenían algún trabajo precarizado o directamente con changas mínimas durante los 12 años de gestión de Néstor y Cristina Kirchner.
Según los indicadores que da a conocer el informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA), en los primeros 3 meses de este año se sumaron 1,4 millones de pobres, sumando un total de 13 millones y medio de pobres en todo el país.
Estos números significan que el 34,5 % de la población es pobre, es decir no tiene cubierta sus necesidades básicas por no tener garantizado el acceso diario a alimentos, ni hablar de servicios indispensables como agua potable, tendido de red de gas, vivienda, salud y educación.
Hoy, el 50% de las personas asalariadas perciben menos de $7.500 por mes (cuando a una pareja con dos hijos, para no caer en la pobreza, la canasta básica le cuesta casi $12 mil). A eso debemos sumarle, que gracias a los brutales tarizafos, las familias deberán destinar gran parte de su salario al pago de los servicios públicos, en detrimento de la alimentación, la salud y la educación de sus familias.
También ha aumentado la precariedad del trabajo. El primer hecho contundente al respecto son los más de 164 mil despidos y las más de 68 mil suspensiones. Pero hay que decir que este tremendo plan de ajuste a quien más perjudica es a aquellos trabajadores que ni en las estadísticas entran: los trabajadores en negro. Bajo el gobierno de Cristina, el índice de trabajo en negro o informal superó el 34 %, es decir que más de 4 millones de personas ingresaron a la era de la “revolución de la alegría y la pobreza cero” en pésimas condiciones.
Sobre esta base, y ante la nefasta inacción de las burocracias sindicales, se asienta la política anti-obrera del gobierno de Macri, y por supuesto la primera consecuencia es castigar a los ya más castigados.
La dinámica de los planes del gobierno nos hace pensar que seguramente estos índices se profundizaran. Prueba de esto es que hay 2 millones de hogares hoy considerados de clase media baja que solo con dejar de percibir un 10% menos en sus ingresos caerán en la pobreza.
El PTS en el Frente de Izquierda propone:
» En primer lugar hay que anular el tarifazo en los servicios y luchar por la reapertura de las paritarias. Con la devaluación y la inflación de estos 8 meses, los trabajadores perdieron gran parte de su poder adquisitivo. No debemos aceptar el chantaje del Ministro de Economía Prat Gay que plantea que si no hay tarifazo, no hay obras públicas.
» Por un plan de obras públicas, que en primer lugar contemple la construcción o refacción, según el caso, de viviendas dignas, escuelas, hospitales y salas de atención primaria en todas las localidades y poblados alejados de los centros urbanos, tendido de redes de gas y agua potable para toda la población carente de ellos. Este plan de obras públicas tiene que ser controlado por los trabajadores, los profesionales que intervengan en cada obra y los sectores de la población que harán uso de esas obras públicas.
» La plata debe salir de los millones que pagamos por deuda externa, de la fortuna que se va en subsidios a las empresas que nunca en estos últimos 12 años invirtieron un peso en infraestructura y de impuesto a las propiedades ociosas y al Poder Judicial.
» En lo que va del año hay 164 mil despidos, entre trabajadores del sector privado y estatal. Es urgente establecer la prohibición de despidos y suspensiones en todas las ramas de la producción.
» Subsidios a los desocupados acorde a la canasta familiar.
» Salario igual a la canasta familiar y trabajo en blanco y bajo el convenio correspondiente para todos los trabajadores, incluídos los del plan Argentina Trabaja (o similares).
» Que la plata salga de impuestos a las transacciones financieras, a las grandes fortunas, y dejar de financiar la educación privada y al religión católica.